Jesús A Través de Juan- Precipitarse a culpar y enjuiciar sólo enardece una situación - 17-05-2013
17-05-2013
Precipitarse a culpar y enjuiciar sólo enardece una situación que ya está causando mucho dolor a todos los involucrados.
Despertar es el destino de la humanidad. Es inevitable e ineludible, y esa es una muy buena razón para estar feliz y alegre.
No te puedo convencer lo suficiente de lo mucho que Dios, nuestro Padre, los ama a todos en cada momento de su existencia.
No
hay nada que alguno de ustedes haya hecho jamás, o que podría hacer,
que podría causar que se les retire su amor – absolutamente nada!
Hay algunos que dudan de esto, pero es una duda, una preocupación que
tienen que liberar. Todos son hijos amados de Dios – los niños a los que
El ama sin reservas, siempre.
Siempre
que te sientas triste, deprimido, avergonzado, despreciable, culpable o
enojado, sólo recuerda esta verdad divina – “Dios me ama y siempre me
amará sin importar lo que yo o cualquier otra persona pueda pensar,
decir o hacer.”
Esto no quiere decir, como bien sabes, que puedes comportarte alocadamente o sin pensar, de una manera carente de amor.
Comportarte
de una manera que hiera a otra persona hará que te duela más a ti!
Puede que no parezca así, pero alguien que ha sido herido puede
perdonar, mientras que quien está haciendo el daño no puede.
No
puedes perdonar a alguien mientras le estés infligiendo dolor – y eso
te incluye a ti mismo, porque hacer daño a otro es hacerse daño uno
mismo.
Para perdonar, tienes que parar de infligir dolor, y guardar rencor o
resentimiento de cualquier tipo es infligirse dolor a sí mismo, un dolor
que te impulsa con frecuencia a proyectarlo hacia otras personas a
quienes ves como la causa de tu miseria e infelicidad.
En
la ilusión, donde hay tanto dolor y sufrimiento, parece que el dolor y
el sufrimiento se les impone a los unos por los otros, a menudo por los
muy vengativos, y en cierto sentido, esto es correcto.
Pero aquellos que se comportan tan inconscientemente, están ellos mismos clamando por amor. Si los atacas, su dolor se intensifica – y una respuesta común a esa sugerencia podría ser “Muy bien, se lo merecen.”
Pero
atacar al conflicto con el conflicto sólo conduce a más conflicto.
Aquellos que pudieron y causaron sufrimiento sólo pueden ser desarmados
por el amor y el perdón.
Y si el dolor es intenso, como es muy probable, el desarmarlos es un proceso lento que requiere de amor y perdón en abundancia.
Todos
los que están actualmente en la Tierra como Guías del camino y
Portadores de luz han aprendido el perdón y están aquí ahora para
enseñarlo.
Sí,
muchos de ustedes han sufrido mucho en sus vidas presentes y tienen
problemas con el perdón, tal vez sientes que no has aprendido a perdonar
y que no tienes ningún deseo de hacerlo.
Sin embargo, tienes que admitirte a ti mismo que sabes que el amor es la única respuesta, sea cual sea el problema.
Eres
consciente de que el perdón es el camino a seguir, y estás trabajando
en comprometerte con el perdón para liberar toda tu ira, amargura y
resentimiento.
Sabes
que tienes que hacer esto, sabes que este es el camino que elegiste
seguir, a pesar del dolor, a pesar de que a menudo te encuentras
luchando con él al recordar las inconcebibles experiencias que has
sufrido personalmente, pero has buscado asistencia espiritual y la estás
recibiendo.
Sigue pidiendo ayuda, y mantén la intensión de perdonar o de aprender a
perdonar, y con la asistencia espiritual que estás recibiendo tendrás
éxito.
Entonces demostrarás el perdón, y al hacerlo, enseñarás a los demás. Esa lección es la más importante que todos están en el proceso de aprender y poner en práctica.
Y
los mejores maestros son aquellos que están más cerca de tus propias
experiencias de dolor y sufrimiento personal, ya que puedes relacionarte
con más compasión con aquellos que están sufriendo, mientras al mismo
tiempo, te abres a la conciencia en tí mismo del dolor que aquellos que
infligen el sufrimiento están experimentando.
Pueden ver y entender ambas perspectivas. Nadie que no está en el dolor impone dolor intencionadamente a nadie.
Los
accidentes ocurren por descuido o por ignorancia, y el dolor es
infligido. Pero aquellos que causan esas situaciones están llenos de
tanto o a veces más dolor que quien se lesionó.
Bien
podría ser que la primera lección de una persona en el perdón ocurriese
cuando se ven involucrados en una situación en la que se produce un
accidente y se les da la oportunidad de ofrecer la compasión y el perdón
a la persona que causó la lesión, así como a aquellos que resultaron
heridos.
Precipitarse a culpar y enjuiciar sólo enardece una situación que ya está causando mucho dolor a todos los involucrados.
En tus momentos de silencio, los tiempos que reservaste para estar a
solas, vive en el perdón, recuerda casos en los que fuiste perdonado de
forma inesperada, y establece la intención de estar dispuesto a perdonar
si ocurriera algo que te molestara, ofendiera o causara daño – físico o
psicológico – a ti o a un ser querido.
Tu
proceso de despertar implica la apertura al amor y al perdón, y una
parte esencial de este proceso es establecer la intención de hacerlo
todos los días.
Recuerda
que perdonar y ser perdonado trae aceptación y amor de la manera más
encantadora. Practícalo, demuéstralo, y sean los buenos profesores que
realmente son.
Tu hermano que te ama, Jesús.
Traductor: Rossanan Carmona