Traducción: Rosa García
Difusión: El Manantial del Caduceo en la Era del Ahora
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La danza de la rendición valiente
por Sarah Varcas
Esta Luna Llena hace conjunción con Neptuno y Lilith, la Luna Negra, invitándonos a una profunda contemplación de quiénes somos más allá de las circunstancias de nuestras vidas. Cuando dejamos ir aquello que nos define puede producirse una desconcertante disolución del yo; si abrazamos lo que queda estaremos mostrando coraje espiritual. Desidentificarse de las
circunstancias, de las experiencias, de las riquezas (o la falta de ellas) y de nuestros roles (o la ausencia de ellos) nos lleva más allá del 'Yo': nos conduce a la esencia que brota de un corazón liberado.
Esa esencia ha recibido muchos nombres. Ha sido conceptualizada y teorizada, negada y sostenida como la zanahoria que cuelga del palo del camino espiritual. Algunos creen que existe, otros no conciben que sea posible; otros afirman conocerla en profundidad. Cada uno tenemos una relación personal con nuestro propio núcleo y, en esta Luna, podremos experimentarlo en su forma más pura y sin adulterar. Al alejarnos de todo lo que refuerza la individualidad, podemos centrarnos en la fuente de energía pura que fluye a través de nosotros desde la Vida misma. Al estar en el último signo del Zodíaco, esta Luna nos recuerda que el fruto maduro de nuestro camino espiritual se experimenta en el centro de nuestro ser, no en los adornos externos de nuestras vidas.
Tal encuentro con nuestra esencia nuclear, sin embargo, no siempre es agradable. Muchos han hablado acerca del trauma del despertar, de la conmoción que puede suponer que los engaños cotidianos de la conciencia mundana ya no puedan coexistir con la Verdad. Este no es un camino para los pusilánimes, en el no hay sólo dulzura y luz. Pero una voluntad genuina de experimentar el Ser más allá del ego y de nuestra identidad es esencial para despertar. Debemos estar dispuestos a ver lo que sea que esté reforzando nuestro ego y también prepararnos para dejarlo ir cuando llegue el momento de dejarlo atrás.
Las emociones pueden ser intensas en esta Luna y podríamos sentirnos más sensibles, así que conviene no ser demasiado abnegados si tenemos que pasar por alto nuestro tierno corazón. Aunque estemos trabajando con la desidentificación, debemos prestar atención al sufrimiento. La energía es energía. Viene y va, sube y baja. Podemos experimentarla como emoción e inspiración, motivación y enfermedad, deseo y aversión. Al nombrar estas cosas, las hacemos reales y creamos un “yo” con ellas, algo necesario en un mundo donde no podemos vivir sin identidad. Pero hay otros mundos además de este y somos mucho más de lo que aparentamos. Esta Luna Llena ilumina la paradoja del yo y el no-yo, del ego y la esencia, y la danza que debemos bailar para conocerlos a todos.
Sarah Varcas