viernes, diciembre 06, 2024

Pamela Kribbe canaliza a Jeshua - Formas sanas y no sanas de ira en los trabajadores de la luz




Jeshua canalizado por Pamela Kribbe

Queridos amigos,

Yo soy Jeshua. Vengo como hermano y amigo.

Me gustaría hablaros hoy sobre la ira y sobre las diferentes formas de ira que conllevan una energía diferente detrás de cada una.

La ira es como el fuego. Puede quemar y destruir, pero también puede llevar luz y aportar claridad a una situación. Es importante distinguir entre las dos formas porque la ira que quema y destruye crea mucho sufrimiento en vuestro mundo. Aumenta el dolor de malentendidos entre las personas cuando actuáis con ira o rabia y lo hacéis desde la sensación de sentiros heridos y desde el dolor. Perdéis contacto con la perspectiva de la otra persona, el que percibís como el ofensor, la persona que os está haciendo daño.

Cuando estáis completamente dominados por una sensación de estar heridos y la ira que surge de ella, no podéis tener en cuenta su perspectiva, de dónde vienen. Esta forma de ira que yo llamo ira destructiva o violenta es un tipo de ira que se limita a vuestro dolor emocional. No podéis elevaros por encima de ella.

Muy a menudo, cuando actuáis por enfado y os sentís indignados de esta manera, en la mayoría de los casos estáis reaccionando no solo a la situación presente, sino reaccionando al dolor que está dentro de vosotros y que fue creado y surgió en el pasado. Hay un dolor emocional no resuelto detrás de vuestra reacción y cuando este es el caso, realmente no respondéis a la situación tal como es ahora, retrocedéis al pasado. Estáis en regresión. El dolor se repite y reaccionáis a este dolor acumulado del pasado.

¿Cómo reconocéis este tipo de ira? ¿Cómo sabéis cuándo surge este tipo de ira dentro de vosotros? Es una sensación de pesadez y está acompañado de una sensación de repetición. Cuando os sentís heridos y enfadados de esta manera, los pensamientos que acompañan a esta ira son algo así como: “Ah, ¿ves? Esto está sucediendo de nuevo. No puedo confiar en la gente. La gente está tratando de atraparme. Este mundo es un lugar duro y hostil. Nadie me entiende. Soy demasiado sensible para esta realidad”. Cuando surge este tipo de patrón de pensamiento, estáis reaccionando desde el pasado, no desde la situación presente.

La mayoría de vosotros estáis confundidos acerca del sufrimiento y la oscuridad que presenciáis en este mundo, en esta realidad, y de esta confusión puede surgir una sensación de ira, indignación e incluso rabia, que parece justificada. Sin embargo, en pocas palabras, este tipo de ira surge de una sensación de ignorancia o confusión. La segunda forma de ira de la que hablé al principio, que es clarificadora y tiene un elemento de luz, obviamente no se basa en la ignorancia sino en un sentido de verdad.

Esta segunda forma de ira no va acompañada de una sensación de dolor o herida personal. Contiene un sentido de la verdad y se siente más clara que la primera forma. Esta ira no es realmente algo personal. Llamarlo ira es en cierto sentido engañoso porque es más como un sentido de claridad que es intuitivo por naturaleza. Es un conocimiento interno más que un impulso genético emocional muy fuerte.

Hay momentos en vuestra vida en los que de repente os dais cuenta en lo más profundo de lo que correcto. Estos momentos ocurren en situaciones personales, pero los sentimientos o vuestra intuición no son personales. No es tanto una emoción como un reconocimiento de lo correcto.

Cuando os llega esta sensación de reconocimiento o claridad, a menudo va acompañada de un sentido de dirección, saber qué hacer, saber que necesitáis marcharos, tomar medidas o hacer algo. Mientras que la primera forma de ira crea una sensación de impotencia, como si vuestra espalda estuviera contra la pared, y os invadieran sentimientos de ira, dolor, rabia, una sensación de injusticia. Os sentís víctimas de todo ello. La segunda forma de ira es en realidad empoderamiento, dándoos un sentido de dirección.

En ese sentido, la segunda forma de ira es un fuego que ilumina y da un sentido de propósito. Como ejemplo, cuando estáis en una situación o habéis estado en una determinada situación repetidamente, puede llegar un punto en el que sepáis en el fondo que tenéis que salir de allí, tal vez una situación laboral, una situación social, una situación de relación personal, pero en algún momento os dais cuenta de que simplemente no es lo correcto quedaros allí.

