martes, septiembre 27, 2022

Jim Self - Cuál es la Diferencia entre Sentimientos y Emociones




Seminario Online de Jim Self – Mastering Alchemy

8 de septiembre de 2022

¿Cuál es la Diferencia entre Sentimientos y Emociones?

Conferencia


¡Hola! Bienvenidos. Espero que estén disfrutando. ¿Encuentran realmente fascinantes estos tiempos de cambios? Porque son realmente fascinantes.

Queremos hacer algo hoy, para empezar a llevar la atención a un aspecto de ti que muchas veces pasa inadvertido. De hecho, hay tanto, respecto a quién eres, y hay mucho de quién eres que pasa inadvertido. Porque no notamos muchas de las cosas que suceden, solo permitimos cosas con las que tropezamos, experimentamos, sentimos, que se expresan en el momento y luego seguimos adelante. Muchas de las cosas que nos suceden ni siquiera las notamos: emociones, sentimientos, pensamientos que tenemos, oportunidades que se presentan para satisfacer algo que queremos y que ni siquiera recordamos que lo queremos. Y pasan y se van.

Pasamos mucho tiempo inconscientes de estar inconscientes como seres humanos- la persona promedio que camina por la calle. Y luego están aquellos de ustedes que empiezan a volverse conscientes de estar conscientes, y ha estado sucediendo por cierto tiempo. Eso es bastante significativo en este momento; empezar a notar algunas cosas, empezar a darse cuenta de algunas cosas. Hay oportunidad para volverse consciente de estar inconsciente. Eso suena gracioso: volverse consciente de estar inconsciente.

Lo que quiero decir con eso es que todos caminan por ahí con un equipaje, una mochila llena: cosas que hicimos y que no nos gustaron respecto a nosotros mismos, cosas de las que nos acusaron, cosas que nos avergonzaron, cosas que dijimos y no debíamos haber dicho. Ocasiones en que estábamos enojados y nunca regresamos para una oportunidad de disculparnos o al menos reconocer para nosotros mismos, “Ah, tal vez eso se desbordó.” Y luego seguimos adelante, y muchas veces en esos altibajos tenemos diferentes emociones, sentimientos, pensamientos, creencias que tenemos, opiniones, juicios. Lo que pasa es que creamos esta respuesta, esta reacción, este juicio, esta opinión, este pensamiento, otra vez. Y luego nos alejamos. Pero ¿alguna vez te preguntaste “adónde fue el pensamiento que recién prensé” cuando terminaste de pensarlo?

Verás: los pensamientos son materia, tienen densidad, no hacen simplemente ¡Puff! y se van. Se acumulan, viven en tu campo de energía. Van a esa mochila, seguro. Y tienen densidad y tienen carga eléctrica, y tienen masa. Y entonces ese momento de enojo, digamos, que tienes, una explosión de ira, “esto me enoja mucho, realmente estoy como loco”, no se fue: todavía está en tu espacio. Y de muchas maneras, se instala en distintos lugares, y es consciente para ti pero tú estás inconsciente de él.

¿Has notado que alguna vez tomas una decisión, y es solo una decisión de un momento? Es como decir algo y de pronto te das cuenta de que has hecho el ridículo, o que alguien se burló de ti, y tomas una decisión: nunca más hablaré con esa persona. No vengo más aquí, no lo haré. Tomaste una decisión, y esa decisión se vuelve una línea en la arena, y tú ya no la cruzas. Pero lo interesante es que la línea en la arena está siempre allí hasta que tú la quites. Está siempre allí, y suele pasar que la olvidamos. No sabemos por qué estamos taciturnos. “No quiero ir allá. No sé por qué. No me gusta esa persona. Ni siquiera la conozco, pero no me gusta.” ¿no es extraño, cómo hacemos eso? Ahora bien, tal vez yo hago eso, pero ustedes son los iluminados del planeta y probablemente no hacen estas cosas, pero yo sí lo he hecho. Solo una vez, pero no fue una cosa agradable.

Ahora, toma una respiración, si te parece, porque, como siempre en este espacio en que jugamos aquí, el propósito es empezar a hacer consciente algo que es inconsciente, pero hacerlo de tal manera que simplemente se suelte y se vaya.

No necesita ser traído a una emoción vivida, no necesita ser desencadenado a “Estoy muy enojado”, porque cuando empiezas a notarte a ti mismo desde un punto de referencia diferente, una plataforma diferente, empiezas a notar que hay opciones que siempre estuvieron allí pero no hemos tenido una sensación de permiso para hacer algo distinto. “Esto es lo que he aprendido; esto es lo que me dijeron, esto es cómo funciona el mundo, así es como yo encajo; no quiero sacudir el bote.”

Pero si estás aquí, escuchando esto, ya tomaste una decisión de sacudir el bote. Hay algo en las posibilidades que no se han explorado, o hay algo en la energía que llevo conmigo, que no me aprecio a mí mismo, no disfruto cuando estoy taciturno. Me gustaría cambiar eso. ¿Cómo lo hago?

