jueves, junio 13, 2013

Jesús - John Smallman - La condena y la culpa son conceptos irreales que te atan a la ilusión - 05-06-2013



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La culpa y la condena son conceptos irreales que te atan a la ilusión por hacer que te sientas indigno de conocer a Dios, y mucho menos digno de regocijarte en el calor de su abrazo eterno.

La Nueva Era ha llegado, y los signos de ello son evidentes en todas partes mientras el campo del Amor divino continúa fluyendo a través del planeta, abarcando todo a su paso, y hay muy pocos que no están en su camino.

Se requiere de un gran esfuerzo, muy decidido por parte de cualquier persona que decida optar por no ser influenciado por el cada vez más intenso y fascinante campo de energía de Amor.

Es la voluntad de Dios que la humanidad se sacuda el manto de dolor y sufrimiento en el que ha optado por envolverse por tanto tiempo, y ella, la humanidad ha decidido alinear su voluntad colectiva con la de Dios – eso es de lo que la Nueva Era se trata, el alinear tu voluntad con la de Dios – y lo están haciendo, al tirar el velo efímero del miedo y la separación en el que se habían envuelto a sí mismos, de manera temporal.

Muchos de ustedes están haciendo nuevas y encantadoras conexiones con extraños ya que el Amor entra en cada corazón que no haya hecho un esfuerzo extremadamente decidido a permanecer cerrado.

Estás fluyendo a lo largo de la corriente de Amor hacia tu inevitable despertar, por lo que debes alegrarte, relajarte, dar gracias, y debes saber que todo está divinamente atendido, como siempre lo ha estado.

Esperen hacer nuevos amigos y conocidos mientras que sus corazones se abren en el campo del Amor que les abraza y disfruta de la calidez de ese Amor compartido.

No hay tal cosa como “predestinación.” Eso es un concepto, basado en el miedo, que fue inventado para tratar de explicar el sufrimiento como algo causado por Dios sobre aquellos que le desagradaban, por lo que fueron condenados, en contraposición a quienes eran ” justos delante de sus ojos” y que por ende, se salvarían.

La idea era que estuvieses predestinado a la salvación y el cielo, o a la condenación y el infierno, y que no podías hacer nada para cambiar ese estado de cosas.

Obviamente eso es una tontería. Toda vida inteligente es muy querida en el corazón de Dios, y todos llegarán a experimentar la maravilla infinita de su Amor eterno por ellos, independientemente de cualquier “crimen” o “malas acciones” que parecen haber cometido.

Sólo el Amor es real, y por lo tanto es eterno. Cualquier cosa sin Amor, sin importar la cantidad de dolor y sufrimiento que pueda parecer causar, es irreal y se desvanecerá con la ilusión, una vez que suelten cualquier necesidad aparente de aferrarse a ella.

Eso es lo que actualmente estas en proceso de hacer: sacudir el polvo de la ilusión de tus pies al dejarla atrás, avanzar mientras haces el intento constante de ser amoroso en cada momento.

Una vez que estableces esta intensión, y pides la ayuda de tus guías y mentores en los reinos espirituales para mantenerla, entonces estás en tu camino a Casa y nada puede impedir tu llegada.

Todavía es posible que te desvíes de tu ruta si deliberadamente te comportas con desamor en una situación, pero muy rápidamente el conocimiento de esta desviación irrumpirá en tu conciencia, lo que te permitirá soltar la intensión desamorosa y perdonarte a tí mismo y a cualquiera que hayas juzgado o culpado imprudentemente.

El amor es tu naturaleza. Y las distracciones de la ilusión cada vez son menos y menos atractivas para ti, por lo que has tomado la decisión irreversible de despertar.

Cualquier desviación de la intención amorosa de alinearte con la santa voluntad de Dios será breve, porque la llama de Amor en tu corazón arde cada vez con más intensidad cada día que pasa, y permanecer inconsciente, insensible a su constante presencia en tu interior es imposible.

La llama del Amor dentro de cada uno de ustedes – la Luz guía que te conduce a Casa – es intensa, potente, y no hay manera de que la puedas mantener permanentemente escondida, que la puedas negar o ignorar.

Ella brillará, e incluso si has pasado vidas negándola o ignorándola, ella nunca te ha dejado, ni por un momento, ha esperado con paciencia y Amor por el primer y más pequeño cambio en tu actitud o creencia que demostrara que estabas dispuesto a reconocerla una vez más.

Ese momento es ahora, y se está haciendo cada vez más difícil para cualquier persona guardar rencor o resentimiento.

Mientras que antes, muchos en la Tierra disfrutaron de aferrarse a rencores con una sensación de amarga satisfacción y planearon la venganza o la restitución contra quienes los habían herido u ofendido, ahora esa sensación de satisfacción es hueca o inexistente, y están desconcertados.

Este es un signo temprano del despertar. Si esto te sucede a ti, dale la bienvenida y regocíjate.

Tus tiempos de amargura han llegado a su fin! Tal vez ni siquiera estabas consciente de estar aferrado a rencores o a la necesidad de castigar a alguien, pero ahora que el sentido de cierre que esto traía se desvanece, se están dando cuenta de ello.

Eso puede ser impactante, ya que tal vez te veías a ti mismo como amable y complaciente, y tu satisfacción venía en parte de la imagen de tí mismo como una persona que no guardaba rencor, mientras que en verdad – como ahora se ha puesto de manifiesto – lo hiciste.

Perdónate a tí mismo! No hay ninguna ventaja o redención en el sentimiento de culpa.

Has cometido un error, lo has visto y lo has corregido, y al hacerlo, has eliminado de ti otro aspecto de desamor, por lo que dispones de más espacio en tu interior para que more el Amor. En realidad, eres libre de culpa.

La culpa y la condena son conceptos irreales que te atan a la ilusión por hacer que te sientas indigno de conocer a Dios, y mucho menos digno de regocijarte en el calor de su abrazo eterno.

Pero ahí es donde perteneces! Ahí es donde tienes tu existencia eterna. Sólo que lo olvidaste momentáneamente, mientras jugabas en la ilusión.

Ahora se acaba ese tiempo de juego irreal cuando te preparas para volver a disfrutar del eterno y totalmente absorbente juego creativo en la Realidad- tu único hogar.

Tu hermano que te ama, Jesús.

Traductor: Rossana Carmona

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