En realidad, esto no es tanto un pensamiento, aunque probablemente hayáis estado pensando en esta situación en particular y preocupándoos mucho por ella y mirándola desde todos los lados posibles. Pero en algún momento, simplemente llegáis a sentir en lo más profundo que esto no está bien. Necesito irme. Y en este momento, es posible que no sepáis lo que sucederá después de que os hayáis marchado. No es que el sentido de dirección que obtenéis os da todas las respuestas sobre el futuro, pero el sentimiento en sí es claro. Es una intuición. Llamarlo ira es una especie de estiramiento de la definición de la palabra “ira”, pero tiene este elemento de fuego y una sensación de saber lo que es correcto para él.

Lo que distingue esta segunda forma clarificadora de ira es que el sentimiento mismo proviene de un sentido superior de la verdad. No viene del dolor, del pasado, no es personal de esa manera, pero se aplica a una situación que generalmente es personal, que tiene que ver con vuestra vida, la vida cotidiana, las decisiones que tomáis. Esta segunda forma de ira es específica. No es una sensación general de sentirse abrumado por la injusticia o el sufrimiento en el mundo y sentir que necesitáis luchar contra ella o tomar las armas contra ella.

La segunda forma de ira es clara y específica y extrañamente trae consigo una sensación de claridad y alivio que es casi alegre. El alivio surge porque te enfocas, ya no piensas demasiado. Claramente sabes qué hacer.

Puede darse el caso de que este sentido de dirección sobre una situación en la que os encontráis tenga un efecto en el mundo que os rodea. Por ejemplo, digamos que tenéis sentimientos muy fuertes acerca del sufrimiento de los animales en este mundo. Y os sentís atraídos a ayudarlos de alguna manera, y cuando este sentimiento es claro y proviene de la intuición, os sentiréis guiados a uniros a un grupo u organización en particular. De alguna manera encontraréis una manera de expresar este sentimiento claro, esta intención, y sentiréis alegría al seguir esta intención y tomar medidas específicas al respecto.

Otro ejemplo, puede ser en una situación laboral en la que notáis que repetidamente las cosas van de cierta manera o se están abordando de una manera que no os gusta o aprobáis y de repente hay una ira brillante dentro de vosotros y sentís que: “No puedo soportar esto más”. Pero no se trata de dolor pasado o de sentirse personalmente rechazado o abrumado, es desde un claro sentido de lo correcto o incorrecto que os hace decidiros a poneros en pie y hablar con un superior y abordar este problema directamente con ellos.

El sentimiento o el impulso de hablar y expresar vuestra verdad puede provenir de este lugar profundo y realmente tranquilo dentro de cada uno; sabéis que este es el único camino para vosotros. Ya no podéis quedaros callados y decidís expresaros.

Esta decisión viene con una sensación de liberación, o incluso una sensación de alegría, o digamos ligereza, porque expresaros os libera. Cuando hacéis esto, en realidad estáis diciendo que este/a soy yo. Así es como me siento, esta es mi verdad. No estáis dispuestos a rechazar a otros o condenarlos. Solo estáis diciendo vuestra verdad, y el sentimiento que surge es diferente de esta ira ardiente y violenta que mencioné antes.

Cada vez que sintáis este tipo de ira destructiva negativa, ya sea en una situación personal, cuando estéis viendo las noticias o leyendo periódicos, cada vez que entréis en este estado de ira impotente e indignación por lo que está sucediendo en el mundo, tomaros un momento para ir hacia adentro y abordar la naturaleza de la ira, la fuente de ella.

Cuando os tomáis un momento, respirando lentamente y conectáis con vuestro interior, simplemente podéis pedir conectaros con la energía detrás de la ira, y podéis preguntar ¿cuál es el dolor detrás de ella? Podéis preguntar cuál es la herida personal dentro de mí que está siendo tocada en este momento por esta ira que se desencadena por algo fuera de mí. ¿Quién está sufriendo aquí?

Puede ser muy útil trabajar con la ira de esta manera. Lo que parece ser destructivo y violento, si lo abrazáis con consciencia, incluso si se trata de uno mismo y no del mundo exterior, si lo abrazáis con consciencia puede volverse esclarecedor para cada uno de una forma muy personal. Puede haber una parte del niño/a herido dentro de ti que necesita ser atendida, necesita ser bienvenida, y así permites que este niño/a hable.

Puedes hacer esto ahora. Si puedes ver al niño/a, el niño/a interior que está detrás de la ira dentro de ti, la ira dolorosa y destructiva y la rabia, entonces puedes sentir que el niño está repitiendo ciertas creencias que resultan del trauma, como “este mundo es demasiado duro y violento. No estoy a la altura. No pertenezco aquí. Soy incapaz de defenderme. No puedo lidiar con este nivel de dureza, ignorancia, crueldad”. Cuando profundizas en este dolor, puedes sentir que hay un niño/a herido dentro que no fue capaz de hacer frente a ciertas energías que vienen del exterior.

