AMARNOS A NOSOTROS MISMOS PARA VOLVER A LA VIDA
Todas las fechas son UT
Traducción: Rosa García
Difusión: El Manantial del Caduceo en la Era del Ahora
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Esta Luna Nueva en Piscis es suave como una pluma y dulce como la brisa de verano. Como una flor, abre nuestro corazón al sufrimiento de los demás, aplicando néctar para sanar la división y unirnos a aquellas personas que de otro modo evitaríamos. Esta Luna nos recuerda que la vida de cualquiera puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos: los poderosos caen, los ricos lo pierden todo, los sanos enferman y podemos perder nuestros mayores amores. La forma en que respondemos a las calamidades de la vida dicta nuestro carácter en el presente y determina nuestras elecciones futuras. Puede ser muy fácil juzgar a otros por quiénes son hoy, sin conocer el viaje que los trajo hasta este punto: las decepciones dolorosas, sus devastadoras pérdidas y todo lo que lamentan con amargura haber hecho. Todos tenemos una historia de fondo, un camino que nos ha llevado hasta este momento. Nadie es inmune a los caprichos de la vida. Y esta verdad nos conecta a todos.
El amor es la solución
Con cuatro planetas actualmente en el signo de Piscis, la Luna y el Sol, Venus y Neptuno, los límites emocionales pueden volverse muy porosos. Las emociones que surgen del colectivo podrían anidar en nuestro corazón, y podríamos llevar la carga emocional de otros junto con la nuestra. Pero, sin importar donde se origine la emoción, la solución es el amor, el amor a raudales: comenzando por nosotros mismos para después irradiarlo a los demás. Tal vez es difícil abrir el corazón en un mundo duro, pero nuestro mundo también es hermoso y radiante, con personas que quieren hacer lo correcto conviviendo con quienes se ayudan sólo a sí mismos. Podemos tener miedo de que amar demasiado nos haga vulnerables, de que se aprovechen de nosotros o de acabar sacrificando nuestras propias necesidades. Pero Venus y Neptuno nos aseguran que el amor no es debilidad, sino fuerza; no entrega, sino un abrazo que lo abarca todo. No menosprecia a nadie y todo lo renueva. En el amor renacen tanto el amante como el amado.
Si durante esta Luna te sientes embargado por la emoción, está bien. Las heridas se están curando, las emociones se reequilibran. En Piscis, la Luna se vuelve compasiva y amable. Busca el regreso a la Fuente de donde surgen todas las cosas. El reino de la emoción se convierte en una mezcla nebulosa de lo tuyo y lo mío, de sentimientos recogidos del éter y atmósferas nacidas del pasado, energéticamente presentes dentro y fuera de nosotros. La dureza de la separación, nacer como individuos separados en un mundo que nos divide aún más, es un anatema para esta Luna. Ella sabe que tú eres yo, que el ahora es también el ayer, que el pasado es el presente. Su intención es tan sólo curar, sea cual sea el dolor, donde sea y a quien sea.
No se trata de nosotros
Personalizar nuestras emociones en este momento es un error. No tenemos que justificar por qué nos sentimos como lo hacemos, simplemente tenemos que sentir: dejar que la emoción surja sin trabas, quizás por primera vez. El miedo a las emociones intensas puede prolongar una psique fracturada que lucha por ganar terreno cuando las cosas se ponen difíciles. Si no podemos abrazar la miseria de la vida, no podremos albergar su alegría. Si evitamos el dolor, no podremos conocer el amor, y si negamos la ira, difícilmente conoceremos la lucha apasionada por un mundo mejor.
Sin importar cómo haya sido nuestra relación con nuestros sentimientos hasta ahora, esta Luna nos despierta al poder sanador de aceptar con dulzura lo que surja: a nosotros mismos, a los demás, a este mundo roto y hermoso.
No es fácil dejar la mente de lado cuando las emociones nos invaden. La emoción desencadena pensamientos: recuerdos, justificaciones… esa voz interior que nos dice que nos recuperemos o que no hay esperanza. Nada de eso importa ahora. Deja que la mente haga lo que quiera hacer. No tenemos que escuchar ni responder. Nuestra tarea es simplemente dar la bienvenida a las emociones, por desconcertantes que sean. La sanación está en marcha y todos podemos recibirla. Basta con estar presentes con lo que hay, permitiendo que los sentimientos surjan, para sentirlos y dejar se liberen, ya sean tuyos, míos o que lleven flotando en el éter desde hace milenios. Toda emoción es energía y toda energía es divina, por lo que está buscando su camino de vuelta a la Fuente.
Aceptar, abrazar, amar
Esta dulce Luna repara corazones rotos y almas seccionadas. Repara grietas, cura heridas y reintegra todo lo que está dividido. Ve la separación como un espejismo que se disuelve a la luz de la verdad y nos pide que seamos amablemente audaces y valientemente compasivos en los próximos días. Que amemos donde pensábamos que no podíamos y que conectemos cuando preferiríamos evitar. Porque el amor incondicional es siempre su primera opción, hacia los demás y hacia nosotros mismos.
Si estamos llenos de ira o perdidos en el dolor y la desesperación, es posible que nos sintamos incapaces de realizar esta tarea. Pero eso sólo significa que debemos empezar por nosotros mismos, aceptando todo lo que somos: cada pensamiento, sentimiento, comportamiento, memoria y emoción. Abrazarlo todo. Poseerlo todo. Y así amarnos a nosotros mismos para volver a la vida.
Sarah Varcas