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lunes, julio 11, 2022

Pamela Kribbe - Mary Magdalene - Threads of the Soul - July 10, 2022




Dear friends,

I am Mary Magdalene. I welcome all of you in this circle of like-minded people. You are living through a time of transition, one that is not limited to the world around you, but also takes place within you. You are actively moving into your greater self. That self is not tied to time and space, but is free, unlimited, and able to spread its wings and to gain insight, energy, and knowledge from the other dimensions in which you were once at home. The wealth of that heritage is now increasingly within your reach, because you are expanding inwardly, becoming more vast, more spacious. Your consciousness exceeds ever more boundaries.

martes, mayo 03, 2022

Pamela Kribbe canaliza a María Magdalena - El tabú de la individualidad




Soy María Magdalena. Os doy la bienvenida a todos de corazón; estoy con vosotros. Quiero que sepáis que estáis rodeados de ayuda y guía constantes. En la dimensión ubicada más allá de la terrenal hay espíritus afines, almas que os aman no solo en lo abstracto, sino también de manera íntimamente personal. Son espíritus que os conocen y con los que habéis estado juntos en otros tiempos y otros lugares.

Cuando encarnáis, dais un salto de fe porque lo hacéis solos. No obstante, permanecéis conectados con un equipo de amigos que están al otro lado. Algunos están más avanzados en su evolución y supervisan vuestro camino de vida con una perspectiva mayor de la que podéis tener vosotros; son aquellos a quienes llamáis guías. Pero también tenéis cerca a otros seres afines, familia o amigos. Sentid su presencia aunque no sepáis quiénes son, pero sabed que os ven y os escuchan. Se os respeta por el riesgo que supone esa zambullida en las profundidades.

lunes, mayo 02, 2022

Pamela Kribbe canaliza a María Magdalena - Más allá de la dualidad


Queridos hombres y mujeres,

Soy María Magdalena. Me presento aquí con alegría. He sido humana, exactamente igual que vosotros, ¡y me encantó serlo!

Sé que a menudo sentís que ser humano supone llevar una pesada carga, pero os ruego que comprendáis que únicamente siendo humanos podéis experimentar intensas emociones y revelaciones. Es cierto que la consciencia de vuestra alma queda parcialmente velada cuando sois humanos y estáis en la Tierra, pero ese velo parcial os da la posibilidad de experimentar la vida, con todos sus altibajos, de manera muy íntima y profunda. Y es esa hondura de vuestra experiencia lo que os torna sabios. Para mí, el rostro de un anciano o de una anciana, unos ojos dulces en un rostro arrugado, es mucho más hermoso que el rostro de un ángel. Yo honro al ser humano.

viernes, abril 08, 2022

Pamela Kribbe canaliza a María Magdalena - El humano herido - Marzo 27, 2019



Pamela Kribbe canaliza a María Magdalena

Queridos amigos de luz, soy María Magdalena.

Os conozco —conozco vuestro camino—, sé quiénes sois. Estamos íntimamente conectados los unos con los otros; nuestro vínculo se remonta en el tiempo a lo largo de muchos siglos. Estamos unidos en una gran familia y nuestra conexión no es una basada en la mente, sino en el corazón. Discurre no solo a través del conocimiento personal de unos y otros, sino más profundamente. Hay una energía de grupo que nos conecta —somos una familia.

jueves, abril 07, 2022

Pamela Kribbe canaliza a María Magdalena - Dos profundos temores - Oct 6, 2016





Pamela Kribbe canaliza a María Magdalena

Soy María Magdalena. Me arrodillo ante vosotros con admiración y respeto por lo que estáis haciendo en la Tierra. Estáis abriendo nuevos caminos de consciencia y lo hacéis a la par que seguís llevando en vosotros la carga del pasado. Viejos sufrimientos y temores resurgen, precisamente a causa de esas nuevas vías de consciencia que están abriéndose en vuestro entendimiento, vuestro cuerpo y vuestras emociones.

jueves, marzo 17, 2022

Pamela Kribbe canaliza a María Magdalena - Energías nuevas en un mundo viejo - Dic 24, 2019


Pamela Kribbe canaliza a María Magdalena

Queridos y valientes hombres y mujeres,

Bienvenidos seáis todos. Soy María Magdalena. Yo estuve aquí, en la Tierra, en una época de cambios, en un momento en el que mucha gente andaba buscando cómo escapar de unas condiciones represivas. En aquel entonces, la Tierra se hallaba envuelta en una energía que mantenía empequeñecidas a las personas y les generaba una sensación de falta de valía. Ese velo se está haciendo ahora más fino; desde dimensiones superiores está llegando más luz, una luz que procede de vuestras almas, las cuales permanecen fuera del velo.

miércoles, marzo 16, 2022

Pamela Kribbe canaliza a María Magdalena - Acerca de estos tiempos de caos - Dic 24, 20


Pamela Kribbe canaliza a María Magdalena

Queridos amigos,

Soy María Magdalena y estoy aquí, entre vosotros. Desearía tocaros y depositar un dulce beso en la mejilla de todos y cada uno. Me sois tan queridos… Os amo.

