Serie 2 – Parábola 3 Marla, la Laucha
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Estuve en Seattle, ante una gran audiencia, de personas metafísicas intensas y curiosas, cuando Kryon decidió darles una historia para niños. Oh, yo me acobardé, pero empecé de todos modos según me dirigió. Kryon dijo que la elite metafísica que se había reunido allí sabía muy bien que los jóvenes tienen muchos de los atributos infantiles de un número de maestros ascendidos. Por lo tanto, les traemos una historia sobre una laucha.
Marla, la laucha, era una laucha buena. Vivía con muchas lauchas, y Marla tenía muchas cosas para comer, y vivía una linda vida de laucha. A lo largo de su camino, Marla tenía muchos sueños que ella no entendía. Tenía sueños en los que aparentemente se elevaba en el aire y se sentía diferente, y ella no entendía esos sueños.
Entonces, como Marla era una laucha curiosa, invocó al dios ratón y dijo “¡Scuic, scuic!” Interpretamos: ¿Qué son estos sueños míos? Porque me interesan mucho , preguntó Marla.
De pronto, delante de Marla, aparecieron dos ángeles ratones con sus alas peludas. Marla, deseamos mostrarte qué significan tus sueños, dijeron los ángeles ratones. Ven con nosotros, si lo eliges, y te llevaremos por un sendero importante.
¡Sí, me gustaría ir!, contestó Marla.
Estarás lejos de los otros por un tiempo, chillaron los ángeles ratones, y habrá dificultades para trepar montañas.
Está bien, voy con ustedes, chilló Marla excitada.
Y así, los ángeles ratones tomaron a Marla de una pata e iniciaron un viaje. Ella dejó la ciudad de los ratones y los ángeles ratones tenían razón, porque en ocasiones Marla quería volverse atrás. Tan fácilmente como habría sido meter su cola entre sus patas y volver. Pero no lo hizo. Siguió avanzando, un día por vez, a pesar de las dificultades.
A lo largo del camino, Marla notó que había otras lauchas que se habían unido en el viaje, haciendo las mismas preguntas que Marla. Cada laucha adicional fue agregada a lo largo del sendero. Algunas en lugares más altos que donde Marla había iniciado, algunas habían abandonado el viaje por sentir que era demasiado difícil. Extrañaban a sus amigos y familia en la ciudad y habían decidido volver. Aun así, había muchas lauchas siguiendo a los ángeles ratones guías para saber sobre los maravillosos sueños que tenían.
Finalmente alcanzaron la cumbre de un magnífico precipicio. Les había llevado largo tiempo llegar allí, pero no estaban cansadas, porque estaban muy ansiosas de saber qué habían significado sus sueños. Todas las lauchas sabían intuitivamente que había algún mensaje escondido en sus sueños, algo especial, algo magnífico, y no fueron decepcionadas.
Se alinearon ante el precipicio y vieron ante ellas un grandioso océano, un cuerpo de aguas que no conocían. Marla nunca había visto antes un océano, y era raro para una laucha. Oh, olía maravilloso. Marla nunca había olido algo tan invitante como la sal del océano. Todas estaban muy excitadas, porque sabían que algo estaba a punto de cambiar.
Tenemos información para ustedes que ahora dará sentido a sus sueños, dijeron los ángeles ratones. Ustedes no son ratones, ustedes son peces.
Marla quedó atónita ante esta información, pero se quedó pensando un momento. No estoy segura de querer ser un pez, dijo Marla a cualquier laucha que la escuchara. Pero entonces el ángel ratón le mostró a qué clase de pez se refería. Tenía un tamaño cien veces mayor que Marla, un pez grandioso, plateado, chispeante, magnífico y brillante. Ella otra vez quedó asombrada por esta visión. Luego se dio cuenta de que el sueño que ella había tenido era de un pez elevándose cientos de pies en el océano, arriba y abajo, totalmente libre, con grandes músculos de pez. Un movimiento de la cola enviaba al pez a muchos, muchos metros. ¡Qué libertad, volar sobre las aguas! Luego Marla sintió que esto ciertamente era de dónde había venido ella. Esto era el Hogar.
Y mientras todas se daban cuenta juntas, las lauchas miraron de pronto, miraron sobre el océano y vieron que eran peces, asomando sus cabezas, agitando sus aletas hacia ellas y diciendo: recuérdennos. Antes fuimos sus amigas lauchas. Marla reconoció unas pocas, y dijo: sí, yo no sabía adónde se habían ido. Ahora lo sé.
