viernes, abril 10, 2020

Sarah Varcas - La Astrología del 2020 Parte 3 (y la introducción del 2021) - Despertando a Nuestra Nueva Realidad - Abril 4, 2020




Traducción: Marcela Borean

Difusión: El Manantial del Caduceo en la Era del Ahora
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
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Cuando nos encontramos envueltos en medio de una crisis, la visión a largo plazo a veces puede ayudar. Reflexionar sobre cómo llegamos aquí, a dónde queremos llegar y cómo podemos hacerlo da contexto y significado a nuestras pruebas actuales. Nos transforma de la víctima del destino al creador de nuestra realidad, y en cierta medida todos hemos creado el lugar en donde nos encontramos hoy. Ha sido difícil no hacerlo. La vida moderna se ha vuelto con el tiempo cada vez más desequilibrada. Distanciados de nuestra sabiduría inherente, hemos entregado la responsabilidad de nuestra salud a los "expertos"; de nuestra seguridad a los políticos
interesados; de nuestro significado al culto a la celebridad y a la narrativa del odio y del miedo que se comercializan en los principales medios de comunicación. Nos hemos permitido, en algún grado u otro, ser insensibles a las consecuencias de nuestras elecciones por la distracción sin sentido de las redes sociales. Y no, no todos hemos hecho todas estas cosas. Pero todos han hecho algo. Igual que muchos también han actuado para contrarrestar este descenso hacia una inconsciencia cada vez más profunda. Pero a medida que se eleva la conciencia, también lo hacen las apuestas para los que temen exponerse a lo que yace en las sombras. La reacción igual y opuesta continúa sin cesar.

En un nivel, donde nos encontramos ahora no debería sorprender a nadie. En un mundo donde nuestros sistemas inmunes están bajo el ataque tanto de regímenes de salud supresivos más que curativos como de la polución del aire, las toxinas en la cadena alimentaria y circundándonos en nuestra cultura del descarte, ¡obviamente la enfermedad finalmente se saldrá con la suya! ¿Por qué no lo haría? Pero, en otro nivel, hay preguntas que hacer: ¿por qué ésta y por qué ahora?. En un planeta donde más de cuatro millones de personas mueren cada año como resultado de la exposición a la contaminación exterior, ¿por qué esas vidas no eran lo suficientemente importantes como para que dejáramos de hacer lo que estábamos haciendo antes? ¿Por qué los gobiernos de todo el mundo no se han movilizado para erradicar esa contaminación, como lo han hecho para detener la propagación de Covid-19? ¿Por qué la humanidad se adormeció mayoritariamente ante las consecuencias de su estilo de vida moderno y continuó con normalidad hasta ahora? ¿Qué tiene de especial este momento en el tiempo? ¿Qué ha cambiado?

Confrontando nuestro miedo

La conjunción Saturno/Plutón en enero de 2020 retiró el velo para revelar las consecuencias de la arrogancia de la humanidad. La suposición de que simplemente podríamos continuar violando y explotando este planeta impunemente por siempre ha sido puesta en evidencia por la narrativa de un virus que amenaza la continuación de la vida tal como la conocemos. Muchos ven esto como la venganza de la Madre Naturaleza. Otros creen que es hecho por el hombre. Aún otros ven un acto oscurantista para probar hasta qué punto el comportamiento de la humanidad puede ser moldeado por una narrativa de miedo. Es posible que nunca sepamos definitivamente cómo llegamos a donde estamos ahora, pero todas estas perspectivas aportan ángulos importantes al debate sobre hacia dónde vamos desde aquí. Si bien la narrativa central es un virus, los muchos problemas relacionados son parte de la imagen que se pintará en los próximos meses.
El racionalismo científico de la era moderna ha fomentado un miedo monumental a la muerte, de modo que el envejecimiento se ha convertido en nuestro enemigo y la juventud idealizada más allá de toda razón. Debemos acabar con la enfermedad y combatirla para someterla en lugar de escuchar su mensaje y cambiar en consecuencia. Cuando la enfermedad y la muerte se perciben como el enemigo, libramos una guerra constante contra ellas en nuestros propios cuerpos y mentes. Nuestra vida misma se convierte en un campo de batalla, contra un enemigo que siempre eventualmente ganará. Un momento como este nos obliga a considerar nuestra actitud hacia la muerte. ¿Es una presencia demoníaca que siempre espera en los flancos para arrebatarnos todo lo que amamos con un manotazo de su poderosa mano? ¿O es el maestro más sabio, digno de respeto, el que enmarca una vida y le da sentido? La conjunción de Plutón con Júpiter durante el resto de este año nos brinda la oportunidad de reflexionar profundamente sobre nuestra mortalidad. No porque todos estemos condenados, sino porque, si no lo hacemos, ¡es posible que no estemos tan lejos de la línea final! Si la sublimación masiva de nuestro miedo a la muerte continúa manifestándose como una subyugación continua de la naturaleza para demostrar nuestra superioridad inmortal, nuestro mórbido temor a la muerte irónicamente acelerará nuestra desaparición colectiva.

