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miércoles, febrero 08, 2023

Kryon por Lee Carroll - Miércoles de Sanación 1 de febrero de 2023


Canalización de Kryon por Lee Carroll 
 Miércoles de Sanación 1 de febrero de 2023


Saludos, queridos, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.

Llegamos a ustedes una vez más, con otro mes sobre un tema. Diremos que en las próximas cuatro semanas tendremos un asunto, y en cada semana lo desarrollaremos como un tema.

El tema, ese tema general, va a ser la energía de la esperanza. Cada semana les daremos estos mismos atributos, porque quiero que los entiendan. Puede que incluso definamos a la esperanza de modo diferente a lo que ustedes lo hacen. Pero la esperanza es algo que cambia todo dentro de un ser humano. Especialmente en un ser humano que no tiene ninguna.



Hay algunos que dirán “¿Qué es la esperanza? Por favor, defínela”. Y si vas por la definición, estaría la clásica en tu educación. Puede ser diferente de esa.

Primero de todo, de los elementos que deseamos enseñar con respecto a la esperanza, empezamos con este. La esperanza no es fe. Queridos, la fe también tendría una definición polémica para ustedes. Fe es algo que ustedes tienen, una confianza en energía invisible, una confianza en energía que ustedes no conocen Habrá algunos que digan, “Ten fe en esto o aquello”. Y si hacen eso, lo que están haciendo es pedirle a alguien que haga algo por ustedes.

Ahora bien, incluso esto es polémico, espiritualmente, porque dirán “Bueno, pero ¿Qué pasa cuando sueltas y permites a Dios? ¿Qué pasa cuando tienes fe en una situación de fe en que el Todopoderoso haga esto o aquello?” Y yo les diré que, si no han estado prestando atención, en todos estos años, ustedes tienen un elemento de espiritualidad dentro de ustedes que estrecha la mano del Creador. No se trata de soltar y dejarlo a Dios, queridos. Es soltar y permitir que su sacralidad combinada con lo que es su alma se encargue de las cosas que ustedes pueden hacer. Y les hemos dicho qué pueden hacer.

Una de las cosas que la esperanza les da, es una energía que realmente puede ser proyectada hacia el futuro. Entonces este es el segundo atributo: la energía de expectativas proyectadas. Suena mucho a las afirmaciones, ¿no es así? La esperanza es una energía activa de benevolencia; es una energía diseñada. Llegaremos a eso en un momento.

Es una energía que realmente armas tú mismo, le asignas energías, y la empujas afuera delante de ti. Y ella cambia todo. Cambia tu visión de las cosas. En un momento te diré qué más hace, con tu química. Piensa en eso: la energía de expectativas proyectadas

Número 3: el tercer atributo. Es una energía de diseño. Tú la diseñas, piensas en qué es lo que quieres esperar. Y tú le asignas una energía que está diseñada. Y esa cosa es puesta afuera en la consciencia, en la energía de la consciencia. Consciencia energética diseñada: eso es la esperanza. Tú la diseñas, y sigo diciendo: la empujas hacia afuera delante de ti, porque eso es la esperanza. Es una energía que no necesariamente es para ti en este instante; es para ti más tarde. Es para algo que viene. Y eso, lo que viene, es el tema de estas cuatro semanas, las cuatro cosas a las que asignaremos esto.

Pongamos un número 4: el diseño de la benevolencia. Tú diseñarás entonces cosas benévolas para ti mismo. Ahora bien, no dije diseñar tus respuestas o tus soluciones, ¿no es así? Y ese es un hilo común de las canalizaciones que les damos. No decidas en tu mente cómo van a suceder las cosas, qué exactamente va a suceder; cómo se lograrán las soluciones o los milagros que necesitas, ya sean para tu salud, o tu abundancia, o tus relaciones, o para tus hijos, o lo que sea. Diseñas la esperanza y dices: “Empujo esto delante de mí, para soluciones divinas de las que nada sé, benevolencia es lo que estoy haciendo.”

Número 5: la esperanza es sanación. ¿Puedes imaginar una situación en que a alguien le dicen que algo muy importante para él, es imposible? (N.T. que no hay esperanza en eso). Sin esperanza posible. Ya sea una enfermedad en su propio cuerpo, o ya sea tal vez en una relación muy importante para él, ya sea sobre una pareja o hijos. Cuando oyes que no hay esperanza, ¿qué haces? ¿Entras en la desesperación, la depresión?