Veo vuestra valentía y fortaleza. Os cuesta muchísimo estar aquí, en la Tierra, en esta vibración cuya frecuencia aún determinan a menudo el miedo y la violencia. En la actualidad, los medios de comunicación ponen a vuestro alcance una ingente cantidad de información que requiere vuestra atención. Todo lo viejo y oscuro que ha venido siendo reprimido y ocultado está saliendo a la superficie. La tecnología moderna desempeña un papel en este proceso, pues ayuda a que las cosas se visibilicen en vuestra sociedad. La información que se difunde es mayor que nunca y numerosos motivos y procederes turbios están quedando expuestos, por lo que podría parecer que se está produciendo una intensificación de la maldad, de la oscuridad.

No obstante, lo que de hecho está ocurriendo es que las cosas están saliendo a la superficie y, ahora más que nunca, haciéndose visibles, pues en la Tierra está teniendo lugar un enorme proceso de transformación. Lo que está saliendo a la luz son las viejas capas de abuso de poder, tiranía, miedo y desesperación. Y esto es algo bueno, ya que, con cada paso que se da hacia una mayor transparencia, se da la posibilidad de actuar de manera diferente. La toma de consciencia precede al cambio, siempre es así.

Esta es la fase de consciencia que la humanidad y la Tierra están atravesando ahora a nivel global. Los procesos que están teniendo lugar en cada uno de vosotros individualmente —la aparición de viejas capas de miedo, rabia y dolor— también están teniendo lugar a gran escala. La buena noticia es que el mundo está preparado para todo ello. Para que las cosas viejas y ocultas puedan revelarse, es necesario que haya espacio, y tal es el caso en la actualidad.

La consciencia ya ha cambiado; está más receptiva a la verdad y la honestidad. Sentidlo en vuestro fuero interno. Intuid una corriente de consciencia que se orienta hacia la apertura y la transparencia, que busca la verdad y que denuncia la injusticia y la iniquidad. Esa corriente de consciencia existe en el mundo, por lo tanto, conectad con ella y su verdad.

Esa es la corriente de consciencia en la que vuestra alma desea fluir, pues vuestra alma quiere contribuir a una mayor revelación de la verdad. En vuestra alma se da el intenso impulso de propiciar la transformación de la consciencia. Con todo, esto también genera confusión en vuestra mente, ya que propiciar dicha transformación implica varias cosas. La primera es que es necesario que os alejéis de lo viejo y reconozcáis con total honestidad vuestros propios sentimientos y motivos; dicho de otro modo, tenéis que aprender a ser transparentes con vosotros mismos. Solo así podréis servir de ejemplo a los demás.

Os halláis en el camino personal del alma hacia vuestra transformación en un trabajador de la luz o trabajador de la consciencia. En la medida en que os vais alejando de todo lo viejo a lo que aún permanecéis atados, vais también camino de convertiros en maestros. Sin embargo, emprender ese camino puede generaros miedo y soledad, al menos temporalmente. Reconoced vuestro deseo de verdad y vuestro deseo de ayudar a cambiar este mundo; anheláis una nueva Tierra en armonía con la naturaleza; deseáis un mundo lleno de personas que puedan reír y crecer de nuevo, ser auténticas y liberarse de los miedos y la tiranía del pasado.

Ese anhelo vuestro es muy profundo; es vuestro sueño, vuestro ideal. Sentid hasta qué punto os hace distintos el hecho de tener ya un pie —el de vuestra alma— fuera del orden establecido. Identificaos durante unos instantes y por completo con ese lado vuestro, el del revolucionario; el de quien ve y quiere llevar a la luz de la consciencia aquello que está oculto y reprimido; el de quien quiere ayudar a que nazca lo nuevo. ¡Cada uno de vosotros es ese quien! Y a medida que lo sois cada vez más, pasáis por un intenso proceso interior de liberación de vuestros miedos y de viejas compulsiones, tal es vuestro proceso. ¡Sentid respeto por vuestra propia valentía y decisión!

Muchos de vosotros os sentís confusos con respecto a la situación mundial actual. El mundo está inmerso en el caos y también es caótica la vida emocional de la mayoría de los habitantes de la Tierra. La gente anda buscando y, gracias a los muchos cambios y a la enorme cantidad de información disponible, las personas son mucho más conscientes de sus posibilidades, de cómo podrían desarrollarse, de su sufrimiento y de cuál es la causa del mismo.

Todo es mucho más consciente. Antes de que pueda haber armonía y paz interiores, el desasosiego y el dolor aumentan. Tal es el resultado de una mayor consciencia: que ya no se pueden ocultar esas cosas. Veis ese dolor y queréis de corazón aliviarlo en los demás. Al mismo tiempo, sin embargo, experimentáis tanto dolor en vosotros mismos que termináis confusos con respecto a quiénes sois, dónde estáis o cuál es vuestro camino.

Imaginad ahora que contempláis la Tierra y sus habitantes como si fuera un enorme globo. Os colocáis fuera y observáis esa esfera gigante con toda su variedad de energías. Hay mucha búsqueda en esta Tierra y, también, mucho dolor. Limitaos a mirar los colores de la esfera. Contemplad cómo fluyen y refluyen, y no solo las tonalidades del caos, sino también las del impulso hacia la innovación. Observad y sentid lo que está haciendo ese globo, pero sabed que os está permitido permanecer al margen; que podéis desapegaros del mismo.

A continuación, dad un paso atrás y alejad vuestra consciencia del globo para llevarla hacia vosotros. Habéis estado observando atentamente la Tierra, la energía de la humanidad. Ahora, focalizad toda vuestra atención en vosotros mismos y visualizaos no ya como seres con forma humana, sino como seres de energía.

