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martes, julio 08, 2025

Pamela Kribbe canaliza a la madre Tierra - CUALIDADES DE LOS NIÑOS DE LA NUEVA ERA - Jul 8, 2025




Pamela Kribbe canaliza a la madre Tierra

Queridos amigos,

Soy la voz de la Tierra y estoy con vosotros. Siempre estoy presente en tu cuerpo: en cada célula, en cada respiración, en la sangre que fluye por tus venas, en tus pies que tocan el suelo. Sientes mi presencia, pero quiero que nos encontremos plenamente y abrazarte plenamente. Quiero que sepas que estás a salvo aquí en la Tierra.

Imagina que estás siendo llevado por mí. Puedes soltar toda tensión porque hay un poder que te apoya, uno que es más grande que tus pensamientos. Siente mi poder por un momento y cómo fluye desde el suelo hasta tus pies. Siente mi fuerza que soporta todo el peso. Soy una presencia viva, el alma de las plantas, los animales, las personas, de todos los seres vivos en la Tierra, y también de las piedras, el suelo, los objetos no sintientes. Todo en la Tierra es parte de una corriente y cuando te conectas con ese flujo, a través de tu cuerpo, puedes sentir algo más grande, sientes lo que te sostiene de una manera firme pero ligera. Muchos de vosotros tenéis una naturaleza sensible, estáis abiertos a energías sutiles, así que sentid mi presencia.

Este es un tiempo de cambio en la Tierra. Las nuevas energías quieren revelarse y manifestarse. Lo viejo está agotado, cansado de luchar, y todos os enfrentais a lo viejo y lo nuevo simultáneamente. Tú también estás agotado por tanta lucha. Sientes cómo una vida basada en el miedo y la lucha por la supervivencia es algo que cada vez menos personas pueden tolerar. Hay un deseo de otra cosa, algo más, y te pido que reconozcas ese deseo en tu propio corazón. Cada uno de vosotros llevais dentro el deseo de tranquilidad, de poder relajaros y un anhelo de vivir de la alegría y la inspiración profunda.

Una de las características de los nuevos tiempos es que lo que es único en cada persona debe ser reconocido y recibido. En la nueva era, ya no se espera que un niño se ajuste a la estructura existente donde encajaría y se ajustaría. La educación, en el verdadero sentido, significará cada vez más que se permitirá que florezca la naturaleza única de un niño, su alma; será tratado con paciencia y respeto por el camino de desarrollo de ese niño.

Como almas encarnadas, los niños no son perfectos; tienen una historia como alma. Y los niños de la nueva era también tienen una sombra en sus partes inconscientes. Ellos también están aquí para crecer, para experimentar, para aprender, pero también tienen algo diferente. Básicamente, creen en sí mismos, aunque en su comportamiento puedan parecer soñadores, ausentes o inquietos, quizás inciertos. Sin embargo, hay en estos niños de la nueva era una creencia en su poder único, sus talentos distintivos, y se niegan a renunciar a esto. En ese sentido, son tercos, obstinados y tenaces.

De hecho, puedes observar en tales niños dos direcciones. La primera es la que acabo de mencionar: la confianza del yo en relación con el alma. La conexión con el alma es tan fuerte que el niño siente profundamente quién es, sin importar lo que el mundo exterior le diga. Y de esa conexión surge una individualidad, o personalidad, que hace que sea difícil guiar al niño. Si las expectativas externas son inconsistentes con el impulso de su alma, uno encuentra resistencia en el niño y esa resistencia también puede aparecer de manera inconsciente. Por ejemplo, puede manifestarse en el cuerpo como su incapacidad para tolerar ciertas sustancias y aparecerá como alergias. Un rechazo proviene del niño, ya sea de su mente consciente, o de sus emociones y comportamiento, o de su cuerpo.