Una cosa que hace Mastering Alchemy es ofrecer conceptos y herramientas para expandir tus talentos y capacidades para elegir conscientemente cómo experimentar tu vida de modo diferente. Eso es. ¿Cómo elijo de manera distinta? Y empiezas a hacer esa pregunta y allí empieza a ser interesante esa primera frase: hay tanto en quiénes somos, y hay mucho que damos por hecho.

Entonces, ¿cómo navegar este espacio que me gustaría cambiar, el espacio en que me gustaría crecer y experimentar? Realmente no es tan difícil. Es básicamente empezar a entender el juego en que estás jugando, por así decirlo. ¿Alguna vez jugaste a un juego y no sabías las reglas? Y podrías tener suerte, las primeras veces, pero en una base sostenida, no saber las reglas generalmente lleva a que te muerda el traste.

Y una cosa de este juego de vivir, que jugamos, es que muy poca gente leyó el libro del reglamento cuando entró. No lo notó, no prestó atención, no preguntó “¿Qué se espera que yo haga? ¿Cómo funciona esto?” A medida que tienes un poco más de edad, un poco más de sabiduría, algo más curioso, la capacidad para empezar a hacer las preguntas: ¿Cuáles son las reglas? ¿Cuáles son las estructuras? ¿Qué pasa si hago esto, y qué pasa si hago aquello? Y luego prestar atención

Entonces, un lugar realmente útil del que darse cuenta, es saber cuál es la diferencia entre una emoción y un sentimiento. ¿Cuántas veces intercambias esas dos palabras y ni siquiera te das cuenta? Sin embargo lo estás notando. En cierto modo lo notas, porque cuando usas una palabra, emoción versus sentimiento, sentimiento versus emoción, cuando empiezas a tener una idea de cómo funcionan las emociones y los sentimientos, y de cómo funcionan los pensamientos en relación a los sentimientos y emociones, se empieza a presentar toda una nueva percepción conciente. Un tremendo “ajá” que se presenta., de tal manera, que reconoces casi instantáneamente: “Puedo hacer un cambio. No sabía eso. Si lo hubiera sabido antes, habría hecho algo diferente. Pero ahora que lo sé, tengo que prestar un poco más de atención.” Entonces otra vez: toma otra respiración.

Sentimientos y emociones; emociones y sentimientos. Una manera de definirlas, especialmente en ese camino espiritual, es: los pensamientos son eléctricos, y las emociones, sentimientos, son magnéticos. ¿Y por qué eso es importante? Es porque cuando combinas un pensamiento con una emoción o un sentimiento, creas un campo electromagnético.

Ahora bien, si tienes alguna idea de qué es un motor, un motor es realmente bastante sencillo. En cierto modo es como una barra de acero, algo que tiene propiedades magnéticas, y de por sí no es realmente muy fuerte, solo tiene algún nivel de magnetismo en ella. Pero cuando tomas un cable eléctrico y lo envuelves alrededor de ella, solo una vuelta, y lo enchufas, creas un campo electromagnético. Oh, muy débil. Pero ese campo está allí, está muy presente. Y tiene estructura, tiene materia. Empieza a funcionar en la densidad. Pero si envuelves el cable cinco veces, diez veces, cien veces, mil veces, tienes un campo electromagnético enorme. Muy intenso. Los pensamientos son eléctricos; las emociones son magnéticas.

Entonces, tú tienes un pensamiento. Y suele suceder, una cosa con respecto a quiénes somos, cómo vivimos nuestras vidas, y especialmente todos los que están en un camino espiritual, que no sabemos muchas cosas. De hecho, ustedes lo dicen muy a menudo, en sus referencias en este punto, dicen “Mi cuerpo mental es esto, y mi cuerpo emocional es aquello.” Pero los cuerpos mental y emocional nunca realmente fue la intención de que fueran dos; de hecho cuando empiezas a volverte consciente de estar consciente, y empiezas a jugar con esta percepción conciente de que los pensamientos son eléctricos y las emociones son magnéticas, tienes la información para cambiar completamente cómo vives tu vida. En este simple, pequeño enunciado: los pensamientos son eléctricos, las emociones son magnéticas. Veremos si podemos ponerle sentido a eso.

Entonces, dos cuerpos; eso es correcto en un lugar donde jugamos. Porque largo tiempo atrás, sin ir a la historia, el cuerpo mental/emocional, uno en singular, fue dividido. Nos lo hicimos a nosotros mismos. Empezamos a jugar este juego de las opiniones, juicios, competencia, sacar ventaja, uno mejor que otro, dualidad, sí/no, bueno/malo, correcto/equivocado, empezamos a jugar en este espacio. Y empezamos a tomar partido. Qué significa, tomar partido. Empezamos a sostener un conjunto de pensamientos, y otra gente tiene pensamientos, entonces de pronto, yo pertenezco, porque soy como ellos y ellos son como yo. Pero nosotros no somos como aquellos de allá. Esa cosa de “nosotros y ellos” empezó a jugarse cada vez más. Y a medida que se jugaba en el “nosotros y ellos”, tuvimos otro conjunto de pensamientos, y estábamos de acuerdo, y luego otro conjunto de pensamientos, y probablemente había acuerdo. Ellos estaban de acuerdo. Yo no estaba de acuerdo. Pero quiero seguir gustándoles, de modo que voy a seguir jugando junto, aun cuando no se siente muy bueno para mí.