Y entonces los guías dijeron algo asombroso al grupo: Eso no es solo la interpretación de sus sueños, sino que su viaje hasta este lugar tiene una recompensa también. Con solo pedir, pueden ser un pez magnífico y saltar a este océano. Únanse a sus amigas y vivan una vida expandida. La elección es de ustedes.
Marla observó cómo tres de sus amigas lauchas hicieron instantáneamente exactamente eso. ¡Qué milagro fue eso! Es como si hubieran dejado sus trajes de ratón y se zambulleran en el gran mar. Luego Marla tuvo un pensamiento, y preguntó a los ángeles ratones: ¿Y qué hay de las otras? Las que dejamos atrás en la ciudad. ¿Ellas vendrán también? No, contestó el sabio Ángel Pez. Esto no es para todas las lauchas. Ellas tienen que pedirlo, como tú lo hiciste, y estar tan concientes como tú de su búsqueda interior.
¿Y cómo sabrán sobre esto? Preguntó Marla. Por sus sueños, y la iluminación ratona, dijeron los ángeles ratones y peces.
Luego Marla hizo una pregunta importante. Si yo fuera a regresar y ayudarlas con la iluminación ratona, ¿podría yo igual ser un pez? ¿Cómo puedo estar en dos lugares al mismo tiempo? inquirió Marla.
Considera que ser laucha-pez es entrenamiento de ángel. Lo comprenderás pronto. Si regresas como pez algunas te rechazarán porque no verán la parte del pez en ti. Solo te verán como diferente y extraña. Es cosa difícil estar en dos lugares al mismo tiempo, Es tu decisión, Marla. ¿Te unirás a nosotros?
Los ángeles peces-ratones se volvieron peces entonces, y desaparecieron en el océano con los otros.
Ahora este es el punto, en un cuento para niños, donde te decimos que todo salió bien y que Marla vivió muy feliz en adelante, como pez. Pero en este cuento, los ángeles ratones habían pedido a Marla una decisión, y allí es donde dejamos el cuento.
Queridos, deseamos que entiendan el punto en la historia de Marla, la laucha. En la energía nueva de la iluminación, algunos tendrán dos extremos: uno será cambiar y unirse a los otros en estado graduado, en tanto permanecen en el planeta. El otro será permanecer donde están y hacer un buen trabajo para la humanidad. No todos son llamados a este lugar.
No se equivoquen: cualquiera sea su decisión, se la honra sin juzgarla. Cada uno de ustedes está solo en esto, y sabrá qué hacer. Entonces la respuesta a qué hizo Marla está dentro de tu corazón; tal es el proceso de ser un ascendido en la nueva energía.
Esta parábola ejemplifica uno de los dones más poderosos y selectos de la nueva era: el estado de ascensión. También puede ser el más confuso. Muchos han sentido que este nuevo don es donde los humanos pueden atravesar un proceso de cambio vibratorio y realmente ascender a los cielos, para no ser vistos nunca más. Esta es ciertamente una opción.
Sin embargo, Kryon nos dice que la verdadera ascensión de la nueva era es un estado en que los humanos permanecen en el planeta en un nuevo estado vibratorio. Seguimos siendo humanos, pero con los atributos de un ascendido. También nos dice que el sendero es difícil, pero se lo honra, y no es para todos los humanos.
Es todo parte de la energía y vibración que este planeta necesitará para moverse hacia el nuevo milenio. Necesitaremos tener una cierta cantidad de ascendidos caminando entre nosotros que tengan la tasa vibratoria del otro lado del velo mientras permanecen en la Tierra. No necesariamente serán bienvenidos, porque la vibración más baja de la mayoría de nosotros no se combinará bien con la alta vibración del estado ascendido.
Por lo tanto, es un rol que requiere algo de sacrificio. El ejemplo del pez es quiénes somos cuando no estamos aquí. Es nuestro estado natural en el océano del cosmos. ¿Podemos ser un pez y permanecer en forma humana o forma de laucha? Sí, podemos, y ese es el desafío del estado ascendido.
