sábado, octubre 14, 2017
Pamela Kribbe - Jeshua - Imágenes de No Ser Dignos
14-10-2017
Queridos amigos: Soy Jeshua. vengo a recordarles quiénes son ustedes, a recordarles de su fortaleza y su grandeza. Ustedes son una fuente inextinguible de Luz que refresca continuamente, que crece y se expande; un flujo exuberante de energía divina. Deseo infundirlos de esta energía y pedirles que le permitam fluir plenamente por su mente, su cuerpo, y toda su vida a fin de que la energía de su ser pueda expresarse aquí en la Tierra.
Por favor dejen ir las imágenes viejas y falsas de no ser dignos. Quiero hablarles hoy acerca de la autoestima y la autoafirmación; sobre atreverse a levantarse y creer en el fuego que ustedes portan en su interior. Este fuego es su Luz; quiere brillar esplendorosamente aquí y ahora. Pero cada uno de ustedes ha absorbido tanta información falsa acerca de quiénes son ustedes y qué deben ser que ha habido un debilitamiento de su poder espiritual y su originalidad, su naturaleza única. A este punto de la evolución de la humanidad se están liberando nuevas fuerzas espirituales, lo cual solamente puede suceder completa y verdaderamente a través de la gente que está viviendo ahora en la Tierra. Está naciendo un nuevo tiempo y energía a través de ustedes, y eso sólo puede surgir de una manera profundamente enraizada si ustedes abrazan completamente su propia valía.
Tanto los hombres como las mujeres han sido falsamente guiados por la sociedad mediante sus tradiciones y procesos educativos, por lo que las imágenes del pecado, el remordimiento y la culpa continúan aferrándose a todos ustedes y viviendo dentro de sí. La vida es presentada como si fuera una lucha para probarse a sí mismos, y como una batalla para sobrevivir. En esta tradición se plantea una forma muy limitada de energía masculina como siendo la necesaria en la vida, y esa posición yace esencialmente en una base inestable de temor y de una necesidad de controlar. Esta forma de energía masculina ha dominado también espiritualmente. La espiritualidad Cristiana se ha vuelto el masculino dominante a través de la iglesia, y ha perdido contacto con su origen. Ustedes están aquí para restaurar la energía Crística con su origen; para restaurar el corazón viviente de Ella dentro de ustedes; y para manifestarla y pasarla a otros.
Yo los reconozco como mis hermanos y hermanas. Ustedes son muy queridos para mí, y lo que me entristece sobre todo es ver cómo se menosprecian y denigran a sí mismos; cuán alicaídos se sienten acerca de quiénes son ustedes. Imágenes del pecado, de culpabilidad y remordimiento los están engañando. Echemos un vistazo a cómo esas imágenes juegan un rol en la vida tanto de los hombres como de las mujeres. Estas imágenes se impresionan en los hombres durante su niñez por medio del énfasis puesto en su desempeño y competición, y en el sobresalir sobre otros; en ser capaces de defender su posición y de ser fuertes mostrando su masculinidad. La sensitividad y las cualidades femeninas tales como las de ser capaces de conectarse y sentir empatía por otros son rechazadas por no ser masculinas, como características que no le pertenecen a un hombre. En las mujeres el énfasis es puesto en el no distinguirse a sí mismas, sino más bien en el sentir empatía por otros y estar preparadas para servir a otros; se enfatiza el cuidado, el dar cualitativamente.
Estos dos roles modelo siguen afectando el psiquis masculino y femenino y presentan imágenes falsas. Se supone que una mujer debe encontrar su verdadera valía dando de sí misma, mostrando empatía por otros y cuidando a otros. Por consiguiente, ella pierde su propia fuerza y su habilidad para erguirse en alto y tomar una posición posicionándose claramente en el mundo. Pero es sólo cuando una mujer reclama su autonomía, su libertad y su independencia en el mundo cuando esa energía femenina puede fluir con su verdadero poder. Si no hay ese fundamento de autonomía la mujer se ve debilitada y no asume esa posición y el poder en el mundo que debería pertenecerle. El rol modelo tradicional para la mujer nubla su aguda mente y su intrepidez y sentido de aventura.
En los hombres esto es en cierto sentido lo opuesto; en el curso de su crianza son escudados de su corazón, de su sensitividad, y de su necesidad de ser cariñosos, de amar y de proteger. Deben distinguirse entre sí y son forzados a una soledad inevitable, un aislamiento, y al sentimiento de estar perdidos, lo cual los separa del todo. A veces ellos pierden de verdad su sensitividad y no osan entregarse a sí mismos al flujo de las emociones, de los sentimientos, y al amor que también está presente ciertamente en sus corazones.