Así que hay una singularidad en el niño que no se puede negar, y donde la negación conduce a la reacción. Donde en un niño más tradicional hay un mayor distanciamiento de su propia alma, su propia singularidad, en los niños de la nueva era esto ya no es posible. Incluso hay en los niños que no son naturalmente muy asertivos o expresivos un impulso para ser fieles a sí mismos, un impulso que ni siquiera es de su propia elección; es simplemente la forma en que es. Este impulso en los niños de la nueva era, lo llamo ser auténtico: ser fiel a tu naturaleza sin tener otra opción. Y no hace falta decir que cuando la realidad externa ejerce presión sobre el niño, la resistencia aparecerá y puede manifestarse en muchas formas diferentes, y surgirán problemas. El problema a menudo se ve como perteneciente al niño, que tiene un problema de comportamiento o un problema físico con alergias y sensibilidades, pero el problema que surge es la reacción del niño al mundo exterior.

Antes de continuar, me gustaría mencionar la segunda corriente que está claramente presente en los niños de la nueva era, y que es el flujo del corazón: la corriente de la dulzura y el amor. Esas son palabras mayores, pero este núcleo está presente en cada alma y cada uno de vosotros conoce ese flujo. En cada uno de vosotros vive un recordatorio de amor puro, una conexión con el todo más grande y con la dulzura, aunque ese impulso amoroso muy profundo está más presente en los niños de la nueva era. Por lo tanto, tienen más empatía, sienten el dolor de otras personas mucho más fácilmente. Empatizan más profundamente con el mundo y las personas que los rodean y sufren por ello. En un sentido real, luchan por conocer sus límites porque tienen mucho que dar. Precisamente en ese lado amoroso, gentil y empático, estos niños pueden ser muy sabios, indulgentes y mayores de lo que parecen. A través de su lado empático, traen la energía de Cristo a este mundo.

He nombrado aquí dos corrientes. Por un lado, la confianza en sí mismo y la terquedad, y por otro lado, la gentileza, el amor y la búsqueda de conexión. Estas son hermosas cualidades de los niños de la nueva era. Y veréis que en algunos de estos niños, el primer lado está más fuertemente representado, mientras que en otros niños el lado amoroso y empático aparece más. Son los niños más soñadores y altamente sensibles que tienen dificultades con los límites y se sienten fácilmente abrumados por los estímulos. En los niños con fuertes naturalezas individuales, experimentas resistencia y terquedad; no desean conformarse y son antiautoritarios. Mientras que en otros niños, ninguna de estas cualidades puede ser evidente.

¿Cómo debería saber la sociedad cómo y cuándo tratar a estos niños? ¿Qué podemos hacer para recibir más plenamente la luz que llevan dentro de sí mismos para que brote y dé fruto? Esta es también una pregunta que os hago porque vosotros sois los que podéis ver la luz de los nuevos niños.

Aquí, quiero señalar algo de naturaleza grave. Una gran cantidad de dolor colectivo del pasado se transmite en los corazones y las almas de las personas, lo que resulta en tanta violencia, tantas luchas. Originalmente, se daba el caso de que, en las energías de los niños pequeños, apenas había espacio para este dolor colectivo, que tiene tanto que ver con la supervivencia y competir por el poder o aferrarse a él. Pero esta vieja energía todavía corta sus huellas a través de este mundo; podéis leer sobre ello en los periódicos todos los días. También podéis observar esta energía en vosotros mismos cuando os enfrentáis al miedo o al pensamiento negativo sobre uno mismo. Y si te consideras inferior, reaccionas sintiéndote culpable por lo que haces o dejas de hacer. Sin embargo, al reaccionar de esta manera, no estás siendo fiel a ti mismo y el resultado es que te menosprecias a ti mismo y comienzas a mirar el mundo que te rodea con desconfianza o miedo. Esas son las viejas energías que todavía están dando forma al mundo y también existen en ti.