Con el desafío, sin embargo, llega la certidumbre de que hacerlo causará una distancia de muchos de nuestros amigos y familia, que no saben de esas cosas, y vibran de modo diferente. Debido al cambio en ustedes, algunos incluso los llamarán malignos. El estado empieza a ser expuesto por muchos maestros iluminados y quedará claro al pasar el tiempo.
Kryon eligió contar esto como un cuento para niños para empezar a instruir sobre un tema complicado, y de una manera con que todos podemos relacionarnos.
Transcripción y traducción: M. Cristina Cáffaro
www.traduccionesparaelcamino.blogspot.com.ar
Entonces, como Marla era una laucha curiosa, invocó al dios ratón y dijo “¡Scuic, scuic!” Interpretamos: ¿Qué son estos sueños míos? Porque me interesan mucho , preguntó Marla.
De pronto, delante de Marla, aparecieron dos ángeles ratones con sus alas peludas. Marla, deseamos mostrarte qué significan tus sueños, dijeron los ángeles ratones. Ven con nosotros, si lo eliges, y te llevaremos por un sendero importante.
¡Sí, me gustaría ir!, contestó Marla.
Estarás lejos de los otros por un tiempo, chillaron los ángeles ratones, y habrá dificultades para trepar montañas.
Está bien, voy con ustedes, chilló Marla excitada.
Y así, los ángeles ratones tomaron a Marla de una pata e iniciaron un viaje. Ella dejó la ciudad de los ratones y los ángeles ratones tenían razón, porque en ocasiones Marla quería volverse atrás. Tan fácilmente como habría sido meter su cola entre sus patas y volver. Pero no lo hizo. Siguió avanzando, un día por vez, a pesar de las dificultades.
A lo largo del camino, Marla notó que había otras lauchas que se habían unido en el viaje, haciendo las mismas preguntas que Marla. Cada laucha adicional fue agregada a lo largo del sendero. Algunas en lugares más altos que donde Marla había iniciado, algunas habían abandonado el viaje por sentir que era demasiado difícil. Extrañaban a sus amigos y familia en la ciudad y habían decidido volver. Aun así, había muchas lauchas siguiendo a los ángeles ratones guías para saber sobre los maravillosos sueños que tenían.
Finalmente alcanzaron la cumbre de un magnífico precipicio. Les había llevado largo tiempo llegar allí, pero no estaban cansadas, porque estaban muy ansiosas de saber qué habían significado sus sueños. Todas las lauchas sabían intuitivamente que había algún mensaje escondido en sus sueños, algo especial, algo magnífico, y no fueron decepcionadas.
Se alinearon ante el precipicio y vieron ante ellas un grandioso océano, un cuerpo de aguas que no conocían. Marla nunca había visto antes un océano, y era raro para una laucha. Oh, olía maravilloso. Marla nunca había olido algo tan invitante como la sal del océano. Todas estaban muy excitadas, porque sabían que algo estaba a punto de cambiar.
Tenemos información para ustedes que ahora dará sentido a sus sueños, dijeron los ángeles ratones. Ustedes no son ratones, ustedes son peces.
Marla quedó atónita ante esta información, pero se quedó pensando un momento. No estoy segura de querer ser un pez, dijo Marla a cualquier laucha que la escuchara. Pero entonces el ángel ratón le mostró a qué clase de pez se refería. Tenía un tamaño cien veces mayor que Marla, un pez grandioso, plateado, chispeante, magnífico y brillante. Ella otra vez quedó asombrada por esta visión. Luego se dio cuenta de que el sueño que ella había tenido era de un pez elevándose cientos de pies en el océano, arriba y abajo, totalmente libre, con grandes músculos de pez. Un movimiento de la cola enviaba al pez a muchos, muchos metros. ¡Qué libertad, volar sobre las aguas! Luego Marla sintió que esto ciertamente era de dónde había venido ella. Esto era el Hogar.
Y mientras todas se daban cuenta juntas, las lauchas miraron de pronto, miraron sobre el océano y vieron que eran peces, asomando sus cabezas, agitando sus aletas hacia ellas y diciendo: recuérdennos. Antes fuimos sus amigas lauchas. Marla reconoció unas pocas, y dijo: sí, yo no sabía adónde se habían ido. Ahora lo sé.
Y entonces los guías dijeron algo asombroso al grupo: Eso no es solo la interpretación de sus sueños, sino que su viaje hasta este lugar tiene una recompensa también. Con solo pedir, pueden ser un pez magnífico y saltar a este océano. Únanse a sus amigas y vivan una vida expandida. La elección es de ustedes.
