lunes, abril 07, 2025

Pamela Kribbe canaliza Jeshua - El Núcleo de su Problema - Abr 7, 2025


Pamela Kribbe canaliza Jeshua

Queridos amigos,

Soy Jeshua. Les saludo a todos con amor. Hay tanto amor a su alrededor: en la gente que les rodea, en el mundo espiritual que rodea la Tierra. También está el amor en su propio corazón, por lo que siempre hay una conexión con el amor. El amor te da todo lo que necesitas: la libertad de estar con todos los aspectos de ti mismo, maduros e inmaduros, luminosos y oscuros. El amor te da la libertad de desarrollarte a tu propio ritmo, de disolver gradualmente la confusión en tu corazón y en tu mente. El amor te da libertad y seguridad.

Siente por un momento dentro de tu corazón que este amor está disponible para ti ahora, no en un momento posterior cuando estés más avanzado en el camino. El amor pertenece al momento presente; acepta plenamente lo imperfecto, lo que está en proceso, lo que está separado. No tienes que presentarte de forma diferente a los ojos del amor; deja que el flujo del amor llegue a ti tal como eres, ahora mismo.

En casi todas las personas existe el pensamiento de que debes ganarte el amor, de que tienes que trabajar para cambiarte a ti mismo para ser digno de amor. Hay una profunda vergüenza en la mayoría de ustedes que engendra indignidad: sienten que necesitan disculparse, justificarse. Es una actitud que muchos de ustedes tienen. Al mismo tiempo, hay un gran anhelo de amor, de relajación y de libertad para ser quienes sois. Y eso significa que te encuentras en una batalla continua con la vida.

Te pido que identifiques esa voz en ti que te critica y te exhorta a mejorar, comentarios sobre tu aspecto y lo que sientes, piensas y haces. Hay una voz aguda en algún lugar dentro de ti, un crítico interior implacable. Intenta observar esa energía que hay en ti. Puede que la veas como un rostro o una forma, un color o una figura: lo que veas está bien.

Esencialmente es la voz del miedo en ti: el miedo al fracaso, a no ser lo suficientemente bueno; el miedo a ser abandonado. Ese miedo está presente en todo el mundo. Te separaste del todo -al menos así lo sentiste- cuando tú, como alma individual, partiste hacia lo desconocido. En ese momento de separación, que fue esencialmente el nacimiento del alma, hubo angustia causada por una alienación del Hogar, de la Fuente de la que te originaste. Ese alejamiento, ese sentimiento de estar perdido, era necesario, porque te obligaba a iniciar tu búsqueda; estabas, por así decirlo, «lanzado a lo más profundo». Por primera vez, hubo ansiedad en tu conciencia, y fuiste en busca de la totalidad.

En este viaje, surgió un sentimiento de indignidad. Ha sido un largo viaje en el que el miedo, el poder y la dependencia han desempeñado un papel importante. Si no te sientes completo por dentro, si no conoces el amor interior, vas en busca de alimento externo en forma de reconocimiento y amor de los demás. Esto puede distorsionarse y convertirse en una necesidad de poder, una necesidad de dominar a los demás para obtener lo que necesitas energética y emocionalmente. Por eso, la gente busca la nutrición emocional de los demás para llenar su vacío interior. Lo buscan en las relaciones de pareja, en situaciones laborales, en todas partes. En el fondo de muchas de sus acciones subyace un sentimiento de indignidad.

Si reconoces esa necesidad en ti mismo, la solución está cerca. Pero mientras sigas buscando de alguna manera nutrirte en energías externas, seguirás atento a las preguntas: «¿Cómo debo ser en mis relaciones? ¿Cómo debo estar con mi familia? ¿Cómo debo ser en mi trabajo?». Esas parecen ser preguntas importantes, pero en el fondo se trata de la relación contigo mismo y del sentimiento de profunda autoestima y amor que te tienes. Ahí está la clave.

Ahora te pido que desciendas energéticamente con tu atención y conciencia a tu abdomen. Llena completamente tu cavidad abdominal con conciencia pura. Desciende y siente cómo tu conciencia fluye como agua fresca y clara hacia tu abdomen. Esté presente allí y vea a un niño que de una manera u otra se siente indigno y no lo suficientemente bueno para merecer amor. Acércate a ese niño, extiende la mano y cógelo: es tu hijo. Tú le das fuerza, le das vida con tu presencia y tu fidelidad.

Cuando vives tu vida tratando de nutrirte con las energías de los demás, a causa de un vacío interior, te distorsionas y te conviertes en lo que no eres, lo cual es una injusticia para ti mismo. No eres realmente fiel a ti mismo cuando intentas adaptarte a las expectativas y exigencias de los demás, para no recibir el amor que anhelas. Pero hacer eso hace que tu niño interior sufra porque quiere ser él mismo, espontáneo y natural.

Hace falta mucho valor para poder ir hacia dentro y sentir el meollo del problema: tu propio sentimiento de indignidad. Una y otra vez se te anima a hacerlo. Cada crisis en tu vida es el resultado de lo que hay en el fondo del problema. Pero no tienes que resolverlo todo a la vez. Lo importante es ser consciente de que la indignidad está en el fondo del problema -esta indignidad profundamente arraigada- junto con la clave para su solución: el amor por ti mismo.

Siente la luz que hay aquí: la luz de ti mismo y de todo lo que hay en este espacio. Permite que esta luz irradie en tu abdomen y en tu niño interior; eres digno de recibirla. Eres una parte inalienable de la Creación y como tal serás amado y protegido y llevado por un todo mayor.

Los saludo a todos.

© Pamela Kribbe

Traducido del inglés por Dinhora Sierra