Y luego sucedió otra vez, y otra, y otra, y en todo ese proceso, “Aunque esta es mi tribu, yo no me siento bien con un montón de cosas que están sucediendo en mi tribu.” Ahora bien, yo podría estar inventando todo esto, pero… ¿Tú tienes una tribu? ¿Estás en una tribu? Familia, buenos amigos, mi colegio versus el colegio de ellos.

Entonces ese espacio que empezamos a encontrar, allí algunas cosas no se sentían buenas. No me gustaba eso, no se sentía bueno, no se sentía correcto. Pero yo soy parte de la tribu. Y fue justo en ese punto donde largo tiempo atrás hubo que tomar algunas decisiones. ¿Hago lo que me dice este sistema de guía interno en mi corazón? ¿O pertenezco a la tribu? Y frecuentemente, era mucho más fácil pertenecer a la tribu, acompañar a la tribu, hacer lo que ellos hacen o dicen que se debe hacer.

Pero el problema es que empezó a volverse doloroso. No me gusta esto. Había que tomar una decisión, y esa decisión fue: voy a apagar este sistema de guía interno. No voy a prestar atención a este sistema de guía interna.

Volveremos a ese sistema de guía interno en un minuto.

Al apagarlo, empecé a estar bien, siendo parte de la tribu. Pero lo que pasó es que ese sistema de guía interno no se apagó realmente; solo lo estoy negando, no le presto atención; pero es doloroso. Entonces, mucho tiempo atrás, empezó a haber una división entre el cuerpo mental y el emocional. Y esa mente racional empezó a dominar: no voy a sentir esas cosas. Voy a hacer lo que sea correcto. Eso me lleva adelante, lo que hace que les guste, hace que yo encaje. Ahora bien, ustedes han visto a la gente hacer esto. Ninguno de ustedes lo ha hecho.

Lo que pasa es que desde aquella división, nunca volvieron a juntarse, por un período de tiempo muy, muy largo. Nunca se volvieron a unir. Volvamos a unirlos, para eso tenemos esta conversación. Cuerpo mental, cuerpo emocional.

Entonces, cómo se desarrolla. ¿Alguna vez notaron cómo tienen un pensamiento, o algo sucede, o el niñito voltea un vaso de agua sobre la mesa, y no lo atajas, pero tienes un pensamiento “Oh, no, ¿por qué hiciste eso?” Pero cuando se está pensando ese pensamiento, hay una emoción que se introduce de un golpe en él. ¿Por qué hiciste eso? Y empieza a haber un campo electromagnético en mí: ¡Esto realmente me enoja! Campo electromagnético. Y lo que pasa es, eso realmente me enoja, y el niñito que volcó el vaso de agua tiene dos años, recién volcó el vaso de agua, creó una tremenda furia o por lo menos un enojo, hubo este pensamiento y luego esta emoción que entró en él.

A veces sucede al revés. A veces es ¡Oh, no! y luego aparece el pensamiento: “Esto no es lo que tendría que suceder” Pensamiento y emoción están separados. Y uno, bastante inconscientemente, suele amplificar al otro. Inconsciente; inconsciente de estar inconsciente. Tomen otra respiración, porque, si acaso hicieron alguna de estas cosas que estamos señalando, aquí mismo donde estamos hay una oportunidad para que muchas de estas cosas sean soltadas, descartadas. No pasándolas por el cuerpo mental ni el cuerpo emocional. Simplemente aquí donde estamos sentados, no es útil aferrarse a “No estoy bien. Lo hice mal. No soy buena persona.” Ese tipo de pensamientos que hemos acumulado en la mochila, que es inconsciente, que no la recordamos, pero ciertamente la sentimos cuando de pronto tenemos esta conversación. “Ah. Una vez hice eso.” Otra respiración.

Pero donde estás empezando a jugar, donde todo el proceso se mueve, este cambio espiritual de consciencia en que estamos jugando, y tú, y yo, específicamente, estamos cambiando, una cosa que sucede es que a medida que nos damos más cuenta, y si uno mira alrededor al mundo de hoy, muchas de esas emociones y pensamientos están viniendo a la superficie, y están siendo desplegadas, en mi tribu y en tu tribu, mi tribu es roja y la tuya es azul, y este país versus ese otro país, todos esos patrones deben ser descartados. Ahora bien, cómo los sueltas intencionalmente, si resuelves cómo soltarlos fácilmente. Van a tener que ser soltados; no puedes llevar equipaje en este viaje.

