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jueves, septiembre 12, 2024

Pamela Kribbe canaliza a la Madre Tierra - La trampa de la mente



Pamela Kribbe canaliza a la Madre Tierra

Queridos amigos:

Soy la voz de la Tierra. Soy la tierra bajo tus pies que te sostiene y la consciencia que anima los minerales, las plantas, los animales y los seres humanos. Estoy presente en todas las formas de vida; nutro y fluyo a través de ti. Siente mi energía fluir a través de tu cuerpo, tus venas, a través de tus piernas y hasta tu abdomen. Relájate en mi energía y siéntete llevado por mí. Suelta toda la tensión que experimentas como ser humano, que en gran medida proviene de tu cabeza, de tus pensamientos.

Observa que todas las criaturas vivientes de la Tierra tienen consciencia y son capaces de sentir. Incluso las formas de energía más densas, como la piedra, tienen una consciencia y esa consciencia siempre contiene sentir: percibir lo que se siente bien o no. Esta consciencia básica está presente en todas las formas de vida. Pero ninguna de estas formas, excepto los seres humanos, tiene pensamientos: una consciencia pensante. La capacidad de pensar es lo que te distingue de todas las demás formas de vida.

Por un momento, sé consciente del poder que está oculto dentro de la mente y su capacidad de pensar. El pensamiento puede ser dirigido de diferentes maneras. Puede estar dirigido hacia cosas externas, como hacer un esfuerzo para lograr algo, o puede estar dirigido hacia propósitos internos. Por el contrario, los reinos vegetal y animal se dejan afectar por la música de un ritmo fijo que forma parte de su naturaleza esencial. Viven su vida a partir de ese ritmo y a través de su naturaleza.

Es muy diferente para los seres humanos. Un ser humano puede cambiar su destino y puede tomar nuevos caminos. A través del pensamiento, puede visualizar y llegar más lejos. Sin embargo, la capacidad de pensar también tiene un escollo potencial. A través de la mente, un ser humano puede pensar que es un ser vivo separado del resto de la naturaleza. Pero cuando un humano hace eso, le da demasiado poder a la mente. Y la humanidad ha caído en esa trampa al dar demasiado énfasis y prioridad al pensamiento, y lo ha hecho a expensas de la capacidad nutritiva de la naturaleza y de la conexión de la humanidad con el resto de la vida en la Tierra.

Por lo tanto, si bien el pensamiento posee un gran poder que se puede usar de manera positiva, este poder se ha vuelto dominante. Quiere dirigir la vida, controlarla y manipularla, y no tiene en cuenta la cadencia y el flujo natural de la vida. Siente por un momento esa brecha dentro de ti. También tienes una naturaleza innata, al igual que los animales y las plantas. Esa naturaleza no es solo de tu cuerpo terrenal, ya sea masculino o femenino, esa naturaleza, que eres tú, también es animada por tu alma. Esa naturaleza está en ti, un ritmo natural que te pertenece, que se adapta a tu alma.

Yo, la Tierra, doy una calurosa bienvenida a tu alma. Necesito tu luz, eres muy querido para mí. Me gustaría trabajar contigo como alma, como ser cósmico; juntos podemos crear una nueva realidad. Cuando tu luz cósmica me toca, es recibida en la materia. Tu luz tiene el poder de crear, más que cualquier otra criatura viviente en la Tierra, y a través de nuestra colaboración, nuevos caminos para la consciencia pueden surgir en la Tierra.

Con el poder del alma que es tu naturaleza esencial, emites chispas de luz sobre mí, la Tierra. Me infundes con tu luz y esa es la intención, ese es el propósito. Sin embargo, la mente, con su capacidad de pensar, se ha convertido en un poder independiente demasiado grande que puede causar una interrupción en la cooperación y el flujo hacia afuera de tu alma hacia mí. Siente, por un momento, ese flujo natural dentro de ti.

Tu naturaleza, como un alma conectada con la Tierra, se revela a través de tus sentimientos superiores. Cada uno de vosotros conoce estos sentimientos superiores y puede sentir los susurros de vuestra alma. Te hacen saber de una manera suave lo que te atrae, algo hacia lo que sientes: “Esto me pertenece; Esto me conviene; Esto es bueno para mí”. O a veces escuchas una voz suave que dice: “No, esto no es algo para mí; esto no me conviene; esto no me pertenece”. Estos suaves susurros de tu naturaleza intrínseca, tu alma, a menudo son interrumpidos por tu pensamiento, que tiene una energía mucho más dura, porque la fuerza que impulsa gran parte del pensamiento en la Tierra es el miedo.

Si quieres controlar y dirigir la vida mediante el uso de la mente, debes ajustar y cambiar continuamente el flujo natural de la vida para ajustarla a tu voluntad. De esta manera, lucháis contra la vida y la naturaleza, y eso sucede en muchos de vosotros. Te aposentas en tu cabeza y a partir de ahí intentas navegar por la vida. Pero al final, ese enfoque de la vida te frustra porque no funciona.

