domingo, junio 23, 2024

Pamela Kribbe canaliza la Tierra - Alegría de vivir



Pamela Kribbe canaliza la Tierra

Querida gente, soy la voz de la Tierra y os saludo a todos.

He venido hoy para hablar de la alegría, la alegría de vivir. Todos lo anheláis dondequiera que estéis en vuestro camino en la vida. Puede haber períodos más ligeros y otros más pesados en vuestras vidas, y a pesar de ello, es posible sentir un flujo basico de alegría que corre por vuestras vidas. ¿Y cómo llegáis a ese campo de alegría, cómo lo podéis crear? Es soltando el control; a través de la liberación y la rendición. ¿Y a qué te rindes? Te entregas a algo más grande que tu mente y tu ego, con sus deseos, planes y pensamientos.

El movimiento hacia la entrega, el soltar, parece ser un paso hacia la nada, hacia un agujero profundo y oscuro. Pero eso es algo que te han hecho creer. Has llegado a creer que es necesario tomar el control de tu vida con tu mente y tu voluntad. Y eso es algo muy humano, porque sólo los humanos son capaces del libre albedrío. En comparación con las otras criaturas de la naturaleza, tienes muchas más capacidades, y es tentador querer dar forma a la vida usando tu voluntad y pensamiento. Pero si esta determinación toma todo el control, tu visión se vuelve estrecha. Estás restringido por lo que percibes desde tu perspectiva, así como por las ideas que derivas de los demás.

Desarrollas una visión de túnel si confías solo en tu ingenio, en lo que sabes y en tu razonamiento, tus ideas y los planes que tienes. Y esto puede suceder especialmente cuando haces todas estas cosas sin consultar tus sentimientos, tu verdadera naturaleza; porque consultar tus sentimientos, tu naturaleza, es primordial para el flujo que te trae alegría. ¿Y cómo encuentras eso? Lo encuentras dentro de ti en un lugar muy diferente al intelecto y razonamiento. Sin embargo, hacerlo puede ser incómodo para las personas que han crecido con la idea de que la mente es la parte más esencial del ser humano.

Veamos dónde podemos encontrar ese flujo natural en tu cuerpo. Toma nota cuando intentes tomar el control de la vida y observa qué partes de tu cuerpo se activan. Mira lo que querer controlar tu vida te provoca a nivel físico, cómo se registra en tu cuerpo. A menudo va acompañado de pensamientos como: “Tiene que ser, quiero esto ahora, es el momento, es necesario”. Toma consciencia de que hay una presión detrás de esos pensamientos, una cierta urgencia, y también puede haber miedo. Siente en el momento lo que ese flujo de energía te hace. A menudo es como una apisonadora que quiere que las cosas vayan más rápido de lo que es posible. Este flujo tiene que ver con la energía de la cabeza, y también puedes sentirla en tu plexo solar, el asiento de tu voluntad.

Ahora siente lo que sucede cuando dejas de intentar controlar la vida. Coge algo de tu vida cotidiana, algo que ocupa tu mente, como un problema en el que ya has invertido muchas horas de pensamiento, o las cosas que te preocupan y te inquietan, y ahora imagina que renuncias todas las expectativas sobre una solución. Libera el problema y fíjate hacia donde tu consciencia viaja por sí misma en tu cuerpo. Puedes sentir, cuando te liberas, cómo te hundes más profundamente dentro de tu cuerpo. Te vuelves más consciente de tu parte física: tus brazos y manos, tus piernas y pies, tu vientre. Siente la tranquilidad que es natural para tu cuerpo.

Tu cuerpo pasa por muchos procesos durante el día: la sangre circula, los alimentos se digieren, la respiración fluye hacia adentro y hacia afuera, las células de la piel se renuevan. Todos estos procesos progresan constantemente a un ritmo natural. Todo tiene su ritmo dentro de tu cuerpo, al igual que la vida de la naturaleza fuera de tu cuerpo. Sin embargo, a menudo tienes un espíritu tan ansioso: que quiere saltar hacia adelante y así pierdes la conexión con el flujo dentro de ti. Aun así, tus sentimientos están más cerca del flujo natural de la vida dentro de ti, así que conéctate con ellos y deja que tu consciencia fluya por todo tu cuerpo.

