Traducción: Ana Tallon
Difusión: El Manantial del Caduceo en la Era del Ahora
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Al ingresar a otra semana de transformación, la actual, continuamos trabajando con y sobre la energía de la luna llena de la semana pasada, conjuntamente con lo que acontece esta semana. Un aspecto importante de este momento es la conjunción de Marte (acción) con Saturno (limitación). Esta energía es sumamente potente así que estén atentos a cualquier sensación de ‘Esto ya no lo acepto más’ que puedan sentir u observar en otros. Las energías se acumulan una sobre la otra por lo que el efecto es el de una fuente multinivel de nuevo despertar de conciencia y potencial. Esto puede ser bastante abrumador ya que pueden estar experimentándolo como un fluir inagotable de finales que no son necesariamente seguidos de nuevos comienzos.
De hecho, estos finales pueden estar acumulándose y puede que estén esperando la confirmación de estar en el camino correcto porque mucho de lo que está sucediendo no es divertido ni positivo. Pero hay luz al final del túnel.
Para poder completar en su totalidad estos ciclos debemos aceptar que lo que creemos será nuestra recompensa en realidad es nuestro timón, el que guía a los barcos en su camino. Esto es reclamar nuestra divinidad, nuestro propio Ser Superior, en cada momento. Este es el canal del arcángel Uriel y es el tema de esta semana.
Reclamen su Divinidad en Cada Momento
El camino divino es suyo siempre, no es su recompensa por vivir una buena vida o por ser fuentes de luz para el mundo. La divinidad no mora en el cielo ni en el más allá. No es parte del lejano reino de la Fuente o Dios o más allá. Son un Ser Divino que ha sido elegido para entrar en la limitación de la humanidad para integrar su divinidad con su humanidad y asi volverse una expresión integrada de Dios como humano. El sufrimiento existe porque la conexión con la divinidad es limitada. Cuando aceptan su divinidad en cada momento hacen que cada momento sea una expresión externa de lo divino que hay en su interior y elevan cada experiencia a la frecuencia de lo divino.
Su divinidad no requiere de santidad. Es una expresión de la totalidad de su ser, humano y espiritual, y no tiene nada que ver con la religión o con el merecimiento. Es algo que siempre ha estado ahí, esperando para que se reconecten. Al reconocer su divinidad, recuerdan que son Dios e iguales a Dios y atraen esa energía al aquí y ahora.
Son una emanación de luz de la Fuente y nunca pueden desconectarse de, ser menos que o no ser merecedores de ella.
No hay precio, sufrimiento o espera como requisito para la conexión con su Fuente. Aquellos que creen que Dios está separado o alejado de la humanidad simplemente están desinformados.
Dios está en ustedes y en todas partes. Son lo divino y son divinos. Pueden elegir vivir cada momento como una expresión de su divinidad o como humanos intentando ser lo suficientemente merecedores de ser divinos.
El sufrimiento existe cuando se olvidan que son divinos, que son fundamentalmente seres espirituales y que el mundo existe para que lo experimenten como divino y dentro de su propia energía divina. Ustedes eligen vivir experiencias difíciles, exigentes y dolorosas que intentan, dentro de su humanidad, transformar para que cada aspecto de su vida resuene en la frecuencia divina. Por lo tanto, todo lo que escogen posee una experiencia de divinidad, que es parte de su misión álmica y del camino de ascensión.
Al reclamar su divinidad en cada instante, deciden desde lo divino y atraen esa energía al mundo.
El mundo necesita de su divinidad, no su humanidad. No necesita más sufrimiento sino fuentes de transformación divina. Se vuelven esta fuente al reclamar su divinidad en cada momento. La mayor expresión de su energía es la integración de lo humano con lo divino, Espíritu y humano, que es la máxima expresión del paraíso en la tierra.
Cuando viven como seres divinos expresan su divinidad en todo lo que hacen e invitan al Universo a participar creativamente y a la par en todo. Esa es una afirmación de su fe, su conexión con la Fuente y su disposición para recuperar su divinidad y vivir como un ser espiritual en control de su realidad, dispuesto a experimentar el mundo desde la divinidad en cada instante. Reincorporen su divinidad recordando que son divinos e invóquenla en todo momento. Cuenten con la satisfacción de sus necesidades, el cumplimiento de sus sueños y con que su realidad sea reflejo de los anhelos de su corazón. Así es como uno recuerda que es divino y actúa como un ser divino desde la propia divinidad.
Jennifer Hoffman
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