Lo que es necesario es que desciendas a ti mismo, así que hazlo ahora junto conmigo. Siente, desde el suelo bajo tus pies, que la energía de la Tierra se conecta y fluye a través de ti, a través de la parte inferior de las piernas, las rodillas, los muslos y en la zona pélvica. Eres bienvenido en la Tierra. Sentid mi bienvenida a vosotros, la alegría que tengo al recibiros y brindaros lo que necesitáis. Deja que tu consciencia se aleje de tu cabeza. Entra silenciosamente con tu consciencia en el área de tu corazón y siente la energía suave y abierta allí. Eso es lo que eres: un ser cósmico descendido a la Tierra.

Es a través de una colaboración natural conmigo, la Tierra, que puedes cumplir el destino de tu alma. Sentid la corriente tranquila de vuestro corazón y ahora observad la diferencia entre este flujo y el de la energía de tratar de pensar en todo. Con demasiada frecuencia, el pensamiento es agitado, tenso y caótico. Observa esa actividad mental de una manera muy objetiva y neutral. Tal vez lo veas como una corriente de energía que se mueve alrededor o a través de tu cabeza. Siente esa energía, la frecuencia vibratoria de la misma. Siente cómo es más tosca y menos refinada que la suave energía de tu corazón.

Ahora conéctate desde tu corazón con todo tu cuerpo. Deja que la dulzura que experimentas en tu corazón te rodee completamente como un manto de luz: una luz amable y abierta. Siente cómo esta luz es acorde a mí, a la Tierra, cómo me conviene, y siéntete recibido por la Tierra. Imagínate que, rodeado de esta luz, penetras hasta mi núcleo, este planeta Tierra. Literalmente desciendes profundamente en la Tierra al nivel energético de mi núcleo, y no te sientes para nada estresado haciendo esto, sino libre, porque me reconoces a medida que nuestras energías fluyen juntas.

Penetra aún más en el núcleo de mi campo de energía, en mi propio corazón, y siente quién soy. Si te sirve de ayuda, pídele a tu imaginación una imagen que me personifique. Por ejemplo, en forma de un animal o una planta, digamos una flor o un árbol, algo de la Tierra, de la naturaleza; algo que te permita conectar conmigo en tu imaginación. A través de esta imagen, mi ser, mi alma, se revela a ti. Quiero compartir con vosotros, conectarme, así que permitid que lo que ven os hable, que os dé un mensaje. No tiene que ser a través de palabras, puede ser una transferencia energética.

Siente lo bienvenido que eres. Os necesitamos aquí, y hablo en nombre de los muchos seres vivos de naturaleza no humana: los animales, las plantas, las rocas, los bosques. La luz de tu alma es bienvenida aquí, bienvenida ahora más que nunca, y hay espacio para esta luz, ahora más que nunca. Esta luz ahora puede conectarse con la realidad terrenal y hacer que las cosas cambien, que se pongan en movimiento. Ha llegado un nuevo tiempo, se ha llegado a un punto de inflexión.

Todavía hay mucho que cambiar, todavía mucho dolor entre los humanos. Pero también hay personas que, en sus corazones, están abiertas a la luz que ellos mismos son y que reconocen mi ser como un alma gemela. Quiero hablarles, especialmente a aquellos de vosotros que encuentran difícil estar en la Tierra y encarnados en un cuerpo, e invito vuestras preguntas y a vuestra luz.

Os necesitamos. Yo, como la Tierra, poseo grandes fuerzas. Un poder de autocuración es provisto a todas las criaturas vivientes que tienen un cuerpo terrenal, y este poder también está dentro de ti. Por un momento, siente ese poder positivo en tu propio cuerpo. Te he dado poderes con los que puedes equilibrarte y curarte a ti mismo, y a cambio traes algo para mí, la Tierra, y para todo lo que vive en mí: una luz que es nueva e innovadora.

Tú me necesitas y yo te necesito a ti, y esta necesidad no es para llenar una carencia, sino para proporcionar una alegre danza de cooperación. Te pido esto: confía en tu corazón. Sabed que hay una fuente de sabiduría en vuestra conexión conmigo, la Tierra, que no está en la cabeza, sino en lo profundo de vuestro cuerpo. Confiad en el ritmo y la naturaleza de vuestro cuerpo. Dejad que vuestra luz fluya hacia la consciencia colectiva en la Tierra.

Os doy las gracias de corazón y espero que os confiéis aún más en mí, porque soy vuestra compañera en esta creación y estoy siempre cerca de vosotros. Muchas gracias.

© Pamela Kribbe

Traducción del inglés por Cristina Yoh