lunes, abril 15, 2013

Jesús - John Smallman - Ustedes se están volviendo menos adictos a la validez de la ilusión - Abril 1, 2013


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01-04-2013

Uno es el número de las creaciones de Dios, pero el Uno no es de ninguna manera limitante- es infinito.

Este es un concepto muy complejo para que lo puedas entender y mucho menos tener algún sentido de él, de hecho, es más bien una paradoja mientras permaneces limitado por tu cuerpo físico, por lo que ni siquiera lo intentes – es absolutamente innecesario. Basta con aceptar que es así. Entrégate a él y sabe que no estás siendo engañado.

Tu entiendes y aceptas que lo que cada uno piensa, dice o hace, tiene efectos más allá de tu entorno inmediato, debido a que la ciencia de la física moderna lo ha demostrado con la satisfacción de las más brillantes inteligencias de entre ustedes.

Y si esto es así, como sin duda lo es, entonces se deduce que todos somos uno, y ese uno es el número de las creaciones de Dios – Uno que abarca a multitudes infinitas si lo prefieres, pero es uno.

La creación Uno – Dios y todo lo que ella es – está constantemente compartiendo consigo mismo el amor que es la fuerza de la vida, la inteligencia, la sensibilidad y la conciencia que permite el reconocimiento de uno mismo y de los demás, lo que facilita y fomenta la interacción entusiasta entre y dentro de ese Uno.

El Uno es un estado de alegría infinita, eterna de éxtasis y felicidad, y es tu casa, donde la calidez infinita de la aceptación divina te abraza siempre.

La ilusión es una distracción que necesita ser descartada, disuelta, y que va a pasar cuando retiren su atención colectiva de la misma.

Se trata de un entorno imaginario en el que el miedo y la ansiedad son tus compañeros constantes. Incluso si los niegas o los entierras debajo de tu nivel de conciencia, ellos permanecen allí enconados hasta que los abordas y los sueltas, o hasta que explotan venenosamente, demandando tu atención absoluta.

Muchos están pasando por esta experiencia en la actualidad, cuando sus miedos irrumpen en sus conciencias, perturbando su paz.

Reconócelos, observarlos y ponlos en libertad. No hay necesidad de involucrarse con ellos, tratando de descubrir sus raíces, o tomar acciones que un miedo injustificado pudiera juzgar convenientes – sólo dejarlos ir.

El retirar su atención colectiva de la ilusión, hará que se desvanezcan como un velo antiguo que se degenera en polvo, y al hacerlo, se te revelará la maravilla de la Realidad en la que siempre has estado.

En la actualidad, parece como un sueño, una idea apenas perceptible, de algo de memoria débil y distante, tan distante e inalcanzable que permanecen casi totalmente inconscientes de ella.

Sin embargo, la ilusión no es más que un velo detrás del que has elegido esconderte, y porque te has olvidado de esa elección, ésta se ha vuelto increíblemente real para ti, terriblemente real.

Tu tarea, la tarea de la humanidad, es despertar. Para hacer eso, tienes que soltar tus preocupaciones y ansiedades, las cuales no tienen fundamento, y abrazar al Uno sin miedo, tal y como él te abraza.

El miedo es un concepto que no es más que una parte de la ilusión, porque en la Verdad, en la Realidad, no hay nada que temer y nada que pudiera causar miedo.

La ilusión fomenta el miedo y la mente racional y egoica trata de descubrir a que le teme, y el aparente estado de separación con que se presenta la ilusión le proporciona la evidencia – los demás, que te podrían atacar!

Pero todos son uno y atacar a alguien, como a menudo te han dicho, sería atacarte a ti mismo. La ilusión, sin embargo, hace un muy buen trabajo convenciéndote de que el ataque es real, doloroso, constantemente amenazante y que necesitas ser defendido constante y vigorosamente.

Como puedes ver, la ilusión es el problema y la solución! El problema, porque te ha convencido de que es real, y la solución, porque su realidad aparente desaparecerá cuando retires tu atención de ella.

Cuando lees una novela bien construida, o ves una buena obra de teatro o una película, prestas atención, te involucras con ella, y te trasladas a otro reino – el reino que el escritor ha creado.

Sientes emociones fuertes a medida que la historia se desarrolla, instándote a identificarte con uno de los personajes – el héroe o el villano – y a tratar de adivinar lo que va a suceder, lo que va a desarrollarse.

Te conviertes en ajeno al mundo que le rodea mientras te concentras totalmente en la fascinación de la historia en desarrollo.

Entonces llega a su conclusión, y poco a poco vuelves a la conciencia de tu entorno, aunque la energía de la historia se queda contigo un rato antes de desvanecerse.

La ilusión es un desfile interminable de historias colectivas en las que todos participan, y donde la huida, la salida, consiste en retirar tu atención de ella.

A veces, cuando estás leyendo o soñando despierto, un ruido fuerte te trae de repente, quizás violentamente, al momento presente, y el ámbito en el que habías entrado se disuelve instantáneamente.

Cuando la atención colectiva de la humanidad se retire del reino que ahora parece habitar, habrá un despertar repentino para ti, y será emocionante!

Para fomentar la llegada de este momento increíble e inevitable, asegúrense de pasar tiempo a diario en su lugar de paz interior, con la intención de conectarse con el campo de Amor divino de Dios, la Realidad, que te rodea y protege en todo momento.

Siempre está ahí, esperando a que pierdas el interés en la ahora predecible ilusión y su ya agotada fantasía, de la cual se han vuelto adictos.

Sin embargo, se están convirtiendo menos adictos, menos convencidos de la validez de la ilusión, y tienes ayuda energética masiva de la Realidad, de aquellos en los reinos espirituales, que te ayudarán a liberar tu atención de ella.

Es tu intención – siempre ha sido tu intención – despertar del sueño de separación de tu Padre, y Él les ha dotado de los medios para hacerlo: tu propia parte de la llama eterna de Su amor que arde dentro de ti constantemente y está siempre indisolublemente unida a él.

Tu despertar es inevitable, ineludible, y ha sido asegurado divinamente. Sólo tienes que permitir que esto suceda, abrazando el Amor de Dios y soltando todo aquello dentro de ti que no está en alineación con El.

Tu hermano que te ama, Jesús.

Traductor: Rossana Carmona

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