Mirad en vuestro corazón. Sentid cómo os conmueven el dolor y el sufrimiento de la humanidad. Sentid vuestra compasión, vuestro deseo de luz. Esto es algo que quizás podáis apreciar con mayor claridad y más particularmente cuando se trata de las personas por las que os preocupáis a diario, pues vuestro mayor deseo es que tengan luz, amor y sanación. Fijaos en cómo reacciona vuestro corazón al respecto. ¿Se agarrota de alguna manera? Cuando sentís el dolor de otra persona, estáis conectados a ella, así como a sus energías más densas, mediante un cordón energético, por lo que sufrís con ella. Esto no os hace más grandes ni os eleva por encima de su energía; lo que hacéis es reptar bajo la piel de esa persona y sufrir con ella, al tiempo que os sentís impotentes para cambiar nada.

Daos cuenta de esas energías del mundo exterior con las que cargáis, pero que no son vuestras y que apesadumbran vuestro corazón. Dejad que esas energías fluyan en forma de color oscuro o de un sentimiento de pesadumbre, y observad qué aspecto tienen o en qué parte de vuestra aura o de vuestro cuerpo se manifiestan.

Luego, volved a dar un paso atrás. Soltad ese cordón energético, esa cadena de compasión que os estruja y que os lleva a dar demasiado. Retroceded y liberaos de esa atadura. Si os resulta difícil, imaginad que estoy a vuestro lado y que os invito a hacerlo. Tomad mi mano y confirmad en mi mirada que está bien que os liberéis. ¡Este es vuestro momento! Dejad que esas energías grises y oscuras se alejen y, a cambio, envolveos en luz. La luz está ahí mismo; no tenéis que crearla, es vuestra: es la luz que habéis reprimido. Dejad que esa luz os rodee por completo, sea cual sea su color.

Ahora os halláis aún más lejos de la Tierra y de otra gente. Os saciáis con la energía de vuestra alma, esa parte vuestra que observa y supervisa, que hace transparentes todas las cosas. Dejad que esa energía os nutra por completo, de la cabeza a los pies, y sentid que vuestra aura es como un huevo que os contiene, como una forma ovalada cuya superficie es impenetrable.

Recargad vuestra energía y convenceos de que tenéis pleno derecho a nutriros de esta manera. Regresad a casa, a vosotros mismos, y desprendeos de todo lo demás. Podéis respirar y sentir de nuevo vuestra inspiración original. Nacisteis para experimentar alegría. Sentid nuevamente esa alegría original, libre de toda pesadumbre, y entregaos a ella.

Nadáis en la confusión y, a veces, os involucráis tanto en el sufrimiento que hay en la Tierra que os olvidáis de quiénes sois. Sois los embajadores de la nueva energía en la Tierra, sobre todo cuando hacéis de vosotros mismos vuestro hogar, cuando os sentís como en casa dentro de vuestros propios límites. Es entonces cuando sabéis manejar esos límites. Irradiáis lo nuevo en su forma óptima y no hay nada que cambiar.

Al ser totalmente vosotros mismos, irradiáis una nueva consciencia que no puede por menos que conmover a otras personas. Aquellas que están receptivas se dejarán conmover sin que tengáis que sobrepasar vuestros límites ni agotaros ni esforzaros aún más ni batallar con el dolor y el sufrimiento ajenos. No es así como procede lo nuevo.

Imaginad ahora que ese huevo energético en el que os sentís a salvo y radiantes se desliza lentamente de vuelta a la Tierra. A medida que el planeta se aproxima, os sentís claros y transparentes, y sabéis que las vibraciones de la Tierra y los miedos que en ella viven no pueden afectaros. Visualizad esos miedos ante vosotros como vibraciones grises que fluyen apaciblemente alrededor de vuestro huevo, porque no pueden penetrarlo. Os mantenéis bien aferrados a vuestra propia energía —a vuestra plenitud concentrada— y os sentís respaldados por mí, por vuestra propia alma y por todo aquello que es bueno y luminoso y alegre. Os está permitido estar aquí desde vuestro núcleo más profundo, el cual es brillante y alegre, extenso, hermoso y libre.

A continuación, imaginad que aterrizáis en la Tierra. Estáis en un cuerpo terrenal con ambos pies firmemente plantados en el suelo. Visualizaos primero en algún lugar de la naturaleza, con vuestros pies desnudos pisando la hierba, o en una playa o donde prefiráis, llevando con vosotros: vuestra alma, vuestra fortaleza interna, vuestra resiliencia y vuestras intuiciones. Sintonizad con este planeta, con la Tierra. Sentid cómo os reconoce cuando os afirmáis en vuestra propia fuerza. ¿Notáis su entusiasmo? La Tierra os sustenta, os da raíces, os empodera.

Luego, imaginad que vais andando por el centro de una ciudad. Todo es jaleo. No se trata solo del bullicio físico —la gente, los coches, el ruido—, sino también del tipo de energía que hay, más inquieta, más caótica. Todos esos sentimientos, emociones y estados de ánimo de las personas se arremolinan a vuestro alrededor y no hay apenas presencia del mundo natural para proporcionar tranquilidad y equilibrio. No obstante, permanecéis ahí, dentro de vuestro huevo hecho de energía luminosa, vuestra propia energía.

