Traducción: Gabriela Halblaub
Difusión: El Manantial del Caduceo en la Era del Ahora
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Único en su tipo y parte de la multitud
Venus entró en Leo el 28 de julio de 2019. Dados los desafíos del período de eclipses que terminó el 29 de Julio, ¡esto es algo para celebrar! Después de mucho auto análisis y de la iluminación de algunos temas espinosos, ¡ahora nos podemos relajar en ser quiénes somos sin disculparnos o sin cohibirnos! Venus en Leo se alegra de los placeres de ser una personalidad en un cuerpo físico con sensaciones, que ocupa un mundo que provee gozo junto con las dificultades que enfrentamos. ¡Es tiempo de aceptar más la diversión y menos los desafíos!
Con cuatro cuerpos celestiales en Leo ahora (el Sol, Venus, Marte y el asteroide Juno) y una luna nueva en el signo del león el 1 de Agosto, podemos proclamar con orgullo quiénes somos y dejar que el mundo nos vea en toda nuestra gloria. Pero lo que aplica a uno aplica a todos, así que es necesario que haya espacio para que los otros hagan lo mismo. En efecto, una tarea central del camino Leonino es dejar que otros brillen tanto como uno mismo. Las próximas semanas proveerán oportunidades significativas para hacer esto, de modo que todos tengamos algo de atención positiva. Piensen en esto como una afirmación colectiva de individualidad. Podría sonar paradójico, pero puede ser profundamente sanador, permitiéndonos romper con dictados comunitarios limitantes y entrar en la belleza asombrosa de lo excepcionalmente únicos que somos.
Aceptar esta singularidad natural es una parte totalmente importante de encontrar el equilibrio entre uno y el otro, entre tú y yo, entre la individualidad y el colectivo. Todos nosotros tenemos un don, ya sea una sonrisa ganadora, un corazón compasivo, una pasión estridente, buena cabeza para los números o un talento bien perfeccionado. Pero los dones pueden ser pasados por alto si sólo nos esforzamos por ser “especiales” y distinguirnos de la multitud. En realidad, algunos de los dones más preciados son muy discretos. El conversar con un extraño solitario en la fila del bus no va a atraer mucha atención, pero podría crear una reacción en cadena que no podemos empezar a imaginar. El curar un pájaro herido y devolverle la salud es algo que alguien hace en algún lugar todos los días, sin mucha ostentación. Y aún así la Madre Naturaleza susurra “gracias” mientras despliega sus alas curadas para volver a la vida agreste. El universo es infinitamente agradecido cuando compartimos nuestros dones únicos, y cuanto más podamos sintonizar con esta apreciación omnipresente, menos necesitaremos la de otros para sentirnos merecedores.
Venus entra en Leo mientras el Nodo Norte continúa su viaje a través de Cáncer, ayudándonos a equilibrar nuestro rol en las comunidades local y global con la necesidad de ser reconocidos como individuos. Andamos ambos caminos, uno en el que debemos colocar el mayor bien por encima de nuestra ganancia personal, y el otro en el que priorizamos el honrar nuestra individualidad única. Por momentos estas dos tareas pueden parecer estar en desacuerdo y podríamos tropezar mientras tratamos de establecer un equilibrio. El viaje actual de Venus a través de Leo nos recuerda no descuidar ninguno de los aspectos de la vida humana. Hacerlo es vivir una mentira que dice que o somos más importantes que cualquier cosa o que cualquier cosa es más importante que nosotros. Ninguna de las dos es cierta.
Honrar el bien mayor no debería demandar una renuncia a todo lo que somos como individuos. Podemos destacarnos del grupo y aún así contribuir de manera correcta para nosotros. Al mismo tiempo el colectivo continúa actuando sobre nosotros como individuos, influenciando y dando forma a nuestro desarrollo, incluso si estamos solos. Así como no podemos evitar que nuestra respiración se mezcle con la de los otros, no podemos tampoco evitar que nuestra energía se mezcle, dando nacimiento al campo energético no unificado que atraviesa todo este planeta, conectándonos a todos.
Ya sea que estemos atravesando el camino de la individualidad o que estemos alineados con lo global, podemos tanto nutrir nuestra singularidad como contribuir al campo colectivo del que sacamos apoyo, inspiración y nutrición. El llevar autenticidad, compasión e integridad a estos dos roles nos permite ser individuos vibrantes y partes productivas de un todo, sabiendo cuándo inclinarnos hacia el bien mayor, cuándo mantenernos firmes en nuestra individualidad, y cuándo nuestra singularidad puede contribuir al colectivo en maneras que, escondida en las sombras, nunca podría hacer. Cuánto más alto hallamos estado a la altura de los desafíos durante la temporada de eclipses, más tendremos para celebrar ahora, porque el aceptar la luz junto con la sombra nos vuelve completos: no la luz o la oscuridad, no esto o no aquello. ¡Sólo tú y yo en toda nuestra rara y hermosa gloria! Único en su tipo y parte de la multitud.
Sarah Varcas