Cuando deseas un objeto, una situación, o una adquisición material, con tu primerísima semilla de pensamiento das nacimiento a lo opuesto.
La Polaridad es una calle de dos sentidos, un ir y venir, un dar y recibir, un tener y un carecer.
Mientras estás en la Tierra cada pensamiento tiene una contraparte que es manifestada automáticamente.
Con cada pensamiento de manifestación nos vemos atraídos inmediatamente hacia una confrontación interna/externa de carencia.
¡Todo lo que se encuentra en nuestro interior, al igual que en nuestro
mundo exterior refleja, reverbera y magnifica todas las razones por las
que esta manifestación no puede, no va a ser creada!!
Luchamos
con el caimán de nuestra conciencia terrenal primaria en el suelo un
tiempo suficientemente largo para manifestar lo que nuestra humanidad
siente que necesita manifestar.
Sin embargo, el caimán eventualmente se libera, creando un pensamiento y
una situación que desencadena el mayor temor de pérdida.
Hemos pasado tantos años recriminándonos por el pasado y la debilidad genética preprogramada de la carencia.
El
planeta Tierra es una escuela viviente de opuestos y contrapartes. Cada
persona, lugar o cosa tiene una energía ligada a ella, la cual es una
creación divina emitida en el formato de una polaridad opuesta.
Mucho va cogido de la mano con lo que no es suficiente. Lo rico danza con lo pobre. La verdad yace junto con las mentiras.
Y por supuesto la vieja polaridad de lo Bueno/lo malvado, la Luz/la oscuridad, el Cielo/la Tierra.
La
humanidad acorrala y protege sus propios dioses de polaridad. Estos
dioses de polaridad llevan escopetas en el asiento delantero en nuestros
sueños.
Todo tiene partes iguales del opuesto. ¡Eso es lo que hace de la Tierra un lugar glorioso y maravilloso!
La Tierra es una escuela para dioses en entrenamiento, un campamento espiritual y un retiro para Maestros.
¡Mientras estás en la Tierra el fundamento de lo que piensas que eres es despojado para revelar quién eres verdaderamente!
Todo lo que te sucede es un aprendizaje y un pbsequio que los estándares del Universo consideran invaluable.
El aprender a manifestar lo que el Dios en uno quiere o desea es un enigma espiritual.
Para
manifestar verdaderamente y sostener esa manifestación en la forma
física debes primero llegar a una unión con el Dios interior.
Solamente
a partir de este punto original de Luz puedes crear siquiera. Todo lo
demás es un truco mágico, un arte de magia, una ilusión de
manifestación.
Traductor: Gloria Mühlebach
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