Imaginad lo siguiente: estáis en medio de una calle o de una acera; tomaos el tiempo de visualizaros ahí bien. En medio de todo el cemento de la ciudad, sois conscientes de la Madre Tierra, pues también está ahí. De resultas de su presencia, tomáis consciencia del corazón de todas las personas que pasan andando junto a vosotros. En el seno de todas las emociones superficiales —la confusión, la prisa, la impaciencia—, un corazón late en todo ser humano. Permaneced desapegados de todas esas energías confusas que se agitan a vuestro alrededor; en vez de eso, concentraos en esos corazones.

Sentid que permanecéis firmes y que a vuestro alrededor hay un espacio invisible. Un espacio que no desaparece, incluso aunque la gente pase cerca de vosotros. Sentid vuestra firmeza. Estáis conectados a todas esas personas, pero eso no es algo que deba preocuparos. Intuid la promesa que existe en cada uno de esos corazones. Intuid que, en el corazón de cada ser humano, late el deseo y la búsqueda de la verdad y de la luz, si bien los caminos que llevan a la verdad son a veces tortuosos. Con todo, tal es la manera humana de proceder.

Daos cuenta del enorme poder y aguante de las personas, y considerad que hay una lógica en cada camino particular: una dirección, un propósito. Confiad en el corazón de cada una. No las privéis de las vueltas y revueltas de su camino; no intentéis despejárselo, no es esa vuestra tarea. Vuestro trabajo es, sencillamente, conmover sus corazones mediante vuestra presencia y consciencia, algo que ya estáis haciendo por el mero hecho de estar presentes.

Imaginad que seguís de pie en medio de la calle y que en vuestro corazón aflora la intención amable de alcanzar el corazón de esas personas con una caricia, un tierno roce. Con eso basta. Con ese gesto os limitáis a decirles: «Os veo», mientras permanecéis serenos en vuestra propia energía, en vuestro propio campo, conectados con vuestro abdomen, las piernas y los pies, y sintiéndoos libres.

En eso consiste vuestro «trabajo»: en ser diferentes, aunque estéis en medio del mundo; en ayudar, pero sin perderos a vosotros mismos en el sufrimiento y el dolor ajenos; en dar desde el corazón. Por un lado, estáis al margen de la sociedad, pero, por otro, conectáis con ella desde el corazón y, al hacerlo, cumplís el propósito de vuestra alma. Tal es vuestro mayor deseo.

De ese modo contribuís a un mundo diferente y mejor, así como a liberaros de lo viejo; a liberaros de lo que os ha mantenido encadenados al miedo. Estéis donde estéis en vuestro camino, os pido que os respetéis y que tengáis el valor de adentraros profunda y regularmente en vuestro interior. Os pido que soltéis momentáneamente aquello que os ata a todo lo demás y que experimentéis la belleza y el poder de vuestra alma. Desde ahí podréis dar otro paso en el mundo, sabiendo que no hay mucho que tengáis que hacer. En realidad, se trata de hacer de vosotros mismos vuestro verdadero hogar, de respetar la energía de vuestra propia alma y de, desde ahí, dejaros llevar dulcemente por el flujo de la vida.

Os saludo a todos con el mayor de los respetos. Sentid cuánto os admiro. Sois los maestros de la nueva era. Muchas gracias.

© Pamela Kribbe

Traducción de Laura Fernández


https://www.jeshua.net/channelings/about-this-time-of-chaos/

viernes, marzo 11, 2022

Pamela Kribbe canaliza a María Magdalena - El proceso de aprendizaje del alma - Marzo 11, 2022




Queridos amigos,

Soy María Magdalena. Os doy la bienvenida a todos con alegría y un sentimiento de conexión.

Todos os habéis comprometido con gran determinación a seguir el camino interior. Lo único que os aporta auténtica plenitud es cuando empezáis a escuchar y comprender la voz de vuestro propio corazón, de vuestra alma. Tal cosa es, para cada uno de vosotros, tan importante como el oxígeno que respiráis, tan básico como el pan y el agua que nutren vuestro cuerpo para manteneros vivos.
Y ese compromiso implica que ya ha tenido lugar en vosotros un cambio de consciencia, en muchos antes incluso de nacer. Vuestra alma se hallaba en una fase determinada de su desarrollo, de su evolución. Y sintió que había llegado el momento de una encarnación terrenal en la que pudiera dejarse ver de verdad; de una vida en la que pudiera verdaderamente fluir a través de la realidad terrenal cotidiana.

lunes, marzo 07, 2022

Pamela Kribbe canaliza a María Magdalena - Contemplaos bien - Feb 22, 2022


Querida gente,

Soy María Magdalena. Soy vuestra amiga cómplice, alguien a quien conocéis y que comparte vuestra visión interior. Sentid mi energía en esta habitación. Os abrazo con la alegría propia de las almas que se reconocen.

Estoy aquí para animaros a que seáis quienes sois. Os ofrezco la seguridad y la protección que todos necesitáis para crecer, evolucionar y realizaros. Sentid esa protección aquí presente; sentíos a salvo en la Tierra. Vuestra alma eligió estar aquí en este tiempo y en esta vida. Vuestra alma consideró propicios para encarnar este aquí y este ahora, por lo tanto, dejad que vuestra luz brille.

jueves, diciembre 16, 2021

Pamela Kribbe canaliza a María Magdalena - La cuestión de ser humano


Mensajes de la Federación Galáctica y Ashtar Command: Pamela Kribbe -  Jeshua - El Mensaje De La Oscuridad - 27-04-2017

Pamela Kribbe canaliza a María Magdalena

Queridos hombres y mujeres,

Bienvenidos a este círculo. Soy María Magdalena. En su día fui una mujer que vivió y amó en la Tierra, y que a veces se desesperaba y lidiaba con esas mismas emociones humanas que todos vosotros tan bien conocéis.