Y todos están yendo a casa. Algunos se van a casa en el tren rápido, y otros van en el tren más lento. Algunos van a quedarse aquí discutiendo en favor de sus limitaciones, sus dudas, sus tribus; les llevará un poco más de tiempo.

Pero si estás sentado en este llamado, probablemente no es algo que quieras quedarte esperando. Los pensamientos son eléctricos, las emociones son magnéticas. De modo que definamos algo más: ¿cuál es la diferencia entre una emoción y un sentimiento?

Esto no es una verdad pura; esto es un punto de referencia. Es un lugar para sostener en tu percepción conciente, tiene mucha oportunidad. Las emociones tienen aristas (filos) – ira, resentimiento, celos, - aristas. Pon tu atención ahora en uno de esos sentimientos en que has jugado; algo que tenía una arista, no se sentía bueno. Por otro lado, los sentimientos, aprecio, gratitud, risa, bondad, no hay aristas. Fluyen, se mueven, son cómodos. Salen de ese sistema de guía interna. Piensa en el sistema de guía interna: es quien tú eres.

Pero cuando nos apartamos del sistema de guía interna para encajar en la tribu, muchos nos olvidamos de quiénes somos. Aunque no olvidamos la incomodidad.: estoy incómodo. Y una cosa de esa incomodidad, ahora viniendo a la superficie, es que si tratas de conservarla enterrada vas a descubrir que te enojas más, te resientes más, te alteras más. La parte interesante es que quiere salir; de hecho ni siquiera es tuya, en su mayor parte; eso es otra historia.

Entonces esta emoción que sostenemos, que tiene aristas, si puedes reconocer que esa emoción está tratando de irse, y reconoces que es una emoción que tiene aristas, se define más claramente. Los sentimientos no tienen aristas.

Lo que también empieza a suceder, a medida que empiezas a jugar en este viaje, muchos de ustedes jugando en nivel 1 y nivel 2 de Mastering Alchemy, si empiezas a usar esas herramientas de que he hablado, herramientas y conceptos, y empiezas a reconocer: Yo puedo manejarme a mí mismo. Y también empiezas a reconocer algo que oíste: estoy en el mundo, pero no soy de este mundo. Hay algo en mi corazón que dice quién soy. Y luego todas esas tribus allí afuera, con las que me he asociado, pero cuando realmente me aquieto y empiezo a permitirme estar conectado a tierra, estar en mi espacio, tomar una respiración, estar en tiempo presente, empiezo a notar que no me gustan todas esas cosas que me producen emociones y no me permiten sentirme bien. Y así empiezas a reconocer más y más: estoy en este mundo, pero no soy de este mundo.

Aquí es donde las herramientas empiezan a ser valiosas. Empezar a entender la simple conexión a tierra, mi lado de la rosa, estar dentro de mi espacio, centro de mi cabeza, tiempo presente, quietud, conciente. Ves, todas estas palabras, vibraciones, también son del corazón; no tienen aristas. Cuando empiezo a estar en un lugar donde me permito reconocer la emoción, y el pensamiento, y lo torpe, lo desequilibrado de eso, y el sentimiento y la alegría, o la comodidad, del pensamiento, hay mucha más suavidad. Estás en el proceso de reconectar ese cuerpo mental/emocional.

A medida que ese cuerpo mental/emocional vuelve a unirse, y más de ese “no estoy bien, no merezco, estoy confundido” las emociones empiezan a irse, la capacidad de hacer una pausa, simplemente tomar una respiración y otra vez estar presente, empiezas a tener la posibilidad de considerar algo que algunos no suelen considerar, que es: me gusto; estoy bien. ¿Cuándo fue la última vez que te dijiste para ti mismo: me gusto, estoy bien? Difícil hacerlo, cuando ese cuerpo mental/emocional se partió, y pasé más tiempo en mis tribus, en mis emociones, en mi actuación, en encajar y asegurarme de gustarles, y tener que hacer lo que esté bien, es mucho trabajo.

No estar bien es trabajo. Estar bien no da ningún trabajo. Intentamos con esfuerzo simplemente encajar, con algo que no está en ese sistema de guía interna. Hemos entregado mucho espacio a ese “puedo permitir eso, estoy bien con eso, no me gusta, pero estoy bien con eso.” Ahora bien, este es buen lugar para otra de esas respiraciones.

Verás, si estás notando “Yo tengo algo de eso”. Todo lo que se requiere es “¡Ah! Esto es interesante. Acabo de recordar una ocasión, tuve un recuerdo, tuve un destello de percepción.” Ves, ese eres tú, trayendo a la superficie algunos de estos aspectos, justo aquí donde estamos, que no necesitan ser analizados, ni defendidos, ni escondidos ya más. Aquí mismo, todos en este llamado – bueno, solo tú y yo, en realidad, y yo no cuento- Yo no tengo ningún compromiso con ese “no estoy bien, no encajo, hice algo que me avergonzó”

¿Te gustaría soltar todo eso? Lo que digo cuando digo que no cuento, es que estoy feliz de crear este espacio para permitir que eso se suelte. Yo no juzgo que tú tengas ese equipaje, o yo tener equipaje. ¿Te gustaría dejar ir algo de eso?