Hay un deseo en el ser masculino de encarnar también la naturaleza femenina, la cual ya es una parte intrínsica de su ser, pero los hombres tienden a proyectar este deseo fuera de sí mismos hacia las mujeres. Las mujeres tienden a proyectar también su deseo de poder y discernimiento en los hombres. Pero si ambos sexos no pueden encontrar estas cualidades dentro de sí mismos emerge entonces una dolorosa relación entre los hombres y las mujeres. Ellos sienten una necesidad de tenerse el uno al otro, pero al mismo tiempo hay conflictos porque la dependencia nunca es la base para una relación verdaderamente amorosa. Ambos sexos necesitan hacer una conexión interna con sus propios poderes masculino y femenino. Estas energías pertenecen una con la otra, juntas: son como una hélix que está entrelazada alrededor de sí misma. Sólo juntos pueden crecer/madurar y florecer.
¿Qué sucede con la autoestima de los hombres y las mujeres cuando tienen que vivir según dichos estereotipos unidimensionales de la masculinidad y la femeninidad? El hombre desarrolla a menudo un ego falso o imagen pública que él debe presentar al mundo porque siente que se tiene que probar a sí mismo; debe rendir o desempeñarse y ser un hombre de acción. La mujer debe desarrollar también una imagen pública porque ella debe ser encantadora, buena, servicial, y caritativa. Cuando ambos sexos tratan de mostrar el otro lado de sí mismos surgen por lo usual sentimientos de culpabilidad, de vergúenza, de no ser lo suficientemente buenos, o su opuesto: de ser vanidosos o arrogantes. Miren, por ejemplo, el odio en su historia como una reacción a la homosexualidad. Los hombres que mostraban explícitamente su lado femenino y disfrutaban haciéndolo eran considerados el epítoma de la depravidad. Los límites habían sido excedidos, que se suponía debían haber permanecido intactos. ¿Y por qué era esto así? Aparentemente era necesario encajonar a los hombres y a las mujeres dentro de confines estrechos a fin de suprimir su verdadero poder espiritual y fortaleza única, porque todos estos estereotipos han sido actuados ante una energía de la dominancia y el poder.
Todos ustedes han tenido que lidiar con esta energía supresora, a veces como víctimas y a veces como perpetradores, así que tal vez se pregunten por qué se ha desarrollado esta actitud. Se puede ver la situación de esta manera: como una aventura creativa en la Tierra, un ciclo entero de vidas y siempre más vidas que es un enorme proceso de crecimiento. Es una larga trayectoria en la que han experimentado los extremos de lo que ustedes podrían denominar la “dualidad” en el mundo de la forma: luz y oscuridad, conexión y separación, hombre y mujer. Ustedes han viajado muy lejos de Casa, pero esto no es sin algún significado. Esta experiencia vale mucho, y trae una profunda riqueza a cada ser que participa. Pero ello significa también que han descendido a los reinos del temor, la desolación, y el olvido de su Yo verdadero. Yo estoy aquí para recordarles quién son ustedes en este descenso a la oscuridad y de su experiencia en ambos lados de las energías del poder y la dominancia: la de la víctima y la del perpetrador.
Ahora es el momento en el ciclo de la vida en la Tierra en el que es hora de regresar a un mayor equilibrio, a un mayor balance, por lo que les pido que recuerden quién son ustedes. Ustedes vinieron de una Fuente de Luz inextinguible; una Luz que es pacífica, y que sin embargo fluye dinámicamente, experimentando y explorando. No había Dios omnisciente, ni gobernante dominante que determinara su vida, sino un flujo totalmente libre de la Luz revelándose a sí misma tanto en las energías masculinas como las femeninas, y de diferentes formas que encajan todas juntas tan hermosamente. Sientan nuevamente el lazo original entre las energías, la danza del femenino y el masculino.
El poder femenino es acerca de la conexión y la unificación; une las energías. La energía femenina se abre al exterior a partir del corazón, y recibe con amor y tierna gentileza. De cierto modo, la energía femenina porta al Universo. Es la fuente de la conexión, la Unidad. Sientan el poder de esta energía. Ella está presente en toda la diversidad que ven a su alrededor: la gente, los animales, las plantas. El UNO fluye a través de todo: la madre, la diosa, la energía unificadora y la de conexión.
El poder masculino es acerca de la distinción y es creativo de manera diferente; crea individuos. En su ser ustedes están conectados unos con los otros, y sin embargo, como seres individuales, también son distintos, diferentes, únicos – singulares. Por todo el grandioso universo no hay nada ni nadie que sea exactamente como ustedes. ¡Qué milagro! Además de experimentarse a sí mismos dentro del Uno, la Fuente de donde provienen, ¿pueden permitirse también ser “singulares,” la magia totalmente única del ser ustedes mismos? Siéntanlo, aunque no lo puedan expresar en palabras – es el “ustedes” en su interior. Ėste es el poder creativo de la energía masculina.