Marla observó cómo tres de sus amigas lauchas hicieron instantáneamente exactamente eso. ¡Qué milagro fue eso! Es como si hubieran dejado sus trajes de ratón y se zambulleran en el gran mar. Luego Marla tuvo un pensamiento, y preguntó a los ángeles ratones: ¿Y qué hay de las otras? Las que dejamos atrás en la ciudad. ¿Ellas vendrán también? No, contestó el sabio Ángel Pez. Esto no es para todas las lauchas. Ellas tienen que pedirlo, como tú lo hiciste, y estar tan concientes como tú de su búsqueda interior.
¿Y cómo sabrán sobre esto? Preguntó Marla. Por sus sueños, y la iluminación ratona, dijeron los ángeles ratones y peces.
Luego Marla hizo una pregunta importante. Si yo fuera a regresar y ayudarlas con la iluminación ratona, ¿podría yo igual ser un pez? ¿Cómo puedo estar en dos lugares al mismo tiempo? inquirió Marla.
Considera que ser laucha-pez es entrenamiento de ángel. Lo comprenderás pronto. Si regresas como pez algunas te rechazarán porque no verán la parte del pez en ti. Solo te verán como diferente y extraña. Es cosa difícil estar en dos lugares al mismo tiempo, Es tu decisión, Marla. ¿Te unirás a nosotros?
Los ángeles peces-ratones se volvieron peces entonces, y desaparecieron en el océano con los otros.
Ahora este es el punto, en un cuento para niños, donde te decimos que todo salió bien y que Marla vivió muy feliz en adelante, como pez. Pero en este cuento, los ángeles ratones habían pedido a Marla una decisión, y allí es donde dejamos el cuento.
Queridos, deseamos que entiendan el punto en la historia de Marla, la laucha. En la energía nueva de la iluminación, algunos tendrán dos extremos: uno será cambiar y unirse a los otros en estado graduado, en tanto permanecen en el planeta. El otro será permanecer donde están y hacer un buen trabajo para la humanidad. No todos son llamados a este lugar.
No se equivoquen: cualquiera sea su decisión, se la honra sin juzgarla. Cada uno de ustedes está solo en esto, y sabrá qué hacer. Entonces la respuesta a qué hizo Marla está dentro de tu corazón; tal es el proceso de ser un ascendido en la nueva energía.
Esta parábola ejemplifica uno de los dones más poderosos y selectos de la nueva era: el estado de ascensión. También puede ser el más confuso. Muchos han sentido que este nuevo don es donde los humanos pueden atravesar un proceso de cambio vibratorio y realmente ascender a los cielos, para no ser vistos nunca más. Esta es ciertamente una opción.
Sin embargo, Kryon nos dice que la verdadera ascensión de la nueva era es un estado en que los humanos permanecen en el planeta en un nuevo estado vibratorio. Seguimos siendo humanos, pero con los atributos de un ascendido. También nos dice que el sendero es difícil, pero se lo honra, y no es para todos los humanos.
Es todo parte de la energía y vibración que este planeta necesitará para moverse hacia el nuevo milenio. Necesitaremos tener una cierta cantidad de ascendidos caminando entre nosotros que tengan la tasa vibratoria del otro lado del velo mientras permanecen en la Tierra. No necesariamente serán bienvenidos, porque la vibración más baja de la mayoría de nosotros no se combinará bien con la alta vibración del estado ascendido.
Por lo tanto, es un rol que requiere algo de sacrificio. El ejemplo del pez es quiénes somos cuando no estamos aquí. Es nuestro estado natural en el océano del cosmos. ¿Podemos ser un pez y permanecer en forma humana o forma de laucha? Sí, podemos, y ese es el desafío del estado ascendido.
Con el desafío, sin embargo, llega la certidumbre de que hacerlo causará una distancia de muchos de nuestros amigos y familia, que no saben de esas cosas, y vibran de modo diferente. Debido al cambio en ustedes, algunos incluso los llamarán malignos. El estado empieza a ser expuesto por muchos maestros iluminados y quedará claro al pasar el tiempo.
Kryon eligió contar esto como un cuento para niños para empezar a instruir sobre un tema complicado, y de una manera con que todos podemos relacionarnos.
Transcripción y traducción: M. Cristina Cáffaro
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