jueves, octubre 08, 2015

Kryon por Lee Carroll - Letra “R” (#4) - Israel– 30 de Septiembre a 6 de Octubre 2015









Saludos, queridos, soy Kryon del Servicio Magnético.


Hemos esperado largo tiempo para darles esta canalización, y durante más de dos décadas hemos hablado de esto en porciones y fragmentos. Pero ahora estamos en un lugar donde podemos honrarlo en forma distinta.


La letra para este mensaje es una "R" y representa "recordar".


Ahora bien; si ustedes no estuvieron aquí cuando ascendió el profeta Elías, ¿cómo podrían recordarlo? La respuesta es que todos ustedes tienen, en algún nivel, la historia humana en su akash. Nunca dijimos esto exactamente antes, pero el akash humano es sumamente complejo y está relacionado e interrelacionado con otros humanos, otras almas, y contigo mismo. Se podría decir que hay capas de recuerdo akáshico: del alma individual, planetario, de la historia planetaria, e incluso de lo que sería Gaia. Como Dios está en cada uno de nosotros, estas complejidades están también allí, y son hermosas.



Algunos de ustedes han empezado realmente a despertar al potencial de que puede que hayan estado aquí. No todos, pero siempre sucede cuando traemos muchas personas a un lugar o región, que habrá una resonancia a una energía, y la sentirán y la tocarán.


Quiero que todos recuerden algo que pasó muy cerca de aquí; fue así; vamos a hablar de Elías. He hablado de Elías durante dos décadas, no en razón de su Maestría judía, sino por la lección que él enseñó al planeta sobre el Dios único.


Imaginen por un instante lo que sucedió aquí. Con todas las veces que he hablado de esta historia, hoy es más real, porque están sobre la tierra donde ocurrió, muy cerca de aquí. Piensen por un momento en un Maestro muy sabio; Elías hizo muchas cosas grandiosas y ciertamente era sabio, y Dios lo conocía.


Un hombre era su suplente, el que un día habría de tomar su manto, (palabra que usamos para representar todo lo que es el conocimiento, el linaje y la sabiduría de Elías, a eso llamamos su manto, como si fuera una túnica, un saco, que uno puede quitarse y ponerlo sobre otro ser humano al morir). Y ese hombre tiene un nombre que se pronuncia de muchas formas. En algunas culturas se dice Elisha, en otras es Alisha. (N.T. en la Biblia traducida al español se le llama Eliseo).


Sincronísticamente, ustedes encontrarán esta historia en el viejo testamento, escrita como Historia sucedida cerca de aquí. Porque quienes crearon la Historia de los Judíos son los que la contaron, y se descubrió luego no lejos de aquí. De modo que se podría decir que las Sagradas Escrituras son una Historia de un pueblo. En el segundo Libro de los Reyes está la historia que les cuento.


Elías sabía que su tiempo acababa. Pero también sabía, en su nivel de vibración como Maestro, que él no pasaría por la muerte. Ustedes podría preguntarse, ¿Estas cosas serán exactas y verdaderas? Porque no se ha registrado que un humano haya hecho esto hasta ahora, después de Elías. Y entramos en esta clase de enseñanzas que antes dimos. En aquellos días lejanos, había Maestros en este planeta que vibraban muchísimo más alto que ustedes, liderando el camino hacia lo que ustedes llaman el Maestro Cristo. En esta tierra aparecieron muchas veces Maestros de alta vibración. Tenía que ser así. Eran ejemplos para el planeta de un Dios amoroso, uno que se comunica, que es real, y al que le importa. Esto era muy diferente de lo que la humanidad realmente pensaba que era el Creador.


Y Elías no era distinto, porque esta era su enseñanza, como gran Maestro que era. Sabía que podía controlar la hora de su partida. Supo cuándo era el momento. Y cómo fue exactamente que sucedió es asunto de Elías, pero él lo sabía. Y lo sabía con suficiente anticipación para decirle a Eliseo que se preparara.


He contado la historia muchas veces, es exacta y verdadera. Pero también implica la naturaleza humana, la percepción humana, y la verdad que nosotros enseñamos y Elías nos mostró (se ríe). Era hora.


Y Elías le dijo a Eliseo: Quédate cerca para observar este proceso y escríbelo, porque estoy eligiendo el momento de mi partida y voy a ascender. Según la historia, Elías literalmente se adentró en el campo, en la tierra, esta tierra en que ustedes están, en la que se sientan, la tierra que está aquí hoy. Piénsenlo: es la misma tierra, la misma energía. Es el mismo Dios.


Y luego sucede algo milagroso: Elías empieza a transformarse, y vamos a hacer una misma pregunta varias veces durante este mensaje. ¿En qué punto bajó Dios a llevarse a Elías? ¿Fue en este momento? La respuesta es no. Entonces continuamos.


De acuerdo a los escritos de Eliseo, que observaba todo esto y, dicho sea de paso, que recibiría el manto y haría también grandes cosas, este hombre observó con ojos bien abiertos las cosas multidimensionales que tenían lugar ante él. Lo que él vio no estaba en 3D. Ningún profeta ni Maestro ha visto a Dios en 3D. Incluso la zarza ardiente fue la manifestación de la percepción de un humano. Una zarza incendiada que no se consume es más que una zarza (se ríe). Algunos dicen que tenía forma angélica, o una voz, pero en esa historia llamó la atención.


