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viernes, octubre 20, 2023

Kryon por Lee Carroll - Serie: Pelar la Cebolla Parte 4 – Sanar tu Cuerpo - Miércoles de Sanación 23 de Agosto de 2023





Canalización de Kryon por Lee Carroll

Miércoles de Sanación 23 de Agosto de 2023

Serie: Pelar la Cebolla Parte 4 – Sanar tu Cuerpo


Saludos, queridos, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.

Este es el cuarto episodio, podrían decir, tramo, serie de canalizaciones sobre pelar la cebolla. Y he esperado hasta este cuarto tramo, esta cuarta canalización, para darles mi información favorita sobre el ser humano.

Hoy es miércoles de sanación, una serie de programas establecidos, canalizados, producidos intuitivamente, por una razón.: para presentar la idea de que hay muchos procesos de este planeta que se enfocan todos sobre la capacidad del humano para ayudarse a sí mismo de maneras que la humanidad no creyó o bien no usó, o le tuvo miedo. Eso es la sanación de la que hablamos, de la que hemos hablado durante 30 años.

Hace años y años, implementamos una frase: “Háblale a tu estructura celular; háblale a tus células”. Esta fue la introducción de una premisa que no fue popular en ese momento; la premisa era esta: los humanos vienen con la capacidad de sanarse a sí mismos de situaciones profundas, cosas, enfermedades, anomalías, incluso el envejecer. Esta es la magnificencia del alma que es parte de cada uno de los seres humanos. Una magnificencia que es literalmente arrancada tan pronto ustedes nacen, por muchos que les dicen que ustedes vienen con nada, y van a tener que trepar muchas escaleras – metafóricamente - para llegar a un lugar en que, aunque sea puedan decirle hola a Dios.

Hay algo aquí, dentro de ustedes, que es muy asombroso e increíble. Que van a tener que pelar esa cebolla de desinformación con objeto de llegar a eso. Hay demasiadas capas que dicen “No, no puedes; no, no puedes; eso es estúpido; no, no puedes.” ¿Llegarás alguna vez a ese lugar donde tal vez – tal vez – puedas?

De modo que esto realmente define a la cebolla que tenemos que pelar, con objeto de llegar a una verdad magnífica que siempre estuvo allí. Siempre allí. Y es la de la salud. Es la de su capacidad para cambiar lo que siempre han tenido; la creencia en que eso tiene que cambiar. Lo que creen que tienen, debe cambiar. Eso es la cebolla.

De modo que empecemos con esto: el ser humano siempre tuvo pistas, todo a lo largo de su civilización, que le mostrarían lo que puede hacer. La más grande, que me gustaría señalar otra vez más, es la remisión espontánea. Esta es una frase que describe algo que sucede casi instantáneamente y que es milagroso. Una persona tiene un tumor, y luego no lo tiene. De la noche a la mañana. O puede realmente estar en la mesa de cirugía, y algo sucede, que es un milagro, una reversión de aquello que van a operar. Remisión espontánea. Aparentemente no hay reglas para ella, no hay causa y efecto en ella, aparentemente. Pero lo que sea que tenía, que podía realmente estar matándolo, desaparece. Se va tan velozmente, tan rápidamente, que la única cosa que el ser humano puede señalar es un milagro. Eso de por sí tiene que ser pelado de la cebolla. ¿Qué tal si no fue milagroso en absoluto? ¿Qué tal si fuiste tú haciendo lo que siempre habrías podido hacer? La magnificencia tuya borró una enfermedad o un tumor, por medio de tu consciencia, de la noche a la mañana.

¿Qué tal si es para eso que vino el humano? ¿Qué tal si eso siempre fue posible? No un milagro, sino algo normal. Y la razón por la que parece un milagro, ¡es debido a la cebolla! Esa cebolla con toda clase de capas, que no se puede llegar al centro, que dice “Sí, por supuesto que podrías” y, en cambio, es una cebolla con muchas, muchas capas, que dice “No, no puedes. No, no puedes. No, no puedes.”

Hay algo más, que es muy revelador, que sucede todo el tiempo, en su cultura, en su sociedad, en la medicina moderna, ¡todo el tiempo! Está ahí para mirarlo, verlo, y estudiarlo, y no lo estudian, y no lo han estudiado.

De modo que una de las cosas más profundas que la ciencia ve, que ellos tienden a sacarse de las manos, y dicen “Bueno, interrumpe los datos,” y eso es el efecto placebo.

Le dices a alguien que le das una píldora que va a eliminar una enfermedad, o una anomalía, o algo más que está pasando, y está muy complacido. Finalmente hay una sustancia, o tal vez una droga, o lo que sea, que va a ayudar con esto, que va a curar esto, que lo va a eliminar. Y toma la píldora, y esta lo hace. ¡Se fue!