Lo interesante es que cuando decides que yo no cuento, porque solo estamos tú y yo, solo estoy aquí señalando. Y tú tienes todo el permiso para decir “Oh, eso fue vergonzoso, pero ¿puedo soltarlo?” Sí, puedes soltarlo. “¿No lo vas a juzgar?” No; no voy a juzgar. “¿Alguien más me va a juzgar?” No, no, aquí no, solos tú y yo. ¿Te gustaría soltar ese pensamiento, esa cosa que sucedió en el colegio, ¿Ese momento en que te diste cuenta: oh, no hice eso bien? Toma una respiración. Realmente simple. ¿Te gustaría dejarlo ir? Sin discutir, sin analizar, sin pensar. Toma una respiración y simplemente permite que se vaya. Sin pensar. Se fue.

Lo interesante de todo esto es: así de simple. Pero lo que hacemos es aferrar una cuerda. Bueno, ¿qué tal si se fue? ¿Qué pasa si vuelve en otro momento? Hay herramientas, hay constructos, conceptos, que están realmente disponibles. Lo han estado desde ese espacio del corazón, pero nos hemos alejado. A medida que regresamos a ese espacio del corazón, que creamos permiso para el sentimiento, me gusto. Empiezas a vibrar en una alineación de energía: bienestar, cortesía, respeto, dignidad, integridad, toda esa clase de palabras.

Si empiezas a sentir esas palabras como sentimientos, porque no son solo palabras: son sentimientos. Algunos son lindos y suaves, aprecio, gratitud. Algunos son muy alineados: certidumbre, concentración, precisión, capaz. Cuando empiezas a sentir esas palabras, te permites alinearte con esas palabras, algo sucede: empiezas a alinearte en ese sistema de guía interno, en ese espacio del corazón, y todo lo que no se le parezca, se desprende. Realmente se desprende sin esfuerzo casi. En su mayor parte, nunca fue tuyo. Y sin embargo nos aferramos a eso, discutimos, lo enterramos porque no queremos verlo.

Esas son las emociones que estuvieron conectadas electromagnéticamente con los pensamientos. Pero lo que hemos hecho es repetirlo una y otra vez. “No estoy bien, no estoy bien. ¿Por qué dijeron eso? Me dio vergüenza. Oh, eso fue vergonzoso, realmente.” Y tú envuelves ese cable eléctrico alrededor de la emoción, y cuanto más lo envuelves, más tenso, ya conoces el tema.

Qué tal si esta capacidad de simplemente reconocer lo que era, lo que ha sido, lo que he hecho, cómo aprendí que tengo que enterrar todo esto porque, primero, no me gusta, y segundo, no quiero que nadie lo sepa. Y tercero, sucedió en mi pasado, de modo que necesito preocuparme por que no surja en mi futuro, de modo que tengo que prestar atención, pero estoy inconsciente, de modo que me aferro a eso muy fuerte.

De hecho, a veces sueltas estos patrones y descubres que duermes un montón. Te encuentras tomando muchas respiraciones profundas. Te encuentras llorando. No mal, pero llorando como “Oh, esto es asombroso. ¡Puedo soltar esto!”

La otra parte es que, una vez que se fue, y esto es realmente notable, una vez que se fue, ni siquiera recuerdas que estaba allí. No hay un recuerdo que permanece “¿Oh, no recuerdas?” Ves, eso es lo que empieza a irse. Todas esas experiencias, y muchos de esos recuerdos que no tenían nada que ver contigo, solo sucedió que estabas en un lugar donde sucedió algo, parte de tu libreto, y luego lo hiciste personal, y te preguntaste, ¿por qué pasé vergüenza?





¿Cuál es la Diferencia entre Sentimientos y Emociones?



Ejercicio de Energía

Ahora: otra respiración. Y quédate en quietud por un momento, sin pensar, solo relájate. Relájate. Siente tus pies sobre el piso y relaja. Las piernas, relájalas. Otra respiración. Y siente el peso de tu cuerpo sobre la silla. Y en quietud, sin pensar realmente, reconoce: “estoy sentado en una silla”

Ahora haz un ligero cambio, cuando reconoces que estás sentado en una silla, y disfruta – hazlo simple – “voy a disfrutar del hecho de estar sentado en una silla”, encuentra esa sensación. “Esto es cómodo, estoy disfrutando sentado en una silla”. Luego otra respiración

Puede que te encuentres bostezando – energía que se va – mueve los dedos de los pies, disfruta de estar sentado en la silla. No está pasando nada, solo estás sentado en una silla.

Luego nota ese sentimiento de disfrutar. Eso tal vez es cómodo, podrías definirlo así. Pero hazlo más disfrutable, sonríe, “estoy sentado en una silla. Nada que hacer, solo sentarme en la silla. Estoy dándome para mí mismo, sentado en la silla. Esto está bueno, solo sentarme en la silla.”