Elías tuvo su historia y Eliseo la observó. Comenzó la transformación, y si quieren saber qué sucedió en qué punto, creo que ni el propio Eliseo lo supo. Porque absorbió todo y observó, y lo primero que vio fue luz. Una luz tan brillante como él nunca había visto ni siquiera parecida, en realidad le lastimaba los ojos. Sucedió en el suelo donde estaba parado Eliseo.


Va la pregunta, por segunda vez. ¿Es este el momento en que Dios bajó y se llevó a Elías? (se ríe) Y la respuesta es no.


La historia continúa, ya que según percibió Eliseo, empezó a ver formas e incluso cosas que ahora les podemos decir que tenían significados numerológicos. Una de las cosas que vio fue una rueda. No vio una simple rueda: vio una rueda dentro de una rueda. Ahora bien: esto fue su percepción multidimensional; allí no había rueda alguna (se ríe). Pero se le mostraba a Eliseo para que lo pudiera escribir. Te diremos lo que significaba. Muchos han hecho conjeturas sobre qué significaba. Muchas son correctas.


El círculo, o la forma del círculo, es la forma perfecta. La encontrarán a lo largo de toda la historia espiritual; es la forma del halo. El círculo más grande que vio, representaba la pureza y el amor interminables de Dios. Un círculo perfecto no tiene un comienzo ni un final. Pero Eliseo vio dos círculos: uno dentro de otro más grande. El círculo interior representaba al alma del ser humano, y era un círculo: interminable, sin principio ni final. Ligeramente más pequeño que el círculo mayor, que lo abarcaba completamente en sus brazos.


Los dos círculos, uno con el otro, empezaron a transformarse en algo distinto, y Eliseo lo llamó o dijo que parecía un carro (se ríe). Y este carro tenía tres caballos blancos. Deben entonces entender la numerología del tres. El tres, en tiempos antiguos, en los que identificaban números con energías, representaba una energía catalítica. Un catalizador es algo que siempre está cambiando lo que lo rodea. Los tres caballos blancos, puesto que había un carro y caballos, significaban que Elías estaba a punto de viajar a algún lugar.


Eliseo identificó el carro y le puso un nombre, como la energía de Elías en su merkaba. Ahora bien, merkaba, en hebreo, es montar. Ese carro de la ascensión se identificó entonces, para que toda la humanidad lo comprenda. En la ascensión de Elías, Eliseo estaba mostrando y contando la historia de la impronta del ser humano, la multidimensionalidad de lo sagrado del ser humano. Se estaban viendo las partes de Elías: sus partes sagradas se desplegaban directamente ante los ojos de Eliseo.


Pregunto por tercera vez: ¿es ya el momento en que Dios Todopoderoso, el Creador del Universo, finalmente baja y lo toma? Y la respuesta es no. Porque lo que Eliseo dice entonces es que el carro dejó el suelo, junto con la rueda dentro de la otra rueda, el círculo dentro del círculo, en el cielo frente a él, y todo se elevó juntamente, y el observó a su Maestro, Elías, desaparecer en los cielos.


La lección final, la más importante, la que he estado contándoles durante más de veinte años: en ustedes está Dios. Dios no necesitaba bajar a buscar a Elías, porque Dios estaba en Elías. Y la energía en que Elías se transformó fue lo bastante buena como para llevarlo hacia los cielos.


Eso eres tú dentro de ti; no es lo que Dios hace por ti, o contigo, o a ti. ¡Tú tienes a Dios adentro! Tu ascensión, ese momento de la muerte, es el mismo para cada humano. Te vas por tu cuenta, y asciendes por ti mismo. Esta fue la mayor lección del Maestro Elías, no muy lejos de aquí: a través de Eliseo identificó la merkaba. Mostró la numerología del alma humana cambiante, que es una representación del hecho de que el alma regresa. Está siempre cambiando. No se va a un lugar para quedarse allí, como tampoco Dios está siempre sin cambios. Dios cambia cuando ustedes cambian: lo que cambia es la relación. El Dios de Abraham es el Dios de hoy. Pero la relación de Dios con Abraham ha cambiado mucho en comparación a la de Dios contigo. Ese es el cambio. Eso es el catalizador. Eso es el Tres.


He aguardado largo tiempo para estar donde eso sucedió y revelar finalmente algunas de las metáforas tan hermosas que Elías nos dio y que Eliseo escribió con tal orden, de tal manera, con tal claridad, para que pudiéramos darte esta información, tantos años después.


Quédense y honren esto, por que sucedió no muy lejos de aquí. El mismo Dios, la misma tierra, el mismo lugar. Piensen en estas cosas. Es hermoso.


Y así es.


Kryon




© Lee Carroll http://audio.kryon.com/en/Channel%204.mp3


Traducción del Audio: M. Cristina Cáffaro [www.traduccionesparaelcamino.blogspot.com.ar]