Y entonces alguien entra en la habitación, y tiene una respuesta que no habías oído antes. Tal vez información nueva, “Yo sé esto, no es sin esperanza en absoluto, porque yo tengo una respuesta.” ¿Qué le sucede a esa persona, en ese punto del tiempo? Lo que sucede es que se ilumina, y de pronto toda esa desesperación y depresión se drena, casi se destruye. Y de pronto hay luz en su vida, y dice “¿Realmente? ¿Realmente? ¡Oh, oh! Es tan buena noticia”. Eso es lo que hace la esperanza. ¿Ves cuán activa es? Ese número 5: la esperanza es sanación. La esperanza es el futuro.

Número 6: la esperanza destruye la depresión. La esperanza destruye la desesperación, la destruye. No puedes tener ambas al mismo tiempo. No en su pura esencia. Recibes un llamado telefónico: algo ha sucedido, con un grupo de niños, tal vez, o de tus amigos, en algún lugar. Y no sabes cómo están. Y te sientas allí y te retuerces las manos, y cuanto más tiempo pasa sin saber nada, peor es la depresión, la desesperación. A muchos les ha pasado esto. Piensa en esa persona, en ese momento; piensa en su química. Piensa en sus emociones. Piensa en todas las cosas que están sucediendo en su cuerpo. Y entonces, de pronto llega la llamada telefónica, y es la persona por la que estaba preocupado. “Mamá, estoy bien” “Querido, estoy bien.” Eso ha sucedido muchas veces. Y en ese momento, descríbeme lo que sucede con la química del que estaba deprimido. Está eufórico. La química salta hacia adelante y está positiva, y todas las cosas están bien.

Eso es lo que hace la esperanza, queridos. Hoy, en el Círculo del Doce, vamos a desarrollar esto. Vamos a hacer algo que requiere una curva de visualización empinada para quienes no están preparados para ella. (se ríe). Pero el asunto es este: ¿puedes enviar esperanza afuera, delante de ti, para ti mismo?

No hablamos de esperanza para el planeta, ni esperanza para la luz, y todas estas cosas; tiene que ir para ti primero. Tú eres la luz del planeta. NO puedes sentarte en la desesperación y enviar esperanza para otra gente. No puedes hacer eso.

Entonces ahora mismo te voy a pedir que diseñes para mí la mejor cosa que pudiera suceder para ti. No importa qué te preocupa, o qué te inquieta, siempre está eso para todos. Considéralo resuelto, y está en una burbuja de esperanza. Y vas a hacer rodar eso justo delante de ti, de modo que, por donde vayas, dondequiera que vayas en este planeta, sea para las próximas horas, las próximas semanas, meses, tal vez para el resto de tu vida.

Entonces lo que hiciste es hacer rodar frente a ti la solución más bella para todo lo que puedas imaginar. Y esa es la esperanza que tú diseñaste y fabricaste, pusiste frente a ti, y eres responsable de ella.

Este es el futuro. La esperanza es así, queridos; es un ítem viable, no es fe. Es algo que diseñaste, que armaste, para ti. Quiero que hagas esto. Es para ti. ¿Qué es para ti lo que necesitas más, ahora mismo? Que quitará toda la preocupación, la desesperación, toda la depresión que tal vez podrías tener. Envuélvelo en una bola y hazla rodar hacia adelante.

Y les diré, queridos, eso es viable. Eso es expectativas positivas. Eso es el resultado más benévolo. Y ese es su diseño, para ustedes. Ustedes tienen una parte de Dios en su interior, que es responsable por esto y puede hacerlo. Y hemos dicho esto muchas veces.

Yo soy Kryon, enamorado de todos ustedes. Yo veo esto para ustedes. Quería que supieran qué importante era esto, de modo que vamos a tomar un mes para ello. Cuatro canalizaciones. Y van a oír estos atributos en cada una de ellas, porque quiero que sepan qué importante es, en estos tiempos, y en lo que está pasando en este planeta, que ustedes creen, fabriquen y diseñen esperanza, para ustedes, para quienes los rodeen, para todo lo que es.

Que su sacralidad sea vista hoy, en todo lo que ustedes hagan. Bendito es el ser humano que conoce su poder, y puede ver a Dios en su interior.

Y así es.

Kryon
Transcripción y traducción: M. Cristina Cáffaro
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