Ahora bien, aquí la mente salta, entonces pídele que se calle, que estás solo sentado en una silla. Y mientras estás sentado en la silla, simplemente gusta de ti mismo. Puede ser un desafío, pero pruébalo: me gusto. A veces una sonrisa acompaña a ese “me gusto” Otra respiración. Y relájate un poquito más. No hay que ir a ningún lugar, no hay nada roto, nada que reparar. Solo estoy sentado en una silla. Tres respiraciones suaves.

Encuentra esa palabra, “cómodo” y siente en el cuerpo “cómodo” Elige reconocer el sentimiento de “cómodo”. Estamos yendo a algún lado, aquí; cómodo. Y luego nota otra vez ese “me gusto”, porque sí, sin motivo. “Esto es bueno, me gusto, sentado en la silla, cómodo relajado.” Otra respiración. Y date permiso para no tener nada que hacer. Eso es algo grande. “Estoy sentado aquí, no tengo nada que hacer. Ahora mismo: no tengo nada que hacer, me voy a relajar, estar cómodo” Otra respiración.

Luego encuentra una sonrisa. ¿Cómo se siente sonreír? Estoy disfrutando, estoy relajado, estoy sonriendo. Me gusto. Y luego un pequeño cambio: date permiso para sonreír. Puede sonar raro, pero… permiso. Realmente un asunto grande. El permiso es una de esas cosas que realmente abandonamos y también nos fue quitado cuando niños. Pero ya es tiempo de tener permiso; te pertenece: “yo tengo permiso”.; cuando reconoces “yo tengo permiso” entonces hay lugar para empezar a hacer las cosas de modo diferente. Nada extravagante; pero tengo permiso para simplemente empezar a gustar de mí. No lo hago para nadie más; es solo me gusto.

Ahora, si lo notas, hay palabras que tienen sentimientos. El “me gusto” tiene un sentimiento. El “cómodo” tiene un sentimiento, “relajado” tiene un sentimiento. Nótalo, en comparación con “enojo”, “resentimiento” Ves, esto es diferente, esto es el corazón, básicamente presentándote a ti contigo. Este es quien yo soy

Encuentra “capaz”. Soy capaz. Capaz sobre nada, capaz para todas las cosas, solo siente ese sentimiento de ser capaz, es un sentimiento. Nota que puede haber una exhalación, nota que el cuerpo está un poco más relajado. Tal vez, mueve los dedos de los pies otra vez. “Estoy cómodo” Sin pensamientos.

La parte realmente asombrosa de esto es que, cuando te das permiso para simplemente estar cómodo, presente, en quietud, todo lo que no se le parezca en el campo emocional, en lo electromagnético “estoy apurado, estoy enojado, “, verás todo lo demás en el campo emocional empieza a disiparse. Empieza a hacer corto circuito. Empieza a no tener más el magnetismo de una vibración desequilibrada: enojo, juicio, resentimiento.

Verás la falta de equilibrio es la irritabilidad de las emociones que se fijan en el campo magnético. Pero aquí mismo, sin irritación, en “cómodo, me gusto” empieza a haber un flujo muy suave, una sonrisa, empieza a ser un estado de ser.

La parte interesante es que todas esas emociones, y los pensamientos que las mantienen, empiezan a desaparecer. Si pudieras quedarte en estas palabras del corazón, sentimientos, y darte para ti mismo. Lo interesante es que muchos problemas que andamos cargando, de algún modo se solucionan, pero realmente no tuvimos que preocuparnos, trabajar duro, empujar en contra. Otra respiración.

Siente los músculos, en los brazos, los hombros, relájate. Ahora bien, algunos de ustedes se están quedado dormidos (se ríe). Felicitaciones. Es como volverse inconsciente, quedarse dormidos. Esto es quedarse dormido, para algunos de ustedes aquí. Pero lo que eso está diciendo es “Estoy exhausto”. Es como tomar la mano, cerrarla en un puño, y sostenerla así por dos días, tan tensa como puedas. Y luego le das permiso para abrirse, soltar. ¡Y no puede! La tensión es tan fuerte, que no puede volver a “¡Está bien! Todo está bien”. Otra respiración. Exhausto. Estás exhausto. Jugar este juego de 3ª D y particularmente ahora, empezando a salir de ella, permitiendo que otros la defiendan, pero “estoy en el mundo pero no soy de ese mundo”, empezando a estar consciente de estar consciente, soltando lo inconsciente por estar consciente, ni siquiera es trabajo duro; “estoy feliz, cómodo” Otra respiración

Ahora bien, cuando empiezas a reconocer que hay más opciones, oportunidades adicionales, las herramientas empiezan a aplicarse. Cosas que has hecho, has sostenido patrones “así es como es esto; los odio; nunca voy a…; ellos siempre van a ser…”, Vaya, todo eso es bastante rígido. Siempre y nunca. ¿Enojo en ese nivel? Verás esa es la sustancia que forma la enfermedad (dis-ease) en el cuerpo físico. (N.T: dis- ease, incomodidad; disease, enfermedad). Ese nivel de pensamiento, combinado con una emoción, electromagnéticamente hilado en un campo vibratorio tan rígido, hace que se rompa el cuerpo. Se rompe Esto va hacia la enfermedad.

