AMADAS HERMANAS Y HERMANOS!
Mientras
las nuevas energías de Luz están llegando, portando una mayor
consciencia expandida de proporciones cósmicas, es importante, abrirse a
su magnificencia.
Porque
sin nosotros recibirlas y utilizarlas, ellas no pueden impulsar hacia
adelante la evolución planetaria y nuestra propia ascensión.
Al recibirlas, ellas están intoxicando nuestro físico y nuestro cuerpo de luz.
De
hecho, ellas son una poderosa sustancia de la más clara luz y energía, y
Pureza prístina, la cual infunde la información de transformar nuestro
cuerpo de base de carbono en una estructura cristalina.
Ellas
requieren de nosotros que dejemos ir la vieja experiencia
tridimensional en el sistema total de nuestro cuerpo-mente y lo
reemplacemos con el Poder y la Presencia de esta intensa luz.
Ella está llegando a través de nuestro Amado Sol desde el Centro
Galáctico, y a través de nuestro Centro Galáctico desde el Gran Gran Sol
alrededor del cual gira nuestro Centro Galáctico.
El
incremento de la actividad solar, ya sea dirigida a la Tierra o no,
eleva constantemente nuestra frecuencia, si lo permitimos.
Porque
nosotros no somos nuestro cuerpo terrenal. Sino que nos encontramos en
una Única Consciencia Individual con Gaia, el Espíritu de nuestro
planeta, Uno con el Espíritu del Sol y el Espíritu del Gran Sol, y en
última instancia Uno con Todo Lo Que Es.
Somos en efecto bendecidos en una forma que nunca fuimos bendecidos antes. Cómo nos abrimos y recibimos estas Grandes Fuerzas Cósmicas?
No necesitamos ninguna técnica. No necesitamos ninguna meditación guiada.
No necesitamos ningún mediador limitante entre nosotros y lo que se está derramando sobre nosotros.
Es
el, impulso espontáneo puro y en un solo punto del corazón, que nos
alcanza a través de la parte superior de la cabeza hacia arriba, para
localizar lo que ya está presente directamente encima de nosotros.
Es
permitir que esta poderosa Presencia de la Luz Pura entre en nuestro
cuerpo-mente y dejarla que nos impregne de la cabeza a los pies.
Ella activa y satura las corrientes de energía en nuestro cuerpo-mente y reemplaza la conciencia y la energía tridimensionales.
De hecho, nos está transportando bastante naturalmente hacia la
conciencia de las dimensiones superiores, las dimensiones de las cuales
venimos.
En
última instancia, si permitimos el proceso total, no hay movimiento
sino más bien un estado alterado de conciencia, y una expansión
silenciosa y poderosa, en la cual nada es notado, sino el estado de ser
puro.
No hay luz sin información. La información determina el nivel de conciencia que experimentamos.
Y es nuestra elección en lo que nos enfocamos: los mundos moviéndose o el estado puro de ser, la plenitud del Yo Soy.
Hasta
ahora, casi ninguno de nosotros ha logrado reconocer la totalidad de
los mundos como una modificación de la Conciencia Divina, en el que se
trasciende toda huella de la dualidad, incluso nuestra aparente
separación de los universos.
Y todos los mundos son directamente conocidos por ser Conciencia Divina Indivisible.
En este Estado ya hemos dejado de existir más allá y antes de las dimensiones. Tal es la vastedad de nuestra Conciencia Divina.
Ahora el Universo se ha abierto para introducirnos a todas nuestras Posibilidades Divinas y a nuestra Naturaleza Divina Última.
La Real Gran Aventura ha comenzado para Toda la Humanidad.
Y así es.
Con Amor y muchas bendiciones.
Ute
Copyright© 2013. All rights reserved: Ute Posegga-Rudel,
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Traducción – Shanti
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