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jueves, agosto 20, 2020

David Topí - Estudio de los números y decodificación actualizada: El Seis



Avanzamos un paso más en nuestro estudio de los números, y ahora nos toca ver el seis, tras la decodificación “actualizada” del cero, uno, dos, tres, cuatro y cinco. El seis es el campo numerológico que ayuda al cinco a estabilizarse allá donde este haya parado su “loca carrera” y avance. Cuando el cinco necesita mover lo que el cuatro ha estabilizado, pero no sabe hasta “dónde” debe “moverlo”, el ser consciente que forma el campo numerológico del seis le hace de punto de referencia para que esa energía no siga avanzando y se estabilice allá donde era necesario que se terminara la conversión energética o el desplazamiento y movimiento energético.


Por lo tanto, para poder estabilizar, por ejemplo, las orbitas planetarias, una vez los planetas han sido “construidos” por la mezcla de los elementos primarios y secundarios (akasha, fuego, aire, tierra, agua, vapor, metal, hielo, electricidad, madera, etc.), y los seres de los campos numéricos junto con los logos los han posicionado en sus lugares respectivos del sistema solar que han de ocupar según el diseño que cada logos solar hace de su sistema, y una vez las dinámicas del cinco los han puesto a “rodar”, el ser que rige el campo del seis hace su aparición para estabilizar ese movimiento y marcar unas pautas de rotación o de balance necesarias para que todo lo que ha sido creado, y puesto en marcha, entonces pueda funcionar y hacer el trabajo para lo que fue diseñado.


Formando el número seis


Por lo tanto, el campo numerológico consciente del seis no existía hasta que se completó el campo numerológico del cinco y este se puso a “trabajar”. Para ayudar, como hemos dicho, a todo lo que ya estaba en movimiento, el seis se formó con la estabilidad del dos y el equilibrio del tres, combinándose en las proporciones necesarias para que las mónadas que lo forman tengan “programado” en su interior el equivalente a la acción de “frenar algo” y estabilizarlo para dejarlo en reposo, pero funcionando, en el punto en el que tiene que estar haciéndolo.


De alguna manera imaginad una persona que va corriendo muy rápido, y tiene que frenarse. Parte de un punto de estabilidad, quieto, parado, neutro, que está representado por el cero generalmente, y arranca, empezando en el uno, moviendo rápidamente los músculos y sus fuerzas y rompiendo la resistencia del dos para conseguir el equilibrio en la carrera que el tres representa para avanzar sin caerse y llegando a una velocidad y ritmo estable marcado por el cuatro, aun cuando esté en movimiento.


Pero, cuando esa persona acelera, entran en juego las dinámicas del cinco, que se vuelven locas moviendo la energía de la persona cada vez más rápido, alegremente, jovialmente, hacia adelante, más rápido y hacia adelante, pero llega un momento en el que la persona divisa la meta, y tiene que frenar, pero el cinco no sabe frenar, no tiene cualidades para ello, así que las energías del seis entran en acción, proporcionan el concepto de “frenar” y proporcionan el concepto de “volver a equilibrarte” para ir reduciendo velocidad sin caerte, llegar a un punto de desaceleración y volver a andar a paso normal.


Así, el campo numerológico del seis, su ser, se encarga de eso a nivel energético por todo el cosmos, “frena” y estabiliza a una velocidad determinada y ajustada aquello que el cinco ha acelerado, movido y desplazado y, con ello, se consiguen los desplazamientos necesarios pero siempre manteniendo un orden y equilibrio entre todos los elementos involucrados para ello.


A nivel psicológico


Así pues, a nivel de estudios numerológicos, y según las conexiones actuales con los arquetipos mentales de nuestro planeta, el seis representa el parar y repensar las cosas, el desacelerar sin parar del todo, el reducir un poco la velocidad mientras revisamos porqué estamos corriendo o hacia dónde. Representa la capacidad de poder estabilizar algo que venía algo desbocado, y la capacidad de asentar aquello cuya dinámica anterior necesita ser arraigada y calmada, pausada y relajada. Así pues, todos estos atributos a nivel psicológico representan a una persona cuyo número seis está muy presente en su vida, dotándola de una manera de afrontar las experiencias de su vida basándose en estas cualidades y arquetipos.



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