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Traducción: Rosa García
Difusión: El Manantial del Caduceo en la Era del Ahora
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Sería fantástico si pudiéramos borrar el pasado y empezar de nuevo, sin rastro alguno de tristeza y sin ciertos recuerdos. Pero sabemos que la vida no funciona así. Incluso cuando hemos gestionado algo de forma concluyente, el pasado vuelve a surgir cuando menos lo esperamos. ¿Por qué sucede esto? Porque el pasado sirve a un propósito útil en el presente y necesitamos esa información para tomar decisiones, a menos que queramos seguir repitiendo el pasado. Sin las lecciones del pasado, no sabríamos cuál es el mejor camino que podemos elegir hoy.
Cuando nos encontramos en un espacio de transición o en una encrucijada el pasado se vuelve nuestro mejor amigo, porque suele recordarnos lo que ya no queremos en el presente. Aunque tengamos la sensación de que esos remanentes del pasado aparecen para recordarnos en qué nos equivocamos, o las malas decisiones que tomamos, entonces nos parecían las mejores opciones disponibles. Solo después de haber vivido con ellas, ya al final de su “camino energético”, sabemos que hoy elegiríamos opciones muy diferentes. En lugar de considerarlo un fracaso, podemos verlo como un recordatorio del camino que fue mejor en aquel momento, conscientes de que ahora podemos buscar otras opciones.
Si juzgamos nuestro pasado como un gran fracaso porque no somos felices ni ricos, ni tampoco tenemos éxito, entonces no estamos utilizando la información que tiene para nosotros de manera efectiva. Debemos considerar la frecuencia energética de nuestras elecciones, nuestra propia vibración, nuestro miedo y lo claros y confiados que estábamos entonces. También debemos tener en cuenta las expectativas que teníamos respecto a los resultados que esperábamos, qué estábamos dispuestos a tolerar o con qué pensábamos que podíamos conformarnos. Porque así fue como tomamos la decisión final en cada una de nuestras elecciones pasadas. Y podemos considerar nuestra intuición (nuestro sistema de orientación interior, el nexo entre nuestra voluntad, la Voluntad Divina y el Espíritu) como el puente que nos ayudará a trazar un rumbo hacia una vida más plena y dichosa de la que tuvimos hasta ahora.
A nivel energético, el pasado nos proporciona la referencia de la frecuencia energética del presente. Es el punto al que no queremos “ regresar”, cuando no deseamos repetir lo que ya experimentamos. Sin embargo, nuestro pasado es un fabuloso punto de partida para lo que deseamos crear en el presente, y también nos recuerda aquello que deseamos cambiar. Piensen en algo que “nunca querrían volver a hacer”. Por decirlo así, esa toma de conciencia marca en la arena una línea energética que no desean volver a cruzar repitiendo esa experiencia.
También debemos tener en cuenta nuestra intuición y cómo lo utilizamos en el pasado. Ella es nuestro sistema de orientación interno, la pequeña voz que solemos pasar por alto cuando dice: “No, no hagas eso”, o “Seguramente esa no es la mejor elección”. ¿Alguna vez intentaron tomar una decisión y todas las puertas se les cerraban? ¿Suponía un gran esfuerzo continuar adelante?¿Qué pensaron después de los resultados? Ese es un ejemplo de cómo actúa nuestra intuición cuando intenta orientar nuestras elecciones hacia una solución más positiva. Pero, si no la escuchamos, los resultados serán muy diferentes de lo que podrían haber sido.
Cuando escuchamos nuestra intuición nos embarcamos en nuestra conexión espiritual más poderosa y nos expandimos para alcanzar nuevos potenciales en nuestra vida. Por el contrario, si no confiamos en nosotros mismos, si juzgamos nuestras habilidades (y nuestros resultados del pasado) y si limitamos nuestra expansión, entonces, en lugar de ser una amistosa guía de confianza, nuestra intuición se convierte en una voz molesta que intenta evitar que hagamos lo que queremos. Es algo que debemos considerar honestamente cuando volvemos la vista atrás. ¿Ignoramos entonces nuestra intuición e hicimos algo diferente de lo que nos aconsejaba?¿Estábamos tan concentrados en nuestro propio objetivo que ignoramos todas las demás posibilidades? También podemos invitar a nuestra intuición a que nos ayude a evaluar nuestras opciones en el presente y encontrar nuevos caminos potenciales, evitando así repetir un pasado que no queremos volver a vivir.
Si combinamos los resultados del pasado, el potencial de futuro y nuestra intuición (como nuestra guía que nos orienta hacia las mejores y más elevadas soluciones), obtenemos una fórmula para la manifestación que nos ayudará a tomar decisiones más poderosas. Por tanto, en lugar de lamentar el pasado, podemos ponerlo a trabajar para nosotros como marcador de lo que deseamos evitar en el presente. Y eso nos permitirá establecer la vibración energética para nuestras próximas elecciones, de manera que el pasado no vuelva a repetirse en el ahora.
Jennifer Hoffman
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