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sábado, abril 28, 2018

Jennifer Hoffman - Superar las Lecciones Reajustando Nuestra Energia - 25 de Abril 2018


Traducción: Rosa García

Difusión: El Manantial del Caduceo en la Era del Ahora
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
https://www.facebook.com/ManantialCaduceo

¿Cómo superamos los desafíos de nuestras lecciones de vida? ¿Cuándo dejan de ser obstáculos para nosotros que impiden nuestro crecimiento, nuestra transformación y nuestra alegría? ¿Qué podemos hacer para que ese momento llegue y podamos continuar nuestro viaje de Ascensión hacia las vidas plenas, abundantes y serenas que deseamos? La respuesta es simple: podemos reajustar la energía de esas lecciones para que, en lugar de repetir el pasado, consigamos crear un resultado diferente en el presente. Las lecciones no desaparecen; tan sólo trascienden el karma para dar lugar a un nuevo nivel de divinidad en nosotros.


Aunque queremos “aprender nuestras lecciones” en esta vida (sobre todo, porque no queremos tener que repetirlas de nuevo), también queremos que acaben, porque son difíciles, dolorosas y nos hacen infelices. De manera que bregamos con ellas, con la esperanza de poder dejