Páginas

martes, octubre 08, 2024

Pamela Kribbe canaliza a la Madre Tierra - Comunicación con tu cuerpo






Pamela Kribbe canaliza a la Madre Tierra

Queridos amigos, queridos hijos de la Tierra, soy la voz de la Tierra y os doy la bienvenida.

Me gustaría que me reconocierais como vuestra madre, porque os llevo y os sostengo, suavemente, como lo hace una madre, pero de una manera que también es poderosa y fuerte. Siente el suelo a través de tus pies, que son órganos sensoriales que pueden sentir la energía de la Tierra. Siente la vibración de la Tierra en este lugar, y permite que penetre en ti de una manera pura y limpia. Siente el elemento del aire y el del agua del mar tan cercano, el elemento de la tierra de las rocas bajo tus pies y el elemento del fuego del Sol encima de tu cabeza. Siente las grandes fuerzas de la naturaleza que te rodean y descansa en ellas. Eres bienvenido aquí en la Tierra, perteneces aquí. A veces se te olvida, pero tu cuerpo sabe que pertenece aquí; se mueve con los ritmos y ciclos de su naturaleza terrenal.

Cuando puedes experimentar el alma como una fuente de luz que desciende a la Tierra y que, una vez aquí, aprende a gozar y disfrutar de las cosas terrenales, entonces podrás ver que el cuerpo es el guía del alma. El cuerpo recibe al alma y el alma impregna el cuerpo con consciencia, y aunque esa consciencia es divina, no es omnisciente. La idea de un Dios omnisciente os ha sido inculcada a través de vuestras tradiciones religiosas, pero Dios es algo completamente diferente: es el origen de una energía brillante y que ama la vida. Esta energía divina fluye del origen como lo hace el agua de una fuente, y aunque esta energía está imbuida de un poder infinito, siempre encuentra nuevos caminos que recorrer. No lo sabe todo de antemano, pero descubre siempre nuevas aventuras a medida que fluye.

Eres una gota en una corriente de luz infinita y brillante; una gota que ahora reside en un cuerpo terrenal. Y aunque esa gota está llena de luz y sabiduría, siempre es una nueva aventura para el alma cuando vuelve a habitar un cuerpo, cuando se encuentra de nuevo encarnada y descubre cosas nuevas para enriquecerse. Mírate a ti mismo y observa cómo tu alma, cómo esta gota de luz de esa fuente eterna, se funde con tu cuerpo. Mira en qué partes de tu cuerpo la luz es más clara; donde el cuerpo está más vivo, relajado y fluido; donde fluye con el ritmo de la naturaleza, de este planeta. Siente esos lugares de tu cuerpo donde todo fluye bien. Ahí es donde tu alma y tu cuerpo bailan juntos en armonía.

Mira lo feliz que está tu alma aquí, quiere entrar en esta aventura. No es un castigo, ni un deber, ni un “debería”: tu alma quiere estar aquí. Este cuerpo tuyo es el compañero de los sueños de tu alma. Tu alma agradece este cuerpo, aunque, desde tu perspectiva humana, la experiencia a veces puede ser muy difícil. Por lo tanto, busquemos lugares en tu cuerpo donde la luz de tu alma fluya menos libremente, donde pueda haber una separación entre la luz de tu alma y tu cuerpo. Desciende, con tu completa consciencia, a aquellos lugares de tu cuerpo donde experimentas tensión o angustia. Desciende con una mente inquisitiva y mira, muy abierta y honestamente, esos lugares de tu cuerpo.

Muchos deseáis entender el lenguaje de vuestro cuerpo, entender qué mensajes tiene el cuerpo para vosotros, pero estáis acostumbrados a hacerlo a través del pensamiento. Es a través del pensamiento que queréis inspeccionar y analizarlo todo, pero el cuerpo no funciona de esa manera. Habita en otro nivel, que es el mismo nivel que la naturaleza fuera de ti: los árboles, las plantas, las rocas, los animales, y no piensan, como lo hacen los humanos. Por supuesto hay una consciencia viva, sentida, perceptora de todo, pero la parte pensante no está allí, por lo que la naturaleza se rinde más fácilmente al flujo de la vida.