Hoy estoy aquí para argumentar a favor de lo que significa ser humano. Muchos de vosotros estáis cansados de ser humanos. Hay mucho conflicto en vuestros corazones, dolor y miedo del pasado; en ocasiones, agotamiento y, también, un rechazo a abriros de verdad, debido a lo que el hecho de ser humanos en la Tierra podría acarrearos. Todo ello es perfectamente comprensible, pues, cuando llegáis a la Tierra, os encontráis con resistencias internas dictadas por recuerdos de vidas pasadas y avivadas por la nostalgia del Hogar, un hogar que habéis conocido en los reinos de armonía y luz. Todos vosotros lleváis esos recuerdos en vuestro interior y, cuando llegáis a la Tierra en cuanto que almas descendidas, vuestro ánimo puede, a veces, desfallecer.

Conectad con esa parte vuestra que se resiste a estar aquí, en la Tierra, y aceptad que eso es algo que le da miedo. Vuestra consciencia no es de la Tierra; vuestra consciencia es infinita, cósmica, y se siente como en casa en el universo entero. Aquí está solamente de visita y su estancia en un cuerpo terrenal es temporal. Reconoced y aceptad esa parte de vosotros a la que le asusta estar aquí, la que tiene miedo de participar de verdad en la vida y la que teme abrirse a todo cuanto puede experimentarse en la Tierra. Permitid que esa aflicción se haga presente: la duda, la soledad, el tedio, la desesperación. Os estoy pidiendo que os abráis a esa herida, pues el dolor solo puede sanarse cuando se le dedica una atención afectuosa.

Muchos de vosotros queréis adornaros con las galas del camino espiritual. Pero cuando os alzáis hacia la luz, y antes de daros cuenta, dejáis atrás lo terrenal. Lo que realmente se os alienta a hacer, aquí y ahora, es a observar vuestra oscuridad interior y a enviarle luz, algo que puede evocar resistencia en vosotros. No obstante, descender en vuestra propia oscuridad, soledad y sensación de separación es lo que os proporcionará mayor plenitud. Pues al hacerlo, descubriréis quiénes sois de verdad: portadores de luz, seres capaces de iluminar la oscuridad.

Imaginad ahora que esa vieja aflicción que pervive en vuestras almas se concentra en medio de este círculo que formáis. Es un dolor que se expresa de mil maneras; puede manifestarse como agitación, ansiedad, tristeza, incertidumbre y una sensación de desconexión. Mientras seguís formando este círculo en torno a esa vieja aflicción, os voy a pedir que visualicéis que todos y cada uno de vosotros lleváis en la mano una antorcha encendida y que la acercáis al centro del círculo, de manera que ese dolor quede totalmente iluminado y pueda verse, y deje de tener que esconderse en la oscuridad.

Dejad que vuestra luz brille. No sois ese dolor; sois quienes podéis aliviar ese dolor y transformarlo, y tal es vuestra auténtica tarea y misión aquí, en la Tierra. Cuando alumbráis vuestra propia oscuridad de esta manera, la luz también irradia hacia otros y los impulsa a hacer lo mismo. En ese entonces sois trabajadores de la luz; todo empieza con vosotros. La invitación principal que se os hace es a aceptar y abrazar plenamente vuestras partes más vulnerables, y eso es lo que hemos estado haciendo esta semana. Cuando os fijáis en las heridas más profundas de alguien, os dais cuenta de que son prácticamente las mismas en todas las personas, hombres y mujeres, y que derivan de su necesidad de ser reconocidas y amadas, en otras palabras, de una sensación de falta de amor y de comprensión.

El propósito original de la sexualidad, de la intimidad, es la alegría. Se trata de un encuentro sumamente valioso, podría decirse, incluso, que sagrado. Cuando un hombre y una mujer se unen, con sinceridad y respeto, se produce una fusión de energías que es, literalmente, creadora. De esa unión puede nacer una preciosa y maravillosa criatura humana. Pero esa fusión es, además, creadora en un sentido más profundo. A nivel del alma, la manera en la que el alma de otra persona os inspira y conmueve puede ser intensamente enriquecedora y os convierte en parte del Todo sin por ello perder vuestra propia singularidad, vuestra individualidad. Tal es el auténtico significado de la unión entre hombres y mujeres. Sentid qué hermoso es y lo mucho que deseáis ese sentido sagrado de la sexualidad. En cuanto que almas, siempre estáis buscando la Unidad, el regreso a vosotros mismos, el regreso al Hogar divino. Lo llamáis de muchas maneras, pero todas se quedan cortas: Dios, lo Uno, Todo-lo-que-es, el Universo, el Cosmos.

Se trata de ese anhelo que sentís en lo más hondo de morar en una seguridad incondicional, de ser totalmente aceptados y de que se os permita expresaros libremente. Esta profunda nostalgia habita en todos y cada uno de vosotros, y lo grandioso de la unión entre marido y mujer —o entre dos amantes, que también pueden ser dos hombres o dos mujeres—, lo maravilloso del encuentro sexual es que podéis vislumbrar el Todo, la Unidad. Al ser humanos, vislumbráis el Hogar, el paraíso, precisamente por medio de esa polaridad —la dualidad hombre-mujer—, la cual os enriquece. La sexualidad fue concebida para ser una fuente de luz, una danza llena de ternura.