Hay una parte sensible de ti que tiene dificultades para estar aquí y también tiene problemas para perdonar y comprender a los demás porque esa parte se siente abandonada y aislada. De esta sensación de abandono y aislamiento viene el miedo y ciertos mecanismos de supervivencia que excluyen a otras personas porque son muy aterradores. Esta parte de ti los convierte en seres que son diferentes a ti, que son amenazantes, peligrosos de alguna manera. Cuando creas este muro o brecha entre tú y los demás, entonces es fácil juzgarles y enojarte con ellos. Es un mecanismo de supervivencia, pero al final, es falso.

No eres del todo diferente de ellos. Todos sois seres humanos y en realidad es al sentir la unidad o lo que es lo mismo, las similitudes entre cada uno de vosotros y los demás, que perdéis el miedo a los demás y seréis capaces de no tomar su comportamiento tan personalmente.

Cuando queréis resolver la ira destructiva dentro de cada uno de vosotros, es necesario ir hacia adentro y encontrar el punto de separación, el momento en que decides aislarte y separarte de otros seres humanos, cuando te encierras dentro de ti mismo. Esto siempre se debe a una sensación de estar abrumado, sentirse incomprendido, sentirse rechazado, sentirse abandonado. Pero cuando haces esto, cierras la puerta y luego creas el espacio para que la ira destructiva crezca y se apodere de ti porque ya no te sientes seguro.

La segunda forma de ira no se basa en una sensación de aislamiento. Realmente te sientes conectado con este mundo, con la humanidad y un sentido de rectitud o verdad surge de esta conexión. Sientes interés por lo que le está sucediendo a otras personas con las que estás conectado y es por eso que eliges actuar de cierta manera o marcharte o hacer algo desde este sentido de rectitud.

La segunda forma de ira, también podría llamarse pasión por la verdad, es de naturaleza muy diferente, pero ambos son aspectos muy humanos que necesitan ser vistos y bienvenidos. La primera forma de ira no es tanto que es incorrecta si no que es una parte de ti que necesita sanación. Para distinguir entre las dos aún más claramente, os pido ahora que os conectéis con ambas formas de ira de una manera física y energética.

Primero, me gustaría que sintieras la energía de la Verdad, la energía de la claridad. Imagina que estás rodeado por la luz de la Verdad y la claridad, y la respiras. Lo permites como un flujo de energía que entra entre o detrás de tus ojos físicos. Como un rayo de luz, esta energía entra y fluye a través de tu cabeza y alrededor de ella.

A medida que sientes que la luz se extiende, todos estos pensamientos y preocupaciones excesivos dan paso a una sensación de conocimiento silencioso, y te sientes arraigado. Permite que este flujo de luz y claridad se mueva hacia tu garganta, hacia tu pecho, el área del corazón, y luego hacia tu estómago, tu vientre, hacia el chakra raíz, y finalmente hacia la parte superior e inferior de las piernas y los pies.

Este flujo de luz y claridad que puede ser muy decisivo y útil te conecta con tu alma. Te conecta con un nivel superior. Te hace más grande en lugar de más pequeño. Y te conecta contigo, tus sentimientos, tu sentido de la verdad, tus intuiciones. Siéntelo. Da la bienvenida a esta energía. Es una energía activa, pero no es impulsiva ni emocional. Es estable.

Ahora compáralo con la primera forma destructiva de ira, que es de naturaleza altamente emocional. Solo observa cuando esta forma de ira se apodera de ti, cómo tu cuerpo se ve afectado por ella. No tienes que entrar en este estado de ira ahora, pero recuerda lo que es entrar en esta sensación de rabia y juicio. Siente cómo hay un flujo negativo que afecta tu cuerpo físico, crea estrés, hay tensión en él. Es muy opuesto a la energía de la verdad y la claridad con la que acabas de conectarte.

La forma destructiva y violenta de la ira no es realmente capaz de tener efectos duraderos en el mundo exterior. No es realmente constructivo o creativo porque no está acompañado por un flujo de luz, un flujo verdadero de enfoque realista.

Siempre que lo sientas, debes saber que hay un niño/a dentro que se siente muy aislado e inseguro y dirígete a él directamente. No busques soluciones en el mundo exterior o cómo las personas deberían cambiar su comportamiento. Adéntrate y mientras lo haces, creas espacio para este sentido empoderado de pasión y propósito y eso hace que sea más fácil que se quede contigo.

Os amo a todos. Y os saludo desde el corazón.

Es una alegría para mí conectarme con todos.

Somos familia.

Gracias por estar aquí conmigo, con nosotros.

Estamos conectados a través de la alegría y la luz.

© Pamela Kribbe

Traducido del inglés por Cristina Yoh