¿El comienzo del fin o un nuevo comienzo?


Lo que me lleva de vuelta a esa visión general a más largo plazo que mencioné. ¿A dónde vamos desde aquí? ¿Es este el principio del fin o una oportunidad para forjar un nuevo comienzo? ¿Hemos llegado tan rápido a nuestra nueva realidad que darle forma a cómo se desarrolla está más allá de nuestras capacidades? ¿Qué podemos hacer cuando estamos confinados en nuestros hogares? ¿Debemos simplemente doblegarnos y esperar lo mejor, intentando resistir la creciente desesperación que se está instalando en muchos a medida que la realidad de nuestro valiente nuevo mundo comienza a hundirse? ¿O usamos este tiempo para despertar? Para planear un camino hacia adelante que no se parece en nada al que nos condujo aquí en primer lugar ...

Es justo decir que los próximos meses nos pondrán a prueba. El confinamiento y otras manifestaciones de ansiedad relacionadas con el virus estarán con nosotros durante algún tiempo. Habrá un alivio en junio/julio del 2020 cuando Júpiter y Plutón hagan conjunción por segunda vez mientras retrogradan, lo cual puede coincidir con una disminución del pánico, seguido de un nuevo aumento desde finales de septiembre/principios de octubre cuando ambos se pongan directos una vez más. Cuando se unan en la última conjunción a mediados de noviembre su conclusión final sobre el asunto puede no ser particularmente edificante. Sin embargo, la conjunción única de Saturno y Júpiter en el primer grado de Acuario del 21 de diciembre presagia otra capa más en este enigma global. Acuario es el signo de la humanidad y de la hermandad. Saturno, el Señor del Karma, y Júpiter, el Gran Benefactor, uniendo aquí sus manos pueden brindar algo de esperanza y un mayor contexto para lo que ha estado sucediendo. Pero no sin otorgarnos toda la pesada responsabilidad de cambiar nuestro propio sentido de identidad, realidad y perspectiva para acomodar las verdades recientemente reveladas en este momento.

Progresión hacia el 2021


Una cuadratura entre Saturno en Acuario y Urano en Tauro a lo largo del 2021 pondrá a prueba nuestro temple en este sentido. ¿Resolvemos hacer las cosas de manera diferente a escala global? ¿O nos resistimos a los cambios necesarios y permitimos que la frustración por perder el pasado nos robe un futuro positivo? ¿Aceptamos formas innovadoras de vivir a raíz de esta crisis o recurrimos a los métodos "probados y testeados" que nos metieron en este lío en primer lugar? Este es el desafío clave del próximo año. La vida (y los negocios) no pueden continuar como antes. Y en la medida en que lo hagan, en poco tiempo enfrentaremos amenazas mucho mayores a nuestra salud y a nuestra libertad.