Aquí mismo; cómodo. Otra vez, encuéntralo. Nota que en esa pequeña conversación, te saliste de la comodidad. El cuerpo se tensó, entonces, otra respiración, y disfruta; cómodo. Vuelve directamente a esa vibración.

Ves, es muy interesante, eso contra lo que empujaste recién, no está allí en el mismo nivel en que estaba. Yo estaba inconsciente de estar inconsciente. Ahora estoy consciente de estar en esa inconsciencia.

Y luego la respiración, la comodidad. Eso ahora se está rompiendo; puede haber estado ahí por muchos años. Es bastante simple. No lo dudes, ve tranquilo, eso sucede. Ni siquiera necesitas saber qué es. Puedes encontrar ese espacio “cómodo, quieto, relajado”

Esto es excitante, mucho está sucediendo aquí. Verás, en parte hay mucho sucediendo porque, debajo de todo esto, tú tienes una intención. “Quiero ser feliz. Quiero estar conectado. Quiero ir al hogar. Sé que hay más, que se puede disfrutar más, cómodo, donde puedo reír, “ Ves, tú tienes esa intención, y aquí mismo, sentado en una silla, quieto, la intención empieza a amplificarse. Puede que no tenga palabras en ella, pero empieza a ser suave, cómoda, tal vez hay una alegría, una sonrisa. Jugando allí hay una palabra que predomina: belleza. Aquí mismo, belleza.

Y a veces nos toma un rato llegar a permitir la belleza. Aquí mismo. Cómodo, me gusto. Nada que hacer, más que gustar de mí. Todo lo que no se le parezca, empieza a desprenderse. Esta también es una de esas herramientas de Nivel 2, Nivel 1, realmente valiosas, mi lado de la Rosa, conectado a tierra, centro de mi cabeza. Piezas fundamentales. Empiezo a reconocer cómo unir sentimientos combinados, feliz, seguro, capaz, misericordioso. Empiezo a confiar en mí mismo en ellos. Empiezo a presentarme al mundo: estoy bien, me gusto. Hoy tengo una sensación de certidumbre, y la sostengo de mi lado de la Rosa. Se pone realmente interesante. En lugar de “Voy a jugar a volverme espiritual en mi tiempo libre mientras vivo mi vida 3D jugando al juego”, empiezas a hacer un gran cambio: “Estoy en mi espacio espiritual, participando, navegando mi mundo 3D” Es empezar a reconocer “empiezo a entender las reglas del juego”. Eso te permite empezar a jugar el juego mucho más llanamente, sin esfuerzo en muchos casos. Te asombras: ¿cómo pasó eso? Me estuve preocupando durante semanas. ¿Lo resolviste? Oh, sí, no hay problema. Las cosas empiezan a venir a ti, en lugar de que tengas que hacer, ir al mundo. Otra respiración.

Ahora bien, se pone realmente interesante aquí también, porque hay otros temas al entender las reglas del juego, las estructuras. Cosas llamadas simpatía, empatía, compasión; todas con muy diferentes resultados vibratorios, cuando se practican. Sí que es interesante, cuando la gente entra en simpatía, “siento tu dolor”. Correcto; eso es la simpatía. Estoy tan alineado contigo que yo siento exactamente lo que estás atravesando. Te golpeas un dedo con el martillo, mi dedo sangra. Eso es simpatía, es esa alineación en la emoción, mayormente.

Y luego tienes la empatía. La empatía es realmente interesante, es una tremenda habilidad. Pero muchos no la usaron como habilidad. Se usa como un mecanismo para entender dónde está otra persona, para poder yo evitar esa experiencia. Verás, muchas veces al crecer tenemos este segundo chakra, el que tiene la máquina del sonar, que básicamente siempre está encendido. Envía un pulso que dice ¿qué es ese sentimiento? Quiere saber. Mi proximidad con el resto del mundo; para eso está. Y bastante a menudo, esa pregunta, qué es ese sentimiento, especialmente cuando fue incómodo, eso es enojo, eso es resentimiento, furia, tristeza, están furiosos conmigo, me están gritando, y esto no me gusta.

Entonces, lo que hacemos es cambiar la pregunta: ¿qué es ese sentimiento con respecto a mí? Se volvió un mecanismo de protección. Simplemente tendré cuidado con lo que esté allí afuera. Lo que pasa es que tropiezas con alguien en la calle e inmediatamente “Oh, está enojado conmigo. No le gusto. Está alterado conmigo”. Lo que hemos aprendido a hacer en esa circunstancia es retirarnos. Evitar, dar un paso atrás, escondernos. ¿Alguno es un escondedor? Sí; la respuesta es sí.