Los humanos, sin embargo, tienen una elección, ya que también hay espacio dentro de ti para la espontaneidad y el juego, que es parte del ser humano. Pero en muchas personas, ese espacio se llena al estar muy ocupadas con la mente. De esa manera, no habitáis realmente vuestro cuerpo hasta que el cuerpo llama a la puerta a través de un dolor, una aflicción o una enfermedad. Quiere decirte algo, pero no puedes entenderlo con tu mente. Por eso te animo a que desciendas a esos lugares de tu cuerpo donde las cosas no fluyen bien y a que busques otro lenguaje para comunicarte con tu cuerpo. Eso en sí trae sanación porque liberas los pensamientos en tu cabeza y, a través de tu cuerpo, te conectas conmigo, la Tierra. Vivo en tu cuerpo, tengo mi propia sabiduría y sigo leyes y ritmos que has olvidado.

Desciende a mí y permíteme a mí, a la Tierra, residir en ti. Desciende a mí y permite que aparezca un animal en ese lugar donde la energía está bloqueada, y observa lo que surge en ti. ¿Qué aspecto tiene este animal y qué te dice? Habla en un lenguaje muy sencillo, pero no es un lenguaje de palabras y pensamientos. Quiere tu atención y está aquí para ayudar a restaurar la armonía en tu campo de energía, tu aura. Es un animal sanador que puede hacer su trabajo solo si confías en él y le permites restaurar tu equilibrio. Este animal encarna la sabiduría de la naturaleza; tómalo y absorbe la energía que este animal tiene para ofrecer. Hazlo sin palabras y mantente realmente abierto a la energía de este animal. Llena todo tu cuerpo y aura con su energía.

Siente cómo este animal te conecta conmigo, con tu madre y con todos los elementos de la naturaleza. Conviértete en este animal por un momento haciéndote uno con él. Siente lo que se necesita para calmar el dolor o la aflicción que experimentas para resolverlo. El animal lleva una fuerza instintiva en sí mismo, lo que le permite saber lo que necesitas. Tus pensamientos pueden alejarte de ese conocimiento, porque están llenos de juicios, mandatos y prohibiciones. Pero vosotros sois almas que se han conectado a un cuerpo terrenal que contiene elementos de las plantas, los animales y los minerales. Todos los niveles de la naturaleza están representados en ti, así que siente tu unidad con la Tierra.

Os pido que os conectéis con uno de los cuatro elementos: tierra, agua, aire, fuego. Todos los elementos están representados aquí; sin embargo, hay uno que actualmente es el que más necesitas. ¿Es el poder del fuego, con su entusiasmo y pasión, o la naturaleza suave y fluida del agua? ¿Es la fuerza y el arraigo de la tierra, o la inmensidad y amplitud del cielo, el elemento aire? Imagina por un momento cómo los cuatro elementos están representados por cuatro figuras y una de ellas se adelanta espontáneamente para darte algo: conecta con ese elemento. Recibe el poder sanador de ese elemento con asombro y sorpresa, para que pueda mostrarte lo que es importante para ti en este momento.

Finalmente, os pido que seáis conscientes de los muchos guías que tenéis aquí en la Tierra: vuestro cuerpo que siempre os habla en su propio idioma, y la consciencia en los animales, plantas, minerales y elementos que os rodean. Todos son igualmente tus guías, muy tangibles, muy cercanos. Eres completamente bienvenido aquí, y cuando pierdas temporalmente ese sentimiento de bienvenida, desciende completamente a todo tu cuerpo. Tu cuerpo sabe que aquí estás en casa, que no estás solo y que siempre estás rodeado de recursos y fuerzas que te apoyan.

Soy la Madre Tierra, y yo misma soy una mezcla de energías celestiales y fuerzas físicas, soy una criatura con alma. Y cuando os veo, que también sois criaturas con alma, conectaros con las fuerzas de la Tierra e irradiar vuestra luz aquí y disfrutar haciéndolo, me siento intensamente feliz. Rodearos de los guías que os ofrezco es mi alegría, mi pasión. Por lo tanto, recibid mi energía. Vosotros sois mis hijos, y nada hace más feliz a una madre que ver a sus hijos crecer y florecer.

Muchas gracias.

© Pamela Kribbe
Traducción del inglés por Cristina Yoh