Cuando Urano y Saturno forman una cuadratura, debemos actuar. No hay forma de evitarlo. Somos nosotros haciendo un balance de nuestra vida después del paso del huracán. El terreno puede haber cambiado más allá de lo reconocible y muchos de los puntos de referencia que conocíamos tan bien desaparecieron para siempre. Pero esta cuadratura proporciona el ímpetu y la inspiración para comenzar de nuevo y avanzar de manera productiva. Si elegimos hacerlo.

Esto se aplicará tanto en nuestro mundo privado como en lo público. Si estás pasando el tiempo de confinamiento soñando con cuando las cosas "vuelvan a la normalidad", es muy posible que te decepciones. Una nueva normalidad se está enraizando y debemos prepararnos para funcionar con ella cuando sea el momento adecuado. Eventualmente regresaremos a un mundo sin la carga de nuestra contaminación, liberado del impacto implacable de la humanidad por un período considerable de tiempo. Ese mundo ya está empezando a florecer. Somos parte de él y podemos elegir florecer también o contaminarlo una vez más con nuestro resentimiento y frustración por las cosas perdidas. Habrá un duelo, por supuesto, y para algunas personas será grande. Pero el dolor que fluye no contamina. Solo cuando se lo niega o se lo bloquea se convierte en resentimiento estancado o desesperación entrópica.

En esencia, en este momento estamos suspendidos en un estado de shock global. Cuando se enfrenta a una crisis, reaparece el viejo trauma, construyendo capa tras capa de emoción y dolor. Como tal, no estamos simplemente procesando el presente, sino todas sus ondas hacia nuestro pasado personal y colectivo. Todos esos momentos no resueltos cuando la alfombra fue arrancada de debajo nuestro y nos enfrentamos a situaciones con las cuales lidiamos para soportarlas. Este shock necesitará disiparse a través del campo de energía colectiva en los próximos meses. Cuanto más podamos generar un espacio tranquilo y amoroso para recibirlo, mejor, ya que todos tenemos heridas que atender y cuidados para brindar en igual medida. Así es como obtenemos la claridad para percibir lo que realmente está sucediendo y discernir con sabiduría y presencia inquebrantable lo que realmente se debe hacer al respecto.
Despertando a nuestra nueva realidad

La llegada del Nodo Norte a Géminis el 5 de mayo del 2020 nos recuerda relajarnos y dejar que entre aire fresco. La sensibilidad emocional del Nodo Norte en Cáncer desde noviembre del 2018 da paso al pensar, no al sentir, a conectarse con los otros sin proteger lo propio. Este cambio nodal nos exhorta a despertarnos a nuestra nueva realidad y vivirla, no a evitarla, desapegarnos o temerla. Nos anima a mirar hacia afuera tanto como hacia adentro; para unirnos en un espíritu de colaboración. Se formarán nuevas ideas que no podrían haberse concebido antes. A medida que el impacto de la restricción prolongada comienza a picar, este cambio nodal nos da un impulso positivo y nos eleva por sobre la frustración y el miedo hacia nuevas perspectivas y una actitud curiosa en dirección al potencial de este extraño mundo nuevo.

Marte entra en su propio signo de Aries el 28 de junio, permaneciendo allí hasta principios de enero de 2021. Este es un tiempo largo para que Marte permanezca en un signo, extendido en virtud de su paso retrógrado entre el 9 de septiembre y el 14 de noviembre. Aquí Marte es un verdadero guerrero. Pero, enfocado intensamente en sus propias necesidades, se enfrenta con considerar las necesidades de los demás, si es que se molesta en intentarlo. Marte es nuestra fuerza vital central que nos saca de la cama cada mañana, pone comida en nuestra mesa, impone nuestros límites y protege nuestros intereses personales. Su viaje a través de Aries puede revelar un punto oscuro de egoísmo si las cadenas de suministro comienzan a tener conflictos y la ansiedad por la estabilidad personal aumenta debido a la pérdida de ingresos y de libertad. La ira y la frustración pueden extenderse. Los más vulnerables necesitarán una voz más fuerte e insistente. Nadie debe ser dejado atrás ni ser considerado más importante que otro. Es por eso que el enfoque más liviano del Nodo Norte de Géminis es importante, ya que su enfoque en el bienestar de la comunidad equilibra los impulsos más egocéntricos de este tiempo.

