Traducción: Rosa García
Difusión: El Manantial del Caduceo en la Era del Ahora
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Todas las fechas son UT
"En el fondo de la conciencia más dura, rígida, estrecha y asfixiante, encontré un Manantial Todopoderoso que me arrojó a una Inmensidad sin forma e ilimitada y que vibraba con las semillas de un Nuevo Mundo". La madre
Júpiter y Saturno forman su Gran Conjunción a 1° de Acuario, a las 18:22 UT del día del Solsticio. Estas palabras de La Madre nos muestran dónde nos encontramos ahora. La conciencia rígida y asfixiante de este año ha cambiado nuestro mundo hasta hacerlo irreconocible, causando un enorme sufrimiento. Innumerables vidas se han visto afectadas y se ha vivido en el anonimato un sufrimiento inconmensurable, a menudo ignorado para seguir una agenda más que cuestionable. Pero este encuentro entre el Gran Benéfico (Júpiter) y el Señor del Karma (Saturno), a 1º del signo del colectivo humano (Acuario), indica que ha llegado nuestro momento. Dejando atrás la energía opresiva de Capricornio que ha definido 2020, esta Gran Conjunción refleja un cambio de poder que favorecerá a las personas, a nuestra familia humana global.
Ya pasó la oportunidad de las autoridades representadas por Capricornio. Aunque el tránsito de Plutón por Capricornio continúa hasta finales de 2024, el final de su alianza cósmica con Saturno y Júpiter marca que la influencia de las autoridades en este nuevo ciclo será mucho menor. Pasamos de la superioridad vertical a una conexión horizontal e igualitaria. La gente, tú y yo, estamos recuperando nuestro poder.
De una conjunción a otra
2020 comenzó con la conjunción de Saturno/Plutón, que apoyaba a quienes aspiraban a la dominación y para quienes la opresión es sólo una herramienta más a servicio de sus metas personales. ¡Todos sabemos a dónde nos lleva eso! Al terminar el año, Saturno se une a Júpiter, el planeta de la inspiración, la fe, el optimismo, la libertad y la resiliencia. Nuestra capacidad personal y colectiva para encarnar este cambio se potencia. Pero esto es sólo el comienzo. Aún queda mucho por hacer y, a veces, incluso por aguantar. Saturno trabaja lentamente y con enorme atención, fortaleciéndonos para el camino que nos espera. Todos debemos cumplir nuestra parte. No estamos a punto de ser rescatados, sino que hemos llegado a un punto de inflexión en el que nuestra influencia sobre el futuro está cobrando fuerza. Y eso es motivo de esperanza.
Las conjunciones entre Saturno y Júpiter ocurren cada veinte años. Hablan de los esfuerzos de la humanidad para crear estructuras sostenibles que permitan una experiencia de vida significativa en la Tierra. Júpiter es un planeta orientado hacia el futuro, y Saturno es el planeta del tiempo lineal y de la maduración que lo acompaña.
Juntos desean ayudar a la familia humana a alcanzar su más elevado potencial, sin olvidar su carga kármica colectiva. Cuando estos planetas se encuentran, lo viejo y lo nuevo coexisten simultáneamente. Aunque pensamos en términos de tiempo lineal, la verdad existe al margen del tiempo, y se va revelando de nuevas formas que poco a poco podemos apreciar mejor. Las verdades más antiguas pueden ser tan vibrantes como el pensamiento más vanguardista y la última perspectiva de moda puede resultar tan tediosa como la mentira más repetida. Esta conjunción en Acuario teje pasado y presente en una vívida singularidad, creando un cambio de percepción que arroja una luz nueva e inspiradora sobre el pasado y el futuro.