Sin embargo, y muy particularmente en el ámbito de la sexualidad, los seres humanos están profundamente heridos y existe distanciamiento y hostilidad entre ambos sexos. Las personas ya no se sienten a gusto con la energía del sexo opuesto, ni siquiera cuando esa energía está en su interior. A las mujeres les cuesta hacer uso de su energía masculina, su autoconfianza, su poder. Y a los hombres les cuesta rendirse a sus sentimientos, a sus emociones, al disfrute de y a la fusión con otra persona. ¿Cómo ha llegado a ocurrir tal cosa? Sería demasiado largo contar con todo detalle la historia de la evolución de las energías masculina y femenina. Pero el hecho básico es que Dios, la fuente de todo lo que es, os dio libertad para explorar y experimentar, así como para correr el riesgo de obtener resultados en forma de desequilibrio de energías. Con todo, era algo necesario para que, de hecho, lleguéis a comprender quiénes sois y la responsabilidad depositada en vosotros. No sois niños en manos de Dios, cada uno de vosotros es un dios en proceso y debéis aprender a asumir responsabilidades, así como a mantener el equilibrio con todos los elementos de la vida.

Sois brotes de Dios. Sentid lo poderosos y autónomos que sois. Cada uno de vosotros es uno e indivisible, con un sí mismo propio y totalmente único, aunque también estéis inextricablemente ligados a la Fuente de todo. Dejad que este conocimiento se asiente. Cada uno de vosotros es quien es y nadie más, y esto es, en sí mismo, un milagro, un misterio. En eso consiste ser un alma, indivisible y única; en eso consiste ser Dios, un creador: libre, independiente, autónomo.

¿Podéis asumir plenamente la responsabilidad de una autonomía tan grande? Esa es la verdadera cuestión. Una parte de vosotros no desea asumir tanta responsabilidad, y esa parte es vuestra sombra. Se siente indefensa, angustiada, separada de la Fuente. Es una parte que, al igual que un niño que llama a su madre, quiere regresar al Hogar. Y muy a menudo, las relaciones sexuales románticas se utilizan como un camino de vuelta a casa —pero la cosa no funciona así.

El Hogar está en vosotros —en ser vuestro yo original y único. Asumir vuestra plena autonomía es el primer paso hacia una relación madura. Sentirse a gusto con uno mismo, en paz con la propia esencia, es un requisito ineludible para poder tener una relación íntima y alegre con otra persona. Ahora bien, ese requisito es incompatible con el deseo infantil que tantas veces se busca satisfacer en una relación romántica y que consiste en un anhelo de formar parte del otro, de fusionarse totalmente con el otro, como si la pareja fuera un padre o una madre omniscientes en quien apoyarse. Es precisamente en las relaciones románticas donde el niño interior quiere librarse de su propia carga y pasársela a otro. Se produce entonces una dependencia emocional que hace que, más pronto que tarde, ambos miembros de la pareja terminen sintiéndose agobiados.

El primer paso hacia una relación sagrada y sanadora es que os acojáis totalmente a vosotros mismos; que abracéis a ese niño extraviado que hay dentro de vosotros y que se siente perdido. Asumid vuestro papel de adulto; nadie puede sanar vuestras heridas; cada uno de vosotros es su propio sanador, su propia luz. Cuando entráis en vosotros de esta manera, aceptándoos profunda y completamente, estáis listos para ir hacia otra persona y relacionaros con ella desde la sinceridad y la sorpresa. Este es el segundo paso para construir una relación alegre y enriquecedora. Ir hacia el otro con sorpresa, es decir, sin expectativas, sin querer ni necesitar nada, sino, simplemente, considerando a la otra persona con asombro e interés.

La forma más bonita de amor romántico consiste en maravillarse, en sentirse atraído hacia la otra persona, en querer aprendérsela y explorarla de la manera más abierta e íntima posible. Y en hacerlo sin necesidad de pretender que esa persona se adhiera a nuestra visión del mundo ni a nuestras ideas; sin querer moldearla según nuestras expectativas y necesidades. Tan solo, jugando juntas de verdad. Solo entonces puede alguien entregarse, pues no se siente presionado ni obligado a hacerlo. Ambas personas son libres y se juntan voluntariamente. Ambas quedan conectadas por algo superior, algo que radica en el corazón. Ninguna intenta cambiar ni sanar a la otra, ni tampoco hacerla mejor. No, juntas celebran la vida y, al hacerlo, cada una se sana a sí misma. No por medio de la otra, sino gracias a la habilidad que cada una tiene de estar en paz con su propia esencia y, desde allí, abrirse a participar de la riqueza y abundancia de otra alma.

Hagamos eso ahora mismo. Imaginad que estáis totalmente en paz. Llevad la atención a vuestra columna y recorredla lentamente hacia abajo, pasando por el corazón y el abdomen, hasta llegar a la pelvis. Sentid que esa es la zona del cuerpo asociada con la sexualidad. Sentidlo con admiración e inocencia, sin los prejuicios ni los sentimientos de vergüenza e impureza que la sociedad y el pasado han endosado a la sexualidad. Sentid que esa zona es tan aceptable y neutra como, por ejemplo, un dedo de la mano o un pie. Aquí se halla el ancla de vuestra esencia humana y es aquí, en la zona del abdomen y de la pelvis, donde están vuestros instintos básicos. Aquí es donde la Tierra os sostiene.