En una conjunción de Marte y Eris entre agosto y diciembre de 2020 enfrentamos un desafío significativo para mantener el rumbo de manera equilibrada. Rehusen permitir que una narrativa de miedo o frustración demonice a los demás. Usen esta energía para defender a las personas y proteger sus derechos junto con los vuestros. Tomen una posición en interés de la cohesión de la comunidad, no en la protección individual. Tengan cuidado en este período con las narrativas que producen división. Nunca olviden que estamos todos juntos en esto. Marte y Eris pueden ser nuestros yoes más nobles, elevándose para pelear la buena batalla, o nuestros egos más elementales, levantándose para manotearle lo que podamos a aquellos que no pueden defenderse. La avaricia podría ser expuesta y el egoísmo abunda. Pero ambos son una elección que no estamos obligados a hacer. Marte, el Dios de la Guerra, y su hermana Eris, la Diosa de la Discordia, son capaces de muchas travesuras, pero cuando se alinean con el bien mayor se convierten en una fuerza formidable que protege con coraje y le pone nombre con intrepidez a las verdades negadas.
Soberanía y control

El miedo ha sido en este proceso un gran nivelador. Se nos dice que, desde la realeza hasta las personas en situación de calle, todos están en riesgo y ninguno es inmune. Motivado por ello, se impusieron y aceptaron restricciones inimaginables de libertades civiles, en gran medida sin cuestionamientos. A medida que Júpiter se une a Saturno en diciembre del 2020 eso puede comenzar a cambiar, ya que Júpiter nos brinda una perspectiva mayor, una visión más amplia, e infunde en nosotros una avidez por el futuro. Si el futuro parece demasiado limitado en este punto, ¡la gente puede comenzar a sentir inquietud bajo los pies! Y si las autoridades buscan extender los poderes relacionados con el virus hasta 2021 bajo la mirada de la mencionada cuadratura Saturno/Urano, podrían sorprenderse por la fuerza de los sentimientos entre la gente. En su faz sombría, Saturno en Acuario busca controlar (Saturno) a las masas (Acuario). Le teme a la individualidad y a la autodeterminación, moviéndose para reducirlas. Por el otro lado, Urano insiste en la libertad a toda costa, ¡y en Tauro es implacable en esa demanda!

Como tal, el tema del control -¿Quién lo tiene?¿Como lo usan?¿Cómo nos comportamos cuando lo perdemos?¿A quién lo entregamos y por qué?- es tan fundamental para esta época como cualquier otro. Es fácil perder la conexión con tu yo soberano cuando estás confinado a las barracas y temes lo que acecha "allá afuera". Pero nuestra soberanía innata no se ve disminuida por las circunstancias, sean las que sean. Y la tarea nuclear del vivir no cambia. Estamos aquí para despertar. Puro y simple. Para reclamar el Ser y ofrecerlo al servicio de la Vida. Podemos hacer eso donde sea que estemos, quienesquiera que seamos y lo que sea que esté sucediendo a nuestro alrededor.

Nada ni nadie puede robar nuestra sabiduría o reducir nuestra creciente conciencia. Si un número cada vez mayor dedica este tiempo sin precedentes a conocer más profundamente al verdadero Ser, ¡piensen cuán diferente puede ser nuestro futuro! Qué osado, brillante y hermoso. Como un salto evolutivo encarnado, podríamos emerger de cero, entendiendo profundamente cómo llegamos aquí y cómo asegurarnos de que nunca retornaremos, antes de embarcarnos en nuestra próxima aventura. Juntos.

Sarah Varcas