Ahora mira de nuevo esa situación en la que piensas tan a menudo, el problema en el que estás tan concentrado, y también podría ser cualquier cosa que te distraiga. Permítete separarte del problema. Siente lo que te hace cuando te dices a ti mismo: “No sé la solución, así que lo soltaré por completo y regresaré a mi centro”. Hacer esto inmediatamente te arraiga en la tierra.

Querer pensar demasiado y tener el control te mantiene alejado del ahora. Pero arraigarte y liberarte te devuelve al presente, a estar aquí y ahora. Atrévete a confiar en fuerzas mucho más grandes que te ayudan y son beneficiosas y quieren acompañarte en tu vida, y confía en estas fuerzas sin poder ver hacia adelante con tus sentidos terrenales o ser capaz de contener todo dentro de tu mente humana. Estas fuerzas están siempre y en todas partes presentes y trabajando.

A los animales y plantas les resulta más fácil permitir este flujo. Lo hacen espontáneamente porque no tienen el tipo de procesos de pensamiento que tienen los humanos. Pon tu confianza en el flujo natural de bondad que corre a través de la creación, a través de todo lo que es vida, y escucha tus sentimientos.

En momentos en los que te quedas atascado en tu vida, a menudo estás lleno de pensamientos. Pensamientos que te dicen que las cosas no van bien, que las cosas deberían ser diferentes de lo que son y deberían ir de otra manera. Y provocas un estado de tensión mental haciendo eso. Sin embargo, la solución nunca viene de la mente misma o a través del pensamiento. La verdadera solución siempre viene al soltar y dar un paso atrás.

Siente como eres bueno tal y como eres. Que sepas que es posible experimentar alegría, una suave sensación de bienestar, aunque haya problemas en tu vida, incluso cuando existan desafíos que exigen mucho de ti. Puedes experimentar la corriente elemental de alegría y bondad atreviéndote a soltar, pero esto requiere una cierta disciplina. No la disciplina de la concentración y el esfuerzo, sino la disciplina de ir en contra de esta inclinación de requerir una solución, a hacerlo todo por ti mismo, a pensar que sabes lo que es mejor.

A veces la solución está justo detrás del horizonte y puede llegar a ti sólo cuando la sueltas. Y si sientes que se produce una especie de relajación, una sensación de alivio cuando lo sueltas, entonces sabrás que las cosas irán bien. Porque el flujo de bondad en el universo, el poder de la alegría, puede ser reconocido por tus propios sentidos. Los sentimientos de felicidad y relajación te indican que estás conectando con esa alegría. Pon tu confianza allí, una y otra vez, incluso cuando parezca que está en contra de las leyes de la mente.

Haz un contacto regular con tu cuerpo. Obsérvate a ti mismo para asegurarte de que estás completamente presente en tu cuerpo. Date cuenta de que debajo de todo lo que te preocupa hay algo más grande que te apoya. Es lo que es mucho más grande, y el motivo por el cuál ahora estás aquí en la Tierra como un alma encarnada como ser humano. Y eso que es más grande es lo que te llevarás contigo al otro lado cuando te despidas de este cuerpo.

Confía en que esta realidad mayor también está contigo a lo largo de tu vida. Puedes llamarlo el alma o llamarlo Dios, es lo menos importante. Pero el idioma que habla es uno de alegría y paz. Y tan pronto como sientas esto, estás conectado a la esencia de la creación. Os deseo a todos mucha alegría de vida en vuestro camino y el coraje de atreveros a liberaros.

Muchas gracias.

© Pamela Kribbe

Traducido del inglés por Cristina Yoh