Una nueva dimensión de la verdad
Con el anuncio de Júpiter y Saturno de un nuevo ciclo de veinte años, las posibilidades futuras se expanden más allá de nuestros sueños. La idea de quiénes somos está cambiando. El misterio comienza a revelarse. Dicen que no se puede cambiar el pasado pero, cuando salimos del tiempo lineal, ni siquiera eso es cierto. Las líneas de tiempo cambian constantemente; dentro de ellas podemos crear de maneras que no son posibles cuando 'nos adherimos a las reglas'. El simple hecho de observar nuestro pasado desde nuestra perspectiva presente puede hacer que cambie, porque lo vemos desde un enfoque nuevo y diferente. Sabemos que hoy nos hemos convertido en alguien que no podíamos imaginar entonces. Y nuestro ser del presente arroja su luz particular sobre el pasado. Los eventos pueden ser los mismos, pero su significado y su importancia cambian a medida que descubrimos capas cada vez más profundas de quiénes somos y qué somos realmente.
En Acuario nuestras mentes se expanden y se renuevan. Los paradigmas mentales anticuados pueden dejarse atrás, desbloqueando promesas de futuras posibilidades. Nuestra voluntad de abrazar perspectivas más refrescantes desde una nueva dimensión les permitirá florecer. Debemos vivir conscientes de que sólo vemos una fracción ínfima de lo que existe realmente, de que somos una simple partícula en la inmensidad del cosmos. Lo que creemos puede ser completamente erróneo, en todos los sentidos.
Esta conjunción nos conecta con el circuito cósmico y nos proporciona una sensación eléctrica, de alto voltaje. Puede quemar algunos fusibles, pero eso forma parte del proceso. Si no podemos asimilar esta corriente, debemos expandirnos hasta poder hacerlo.
Atrévete a abarcar nuevos pensamientos, contempla lo imposible, visualiza un futuro fantástico. Si no lo hacemos no estaremos honrando al potencial de los próximos meses (que nos exigirán grandes cosas). A medida que Júpiter vaya despertando en nosotros nuevas percepciones y Saturno pruebe la validez de nuestra perspectiva, debemos ser el cambio que queremos ver el mundo, no esperar a que ese cambio llegue.
Si estamos tan empeñados en tener razón que nos olvidamos de la verdad, si nos refugiamos en falsas certezas para evitar el caos de la confusión, es hora de mejorar nuestro juego. De cambiar la convicción por el misterio y la certeza por una mente tan abierta que no se cierre a nada.
Evolución o entropía
La nueva era de la que muchos hablan nacerá a través de nosotros. No llegamos a ella plenamente formados, ni tampoco seremos liberados por una intervención externa. La nueva era nacerá de nuestra propia transformación. Todas las cosas avanzan hacia la evolución o hacia la entropía, y ambos estados conviven en esta conjunción. Saturno en Acuario puede ser terco y moralista. Está tan seguro de su propia certeza moral que puede negarse a considerar una perspectiva diferente. Pero Júpiter lo libera de su prisión moral para que se convierta en una fuente de orientación y sabiduría, no en una fuente sofocante de juicio y miedo. Juntos nos invitan a llegar hasta los límites de nuestra conciencia, y después nos empujarán hacia el abismo desconocido donde nos aguardan todas las respuestas.
La Luna pasa por los grados finales del Zodíaco cuando esta conjunción se vuelve exacta. Estará vacía de curso en Piscis, advirtiéndonos de los riesgos de la complacencia y la negación. Hay mucho en juego y nada está escrito en piedra. Somos nuestros propios salvadores. No debe cabernos duda alguna. Porque en ese conocimiento se encuentra el yo soberano que no teme a nada ni a nadie: impecable, radiante y libre.
Esta Gran Conjunción iluminará nuestro camino a medida que nos adentremos en 2021. Lo que sea y quien sea que creamos que somos, ahora más que nunca, será cuestionado. Podemos reinventarnos de nuevo y elegir un futuro diferente; desecha el yugo de las creencias limitantes y niégate a que el miedo te haga encogerte. Este es nuestro momento. Nuestro comienzo. Nuestro nacimiento a la libertad y a las infinitas posibilidades.
Desde este momento único en el silencio del Solsticio, todos podemos volver a alzarnos renovados.
Sarah Varcas