Más tarde descubren que participaron de un estudio del placebo; tomaron una píldora recubierta de azúcar que no tenía absolutamente nada. (se ríe). La píldora no hizo nada que obligara a la enfermedad a irse. ¿Cómo se resolvió la anomalía en su cuerpo? ¿Cómo cambió, cuando no había nada en la píldora? Ese es el efecto placebo, y sucede diariamente. Sucede en la investigación, en toda la investigación. ¿Qué está pasando allí? Eso es la magnificencia del ser humano que por medio de su creencia le dijo a su cuerpo que cambiara, y este lo hizo. Creyó que lo haría, aun cuando lo asignó a una sustancia, la creencia fue tan fuerte, que el cuerpo la vio y lo corrigió. ¿Están entendiendo esto? Este es el poder del ser humano.

Ahora bien, sabiendo estas cosas, ¿qué tal si tú y yo juntos empezamos a pelar esa cebolla de incredulidad que puedes tener? Hasta que realmente le hables a tus células, que puedas realmente usar tu propia consciencia de creencia para sanarte a ti mismo. Oh, sí, ¡sí puedes! Siempre ha sido ese el caso.

Mi invitación, para cualquiera que esté escuchando ahora mismo, es que luego inicien el pelado de esa cebolla de incredulidad, de lo que les han dicho que pueden o que no pueden hacer. Empezar a incluir algo que nunca les dijeron al nacer ni tampoco al crecer. Es su linaje, es su derecho, es su derecho de nacimiento, de magnificencia, ser capaz de sanarse a sí mismos.

Y el problema, si quieres llamarlo así, el asunto, si quieres llamarlo así, es la incredulidad. Va a ser difícil empezar a hacer eso, cuando a tu subconsciente siempre le dijeron que no puedes hacerlo. De modo que puede requerir un tiempo para que llegues a ese lugar donde empiezas a entender: “Soy yo. Soy yo. Yo puedo hacer esto.”

¿Qué tal si naciste con la capacidad, todo el tiempo, para hacer que la consciencia interfiera incluso con que la enfermedad se adhiera a ti? Esa es otra que hace poner los ojos en blanco. ¿Qué tal si tienes una consciencia en tu cuerpo que incluso puede impedir que suceda originalmente? Nunca se te dijo eso, por tanto caminas por ahí con miedo de contagiarte algo. Y adivina qué. ¡Te contagias! (se ríe) Incluso de algo que no era contagioso. Algunas de las enfermedades de hoy en día, que simplemente llegan, y las tienes, y es sorprendente, y allí están, en tu cuerpo.

¿Qué tal si tuvieras la capacidad y la creencia de que nunca te contagiarías, que nunca ocurriría? ¿Te parce que es algo que podrías haber hecho? Un muro a tu alrededor, de alta consciencia, que dice “No. No puedes estar aquí”. Eso también es parte del escenario de magnificencia, de sanación, ¡de lo que el ser humano puede hacer! Nunca te lo dijeron. Todavía hay algunos que ponen los ojos en blanco, ahora mismo. Estos que ponen los ojos en blanco: recuerden lo que les dije recién; el efecto placebo, conocido por la ciencia, la remisión espontánea sucediendo casi a diario, ¿qué piensan que es eso? Eso son ustedes. Queridos, el tú magnífico.

Es hora de empezar a decir a sus hijos que ellos pueden hacer esto, para que no tengan una cebolla que pelar. ¿Estás entendiendo esto?

Es hora de empezar a decir a aquellos que los escuchan, mamá, papá, mirarlos a los ojos y decir: “¿Sabías?, todas estas píldoras y cosas, todas estas drogas y cosas, eso es una idea de la vieja energía. Y puede que algún día ya no sea necesaria, nunca más. Porque tú tienes la capacidad de hacerlo por ti mismo.”

¿Puedes cambiar tu inmunidad por medio de tu consciencia más alta? Sí. ¿Puedes eliminar los miedos que todos te están dando, de que te contagiarás de esto o aquello, porque vives en una civilización que se enferma de esto y aquello? Sí, puedes. Todo eso es parte de pelar la cebolla, para llegar a la magnificencia que es tuya.

He esperado a esta última, para darles la mejor, la razón para este programa particular. La razón para todo lo que se hace alrededor de este programa; hacerte saber que no necesitas ir con eso que te dijeron todos estos años. Que puedes despertar a algo que es espectacular: ¡tú! (se ríe)

Yo soy Kryon enamorado de todos ustedes, deseando ayudarles a pelar la cebolla de la incredulidad y llegar a ese lugar donde descubrirán su propia magnificencia y su propia salud, su propio rejuvenecimiento, su propia extensión de la vida.

Y así es.

Kryon
Transcripción y traducción: M. Cristina Cáffaro
www.traduccionesparaelcamino.blogspot.com.ar