Yo tengo esta cosa en mi mochila, campo electromagnético; tomé una decisión: no les gusto, necesito cuidarme. Aquí viene esta Rosa, al borde de tu aura. Empiezas a crear un borde que define: este soy yo, y eso es el teatro de Shakespeare, eso es el mundo, y yo no soy de ese mundo. Pero de pronto empiezas a reconocer: “este sentimiento que tengo, esta defensa, este miedo, no es mío. Es asombroso: no es mío”. Y con la definición y el reconocimiento “esto no es mío”, se disipa. Se va, básicamente lo sacas de tu espacio.

Y luego, la compasión. Compasión es una palabra graciosa, porque no es una palabra tridimensional. En el juego que jugamos, ese juego cotidiano que jugamos en la 3ª dimensión, la compasión, el amor incondicional, no son palabras tridimensionales. No están en este espacio donde estoy enojado, resentido. Es realmente difícil ser compasivo cuando estás abrumado con las cosas del mundo.

Pero cuando empiezas a comprender cómo funciona el juego, observas algo, y es realmente ruidoso y disruptivo, pero no es mío. Y puedo ver que aquí hay una oportunidad de ayudar a otros, y disfrutarlo al mismo tiempo. Puedo ser compasivo; eso es un estrato un poco más alto de consciencia. Otra respiración.

Nota tus hombros, tal vez están un poco más relajados. Todo se está yendo. Solo estoy señalando.

Luego se vuelve realmente interesante. Las emociones empiezan a: “ya lo entiendo, estoy limpiándolas, y estoy soltando esos pensamientos del campo electromagnético. Empiezo a reconocer que estoy en el mundo pero no soy del mundo, eso tiene sentido para mí. Y reconozco que yo tengo una percepción conciente que no había notado antes por estar demasiado preocupado con ese juego tridimensional del mundo.” Y las cosas empiezan a volverse diferentes.

Sentimientos. Hay sentimientos de alegría que son un poco más elevados, feliz, un poco más alto, más expansivo. Luego facilidad; hay una liviandad, como si flotaras, es liviano. No está lleno de esfuerzos.

Y luego empiezas a encontrar las sensaciones. Oh, es una palabra muy mal entendida. Sensaciones; realmente sutil. Empiezas a descubrir que en las sensaciones, la capacidad de dirigirlas, participar en ellas, manejarlas con las puntas de tus dedos, no son sentimientos como táctiles, aunque juegas con los dedos, es un estado de ser en el que esperarías que jueguen las hadas. Es un estado de ser, de bienestar, es un estado de ser, de alegría sencilla, sin posibilidades de miedo. No vibra en las sensaciones. Verás, eso empieza a volverse disponible. Son tan sutiles. No puedo llevarme mi equipaje en este viaje para encontrar las sensaciones. No puedo aferrarme a esas emociones, ellos y nosotros, bueno/malo, correcto/equivocado, es una energía demasiado cruda. Eso tiene aristas.

Sentimientos. Empiezas a entrar en el corazón. Justo donde estás, ahora; cómodo, quieto, sonríes. Este es quien yo soy. Y ese mundo de sensación, ese mundo de belleza, ese mundo de facilidad, imposible de captar desde “estoy muy enojado”. Imposible.

Pero en una respiración, cómodo en la silla, tiempo presente, estando conciente, permitiendo, teniendo permiso, la imaginación vuelve a encenderse. Es una herramienta; no una fantasía. Simulamos que es una herramienta de creación. Las sensaciones también empiezan a ser herramientas de creación.Como la manzana por aparecer en mi mano – y lo hace.

Entonces, emociones y sentimientos. Los pensamientos son eléctricos; las emociones son magnéticas. Y se hace más y más grande. Y está disponible aquí mismo, sentado en la silla, cómodo. Simplemente reconociendo y alineándome con el sentimiento, y luego tal vez otro sentimiento, y dándome permiso. No pensando sobre eso, dudando, resolviendo qué es lo que no va a funcionar, y luego – toma otra respiración y abre los ojos - y dices “Eso estuvo lindo,” pero no es algo que tienes que dejar en la silla Me voy a levantar, voy a salir por la puerta, bajaré las escaleras, simplemente iré a la cocina a prepararme algo para comer, pero no dejaré la silla. Me levanto, pero el sentimiento no necesita irse. Otra respiración.

Y nota esa sonrisa Noten, un par de ustedes, que se despiertan. Pero se sienten relajados. Muevan los dedos de los pies, la nariz, - eso es importante, es cosa muy espiritual – abran y cierren las manos, no estamos saliendo de este espacio; simplemente deciden, con un par de respiraciones, y luego respiran abriendo los ojos, y estén cómodos en su silla. Tomen un minuto, y luego haremos algunas preguntas y respuestas. Tengo el sentimiento de que nos tomaremos un minuto para eso.

Podrán hacer un par de preguntas. Déjenme detenerme aquí mismo, y ver si Roxane existe, y puede armar esto.
Transcripción y traducción: M. Cristina Cáffaro
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