El gozo más grande en la creación es cuando el Uno se encuentra a sí mismo a través del Otro. Si ustedes están viviendo en un cuerpo masculino pueden maravillarse de una mujer, de su apariencia, su belleza, el acceso que ella tiene a ciertas energías, las fuerzas unificadoras en ella. Como mujer, ustedes se pueden maravillar y disfrutar de un hombre; de su cuerpo, su fuerza, la actitud protectora que puede emanar de él. El juego entre el hombre y la mujer se vuelve un gozo y una fuente de creatividad cuando ambos sexos abrazan de manera natural su propia fuerza y valía. Ambos son parte de la única Luz, eternamente conectados uno con otro. Y no obstante, al mismo tiempo, hay una diferencia que es lo que hace que todo sea excitante y aventurero; un viaje de descubrimiento lleno de potencial que los profundiza y enriquece. Ėsa es la promesa del juego entre el hombre y la mujer.
Hoy estamos hablando en particular de la energía masculina, y quiero decir a veces más que eso. En la forma espiritual tradicional de pensar, frecuentemente es el caso que el ego es presentado como algo que es malo y necesita ser trascendido. Ciertamente en el pasado la ascensión ascendente a lo celestial era visto como el ideal de la verdadera espiritualidad. Pero, ¿qué es la espiritualidad? No es solamente la conexión, la comunión, la unidad, que son centrales a la espiritualidad, sino también la habilidad para distinguir sus poderes únicos de ser un “Yo.” El permitir que sus poderes únicos fluyan y prosperen es tan importante como conectar, y esto le da una forma terrenal manifestada a la Luz de su ser. Específicamente, para esta fuerza distintiva ustedes necesitan al ego. Pero con esto no quiero decir el ego como ha sido representado en la tradición masculina. No el ego duro y empedernido que quiere distinguirse a sí mismo a costa de todos y de todo, un ego que quiere amasar el poder; que quiere gobernar sobre otros, o sobre la vida. Esta perspectiva, en sí misma, es una imagen falsa de lo que es el ego. En su forma verdadera el ego es un punto focal, un prisma para su yo esencial, su poder único. Necesita estar allí y es una parte muy especial e irreemplazable de la creación, al igual que una pieza del rompecabeza que los hace una parte del todo más grande.
¡Abracen ese poder! Díganle: “sí.” Respondan con gozo a quien ustedes son; ustedes son irreemplazables. Y cuando se yerguen en su propia fuerza no necesitan trascender su ego, su personalidad, y dejarla atrás; no necesitan negar nada de sí mismos. Al contrario, ustedes se vuelven quienes son de verdad. La Luz de su ser desciende plenamente a todas sus células, a su cuerpo, a toda su humanidad. Todo lo que les pertenece es iluminado por esa Luz. Entonces se dicen: “sí” a sí mismos — permiten a todo lo que es su humanidad ser — y su yo único fluye a todo lo que ustedes son y hacen. No necesitan esconder su humanidad; no necesitan estar avergonzados de Ella.
Imaginen cómo brilla la Luz desde la Fuente a través de ustedes.
Permitan que la Luz fluya hacia abajo, a través de su chakra de la coronilla, y luego por todo su ser. Es una Luz blanca y universal, amorosa y gentil. Fluye a través de toda vida y también a través de ustedes. Por medio de ustedes la Luz adquiere una radiantez única, un tono especial, un sonido diferente. Vean en su interior por un momento, tal vez puedan ver ciertos colores, oír ciertos tonos, o simplemente obtengan un sentimiento en particular; sientan luego profundo en su interior: “éste soy yo”; éste es mi misterio”. Ustedes están aquí para recibir este misterio y nadie más puede hacerlo, solamente ustedes. Permítanle fluir por todo su cuerpo, a través de su abdomen, sus piernas y pies. Ėsta es la integración, la fusión, del masculino y femenino dentro de ustedes.
Siéntanse bienvenidos en la Tierra y disfruten quién son ustedes. No se avergüencen y no se sientan culpables. Dejen ir las viejas imágenes de la pecaminosidad que no le sirven a nadie, ni a ustedes ni al mundo. ¡Dejen que el fuego arda y que la Luz irradie! Ėse es mi más profundo deseo; y lo más profundo que deseo para ustedes es que se yergan en su propia fuerza, en sus propios dos pies. Permitan que la semilla de la energía Crística florezca dentro de sí, y no dependan de alguien más. Los saludo a todos, con igualdad y con un profundo gozo.
Jeshua
Pamela canaliza a Jeshua
Traducción por Maria Baes y Frank Tehan
© Pamela Kribbewww.jeshua.net
Publicado por
Ángeles de Crystal
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