Seguid profundizando con vuestra consciencia, limitaos a estar presentes. Estéis donde estéis ahora, sentid que sois vuestro propio hogar, cualesquiera que sean las emociones con las que estéis lidiando. Lo que importa es que estéis ahí para vosotros. Vuestra luz, vuestra esencia, puede afrontar lo que sea, pues es una luz inmortal, una luz que dulcifica y comprende. Llenad toda vuestra aura con esta luz. Sentíos sostenidos por vuestra propia luz divina y sentid que el universo, Dios, la Fuente de todo, os ama. Es por eso por lo que os creó, para que cada uno de vosotros fuera tan único como es. Sois plenamente aceptados, sois admirados, sois amados precisamente por ser quienes sois y exactamente tal y como sois.

Pensad, desde este estado de consciencia, en alguien a quien améis. Puede ser vuestra pareja, pero también un amigo, un hijo, vuestro padre o vuestra madre. Quedaos con la persona que acuda a vuestra mente en este momento y con quien queráis conectar ahora. Mientras la visualizáis y conectáis con ella, manteneos centrados en vosotros mismos; nadie va a sobrepasar vuestros límites, así que permaneced tranquilos en vuestra esencia. Sentíos cómodos y en paz. Respirad suavemente con el abdomen y no os planteéis si deberíais ayudar o cambiar a esa persona. De hecho, no tenéis que hacer absolutamente nada, tan solo permanecer conectados con vuestro ser. Luego, observad a la otra persona con tolerancia e interés. Fijaos en lo que irradia ahora que la tenéis delante. Cuando observáis de esta manera, vais hacia el otro con inocencia. No tenéis que hacer nada y la otra persona tampoco. Os limitáis a observar su apariencia, cómo se mueve y qué es lo que os llama la atención de su energía.

A continuación, y con vuestro campo energético intacto a vuestro alrededor, acercaos a esa persona. De vuestro corazón emana algo profundo hacia ella. Sea lo que sea, dejad que brote espontáneamente y observadlo con interés y sin juicio alguno. Fijaos en qué es lo que os conecta y lo que os proporciona una conexión lo más vital y alegre posible. No os fijéis en lo que no fluye tan bien o tropieza o provoca desencuentros, sino en la hebra más sutil, luminosa y alegre que os une y por la que la energía fluye sin esfuerzo, y disfrutadlo. Salvo deleitaros con ello, no tenéis que hacer nada más.

Recibid esa luz durante unos instantes. Percibidla fluyendo por esa hebra hacia vuestro corazón y fijaos en qué provoca en vosotros. Trae algo nuevo y vibrante a vuestra vida, algo con lo que podéis avanzar y que os enriquece aún más. La recibiréis en virtud de vuestra unión, pero, también, del permiso que os dais mutuamente para ser libres. Es en la inocencia y en el permiso recíproco para ser libres donde dos personas se encuentran de verdad. Tal es el propósito de la auténtica intimidad.

El primer paso es estar en paz con uno mismo, confiar en la propia esencia y seguir haciéndolo incluso cuando se está en contacto con otra persona. El segundo paso es ir hacia esa persona con inocencia, sin querer cambiarla ni controlarla, sino simplemente para observarla, sentirla y descubrirla. Y el tercer paso es disfrutar, en recíproca libertad, de lo que buenamente fluye al estar con ella.

Las relaciones en la Tierra son sumamente valiosas. Es en ese ámbito donde os topáis energéticamente con vuestras emociones humanas más intensas. Como dije al principio: «Hoy estoy aquí para abogar por el hecho de ser humano». ¿Qué quiero decir con esto? Históricamente, lo que a menudo habéis pretendido es manifestar lo divino en vosotros trascendiendo vuestra humanidad y tratando de elevaros por encima de la misma para, en el fondo, huir de vuestras propias emociones y recluiros con el fin de evitar los lazos de una auténtica relación de pareja. Mi camino hacia la divinidad consiste en el ser humano que se descubre en las relaciones, pues, aunque es en ellas donde más intensamente afrontáis sentimientos de soledad, nostalgia y desesperación, también es en ellas donde experimentáis frescura, profunda alegría, conexión y una preciosa intimidad.

Una vez que experimentáis una relación profunda e íntima con otra alma en forma humana, el recuerdo de la misma permanece por siempre en la memoria de vuestra alma. Cuando el alma se siente intensamente conmovida en su faceta humana, en su faceta de hombre o mujer unidos en su sexualidad, en verdad esa relación se convierte en una puerta hacia lo divino. De ese modo, lo espiritual, la luz divina, puede realmente empezar a vivir en la gente y en la sociedad humana. La espiritualidad alcanza un vibrante resplandor dorado no por medio del aislamiento en algún reino superior, sino justamente en la Tierra, gracias a la interacción entre los seres humanos.

Quiero daros las gracias por estar aquí reunidos y por la sinceridad con la que estáis conectados con vuestros corazones. ¡Eso es lo importante! La verdadera espiritualidad no consiste en disciplina ni en desarrollar y dominar determinadas artes o habilidades. Se reduce a una sola cosa: un corazón abierto, un corazón humano que está dispuesto a inclinarse ante su propia oscuridad con inocencia y amabilidad, y que, al hacerlo, también saboreará la alegría del amor —del cálido amor humano.

Muchas gracias.