Es por eso que puedes entender el trauma, el dolor, que viene del pasado. Y aquí puedes ser un puente entre lo viejo y lo nuevo, y te pido que seas ese puente. ¿Qué significa realmente entender todos esos giros de la mente humana que se pierden en emociones pesadas y negativas? Te pido que seas fiel a ti mismo y a las partes en ti que todavía están sufriendo dolor y que tomes esas partes en tu abrazo amoroso. Y cuando haces esto, acabas de hacer contacto, dentro de ti, con el hijo de la nueva era, el «yo» radiante, que en la eternidad nunca se pierde.

Os pido que ahora os conectéis con el niño/a herido dentro de cada uno que lleva las cargas de un pasado antiguo, tal vez incluso de múltiples vidas. Invitad a este niño/a a entrar y pedidle que muestre su rostro, que puede ser triste o ansioso. Es, en cierto sentido, lo opuesto a un niño de la nueva era. No se atreve a ser fiel a sí mismo, porque nunca se le permitió ser realmente espontáneo. No podía gritar, reír o estar triste; no se le permitió ser lo que es naturalmente. Y por lo tanto, este niño reprimido no podía mostrar su amor lo suficiente; tenía que ser demasiado restringido y reservado. Tanta creatividad, tanta inspiración se perdió en las generaciones anteriores, en los niños disciplinados a los que no se les permitía mostrar su corazón. Reconoce a este niño en ti mismo y dale todo el amor que tienes dentro de ti. Consuélalo, anímalo y llévalo sobre el puente hacia la nueva era. Es allí donde la alegría y la curación esperan a este niño.

¿Y cuál es el papel de los niños de la nueva era en este proceso? Ellos están aquí en la Tierra para ayudarte a sanar. La luz que irradia de sus ojos te dice quién eres. Su comportamiento poco convencional te recuerda tu propia espontaneidad reprimida o rebeldía; ellos lo traen a la vida en ti. También son los maestros de la nueva era, pero eso no siempre sucede sin una lucha. No siempre presentan sus mensajes con bellas palabras o miradas amorosas. Eso también puede suceder a través de un comportamiento muy difícil que es difícil de comprender.

Puede arrojarte sobre ti mismo y despertar emociones profundas en ti cuando eres padre o tienes que lidiar con ellas de una manera u otra. Pero atrévete a asumir la confrontación, especialmente dentro de ti mismo y de lo que te está haciendo, y date cuenta de que tú también eres muy importante para estos niños. Son el ejemplo de cómo serán las cosas; cómo se presentará el nuevo humano.

¿Y cuál es tu papel en ese proceso? Construyendo un puente del pasado al futuro para ellos. Necesitan ser bienvenidos, ser recibidos en este mundo por personas que reconocen su luz, que pueden ver a través de su comportamiento incomprensible, cruzado o difícil, que pueden reconocer impulsos originales. Su tarea es ser los portadores de luz de la generación que precede a estos niños.

Este es un momento de transición. Algunos de vosotros incluso mostráis las cualidades y características de los niños de la nueva era. Encuentra tu propio lugar en esta transición y date cuenta de que estás fluyendo con la marea, a pesar de los problemas que hay en el mundo, los problemas que los niños encuentran en sistemas que todavía están atrapados en las viejas costumbres, todavía influenciados por lo viejo. A pesar de eso, hay tantas cosas nuevas que ahora están creciendo que no se pueden detener. Escuchar a tu alma, a tu corazón, a lo que realmente quieres, y también, sobre todo, a las partes contrarias de ti mismo, es ahora más posible y deseable que nunca.

Por lo tanto, me gustaría implorarte: cree en ti mismo. Reconoce la creencia que existe en los niños de la nueva era. Que sea contagioso, porque es a través del poder único de cada individuo que nace lo nuevo. No por medio de estructuras desde «lo alto», sino a través de la realidad viviente a través de ti, y tú, y tú. Entonces surge una conexión y un poder.

Finalmente, os pido que ahora sintáis cuánta energía nueva ya hay en todos los que estáis reunidos en este espacio. Siente la luz, siente la alegría; respira de nuevo. Os doy la bienvenida a la nueva era y os agradezco vuestra presencia.

© Pamela Kribbe

Traducido del inglés por Cristina Yoh