Quienes son ustedes en realidad, es de tal magnitud que es imposible de describir adecuadamente.
Desde
aquí en la esfera espiritual, de la cual en verdad no están y nunca han
estado ustedes separados, quienes estamos despiertos y cuidándoles
mientras duermen, les enviamos amor en un flujo constante, o mejor dicho
como un rio desbordado.
Les
alentamos a que despierten y se unan a la diversión que está ocurriendo
a su alrededor, porque no nos gusta que se la estén perdiendo, ni
siquiera durante el breve momento que prefieren pasar en su mundo
ilusorio.
Despertar no es difícil, y preferirán hacerlo con nuestro estímulo.
De
hecho ya lo han elegido; solo que están teniendo dificultades
colectivas para elegir el mejor momento, para dejar caer todas esas
barreras defensivas que protegen sus miedos y dejar que los inunde el
amor y los lleve, despertando a su estado plenamente consciente, a la
conciencia viva.
El
miedo es un aspecto de la ilusión que se ha fortalecido durante eones
conforme fueron dejando de aceptar a los que consideraban diferentes de
ustedes, los que no “pertenecían” a su tribu, pueblo, iglesia, raza, o a
determinada selección de características siempre en expansión con la
que definían si los demás eran amigos o enemigos.
Y
los enemigos podían en cualquier momento atacar y destruirles, o al
menos así parecía, ocasionándoles la sensación subyacente de miedo.
No han cambiado mucho: cuando miran a un extraño, siguen prefiriendo ver a enemigos o amenazas en lugar de sólo diferencias.
Sin
embargo, en décadas recientes se han hecho grandes progresos para
cambiar ese enfoque mental, pero todavía queda mucho por hacer.
Sin embargo el avance logrado ha pavimentado el camino para los enormes cambios que todavía se necesitan.
Los que les señalan líderes benévolos y compasivos en nuevas organizaciones que apuntan hacia el rumbo.
El cambio se siente en el aire y muchos se adelantan con ansiedad
entusiasta conforme ven remplazadas las viejas actitudes carentes de
amor por otras nuevas, donde se comprenderán e integrarán sociedades
multi-culturales en una gran comunidad amorosa, reemplazando creencias
separatistas y las divisiones que tanto sufrimiento han ocasionado a
toda la humanidad, de manera que todos se sientan aceptados, bienvenidos
y parte esencial de un gran todo, que es en realidad lo que son.
Quienes
realmente son es de un orden de magnificencia que es imposible
describir adecuadamente mientras continúen dormitando en la ilusión.
Tiene
que estar presente consciente-mente en su percepción como el saber que
su identidad verdadera, eterna y divina es ser Uno con Dios, con la
Realidad, y por lo tanto con cada entidad consiente, porque no existe
alguno que no sea de Dios.
Eternamente unidos a Él en la gloria de la existencia. Se
les ha dicho esta verdad divina muchas, muchas veces, pero para que
realmente resuene en ustedes y la hagan suya, tienen que despertar.
¡Y de eso se trata este ejercicio continuo de recordar quienes son!
Es
una verdad que estaba oculta de ustedes por una preferencia colectiva y
ahora ustedes están colectiva-mente en el proceso de revertir esa
preferencia porque han hecho la decisión de ver, entender y conocer, una
vez más, la Realidad.
Dejando
que la ilusión se desmorone, llevándose todos sus miedos y ansiedades,
esos conceptos irreales que inventaron para entretenerse.
La forma de acelerar la desintegración de la ilusión es emplearse a fondo con el Amor.
Háganse regularmente el propósito de recordar en su vida diaria que son
uno con Dios, que por lo tanto son seres perfectos de Amor.
El
Amor contiene todo lo que existe y continúa expandiéndose eternamente, y
ustedes toman parte en esa actividad colaborando y compartiéndolo
incondicionalmente.
Para
que se vuelva constante, al comienzo de cada día pónganse esa intención
y háganlo de nuevo cuando se acuesten a dormir por la noche.
Se busca con amor su participación, puesto que ello también es esencial.
Participen
consciente-mente en el proceso de despertar, con tanta fuerza de
intención como la que tenían cuando tomaron la decisión, con la ayuda de
sus tutores amorosos y sabios en el reino espiritual, de encarnar como
humanos en estos momentos finales de la experiencia ilusoria.
Tienen
ayuda ilimitada para seguir fortaleciendo su intención de ser Amor en
acción, al escoger consciente-mente amar en lugar de temer, cuando sea
que se les presente la alternativa, demuestran su compromiso de llevar a
toda la humanidad con ustedes hacia la Realidad, hacia la conciencia de
su unidad con Dios, que es Amor.
Su amoroso hermano, Jesús.
Traductor: Claudio Alvarez-Dunn
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