© Pamela kribbe

Traducción de Laura Fernández

https://jeshua.net/esp/canalizaciones/maria-magdalena/la-cuestion-de-ser-humano/

miércoles, diciembre 15, 2021

Pamela Kribbe - Mary Magdalene - The Role Play of Man and Woman - Dec 12, 2021


Mensajes de la Federación Galáctica y Ashtar Command: Pamela Kribbe -  Jeshua - El Mensaje De La Oscuridad - 27-04-2017


Dear friends, dear men and women,

I am Mary Magdalene. I am your sister and your friend. I know your journey; I have been human, too. I know what it is like to go through the depth of human emotion.

You are full of courage and I wish you would honor yourself. You all have a deep wisdom inside you; you all are old souls. You consented to take the plunge into material reality to again come back to Earth, knowing that doing so would veil your knowledge, your wisdom.

jueves, julio 22, 2021

Advice for Connecting with Spirit: Transmissions from Yeshua and Mary | Judy Satori

Patricia Cota-Robles - THE OLYMPIC GAMES – AN IMPORTANT OPPORTUNITY - July 22, 2021




THE OLYMPIC GAMES – AN IMPORTANT OPPORTUNITY

by Patricia Cota-Robles
www.eraofpeace.org

July 22, 2021

The Olympic Games have always provided Lightworkers with a powerful opportunity to add to the Light of the World. This is due to the fact that during this 17-day global event it is estimated that between five and six billion people, at one time or another, turn their attention to the Olympic Games. This unified focus of Humanity’s attention creates a Collective Cup of Consciousness through which the Company of Heaven and every person’s I AM Presence can empower the Divine Intent of the Olympics and expand the Light of God on Earth. The Divine Intent of the Olympic Games symbolically represents the Family of Humanity setting aside our differences and coming together in Peace with the goal of reaching our highest level of excellence. 

Celia Fenn - A real power week-end coming up! - July 22, 2021


A real power week-end coming up!

Today is the traditional feast day of Mary Magdalene, the Feminine Christ! Just as Yeshua was the "Lion of Judah", so Mary is the "Lioness of Judah".

She introducers the Lions Gate energy as the Sun moves into Leo, tomorrow Friday 23rd July.

lunes, julio 12, 2021

Pamela Kribbe - Mary Magdalene - Sexuality and Love Between Partners - July 12, 2021


Dear ones, I am Mary Magdalene; I speak to you with happiness and joy. I am proud of who you are and of who you have become. You are old souls who have already been on Earth often, and you have withstood many fears.

For a very long time, the Earth has been in the grip of a consciousness that vibrates at a very low level. By a low-vibrating consciousness, I mean a consciousness in which everything revolves around physical survival and a struggle for power. And that type of consciousness generates a lot of fear: fear of expressing yourself, fear of showing your true emotions, fear of letting your light shine. It generates an automatic reflex in you to hide and to keep yourself small out of fear of dangers or threats. And those threats have been real at earlier times when you lived on Earth. And in some places that threat still exists.

miércoles, junio 02, 2021

Celia Fenn - The Presence of Mary Magdalene on the Earth and the Story of Sacred Union - June 2, 2021



Mary Magdalene by Denise Daffara



It was Mary Magdalene who carried the energy and the teachings of the Christ Consciousness into Western Europe through France.

When Mary Magdalene settled in France, she began the work of holding the Christ Light through her presence as part of the Christed “Twin Flame” energy, as well as sharing the energy of the message of the teachings of the Christ Consciousness. This basic message was Peace, Abundance and Unconditional Love, and the knowledge that a time would come when the Earth would be filled with a species of Humans who would carry the Christ Consciousness and who would manifest the Golden Age of Peace and Harmony. In order to share the energy and the teachings, Mary Magdalene travelled extensively and worked as a Teacher and a Leader. The heritage of Feminine Spiritual Leadership and Divine Beauty that was her energy still lingers in the tradition of “Amour courtoisie” and the heritage of the Troubadours, musicians and poets who celebrated the joys of courtly love and the radiant beauty of the Lady.

lunes, mayo 10, 2021

Pamela Kribbe - Mary Magdalene - The Forbidden Female Energy - May 9, 2021


Dear friends,

I am Mary Magdalene, your sister, your equal and kindred spirit.

I am here with both joy and sadness. I love you as my sisters. I see your struggle and I see the flame in your hearts: the flame of love, passion, and deep connection with life on Earth and with your fellow humans. That deep enthusiasm and compassion in your hearts, I know from within. You are sensitive women, who at the same time have much power: an inner strength that you have accumulated and built up over the centuries, through many lives.

domingo, abril 04, 2021

Judith Kusel - I have been working closely with Mary Magdalene since 2016... - April 4, 2021



I have been working closely with Mary Magdalene since 2016 when she appeared to me in Paris and everywhere in France. I then followed in her footsteps, of initiations in Greece and Egypt, on 2019.

Since then immense things have happened with the Sacred Heart opening with Yeshua and the Sacred Tones.

sábado, marzo 27, 2021

Judith Kusel - "Indeed, Mary Magdalene was said to have spend long days and nights and hours in the cave... - March 27, 2021


 

"Indeed, Mary Magdalene was said to have spend long days and nights and hours in the cave. As the Cathars were also reported to have done. As the Essenes had done, as they still do in the Himalayas and elsewhere.

For when you truly seek out silence and solitude, you will be confronted with your greatest fears, your greatest insecurities, all which you ever believed true, and more than this, your own shadow side – and all which you never loved nor owned nor have forgiven within yourself and others. Add to this all shame, blame and guilt.