Mis hijas de la luz, mis hermanas de las estrellas, en este día muchas de ustedes han bailado, han cantado, han llorado y han aterrizado en el amor.
La vibración y la energía de la luz que sostienen dentro de su Corazón Terrenal deslumbra a las constelaciones que las miran. El viento está envidioso cuando sopla a través de su cabello y su vida al ver su verdadera naturaleza. Ve lo que fueron alguna vez y lo que anhelan ser. Liberen lo humano que las mantiene tan atadas a todos los roles que desempeñan. Sepan en este momento y en esta vibración y encrucijada de luz y vida que ustedes son dignas de la grandeza en la que no pudieron convertirse en el pasado.
Ustedes son una conjunción de todos sus miedos, de todos sus sueños, de todas sus pérdidas. Son una conjunción de tiempo y espacio, cielo e infierno. Son el destino de este hermoso planeta en el que están paradas. Tienen las llaves de la Luz que escoltan a tantos a un lugar seguro. En este lugar seguro ustedes los levantarán para que no tropiecen con la vida. ¡Los levantarán bebiendo por ellos, durmiendo por ellos, rezando por ellos, sosteniendo la Luz Más Alta para ellos! Los levantarán en su canción, en su risa y en su alma, ¡porque eso es lo que son!
Les pedimos que acepten todos esos defectos que se esfuerzan tanto por cubrir y evitar que otros vean. Les pedimos que acepten y amen todas las cosas estúpidas que han hecho y las imperfecciones de su perfección. Porque todo en la naturaleza es hermoso como ustedes. El entrelazamiento de las hojas, de la hierba, del viento y de ustedes es el más bello de los bailes. Su valía no tiene precio y en esa vibración invaluable necesitan acoger todos los sueños dentro de su corazón. No se detengan. No se frenen cuando ansían tan profundamente en su corazón cumplir los deseos que solo son una pequeña semilla de creación que espera nacer. Este es el momento de abordar todos sus miedos. Este es el momento de avanzar llevando un emblema de coraje. Este es el momento de soñar en grande. No tengan miedo de los detractores; no tengan miedo de las predicciones; no tenga miedo de la profecía, sea verdad o no. Vivan en un lugar dimensional seguro que esté más allá del alcance de lo que hace que otros tengan tanto miedo. Deben creer sin una sombra de duda; miren su sombra y acepten cada parte de ella.
Cada valle de aflicción, de muerte y desaparición que han recorrido llega ahora a un punto de reflexión y en esta reflexión hay una profunda verdad planetaria. El cuerpo físico debe avanzar a través de estos cambios. Gritará y pateará y ustedes se sentirán aisladas y solas. Todo esto es un plan para mantenerlas disminuidas. Caminarán a través de los miedos, los pánicos, las iras, la tristeza, y llegarán a un punto de recuerdo total mientras siguen caminando hacia más luz y verdad. Soy la Mujer Búfalo Blanco.
Gillian MacBeth-Louthan
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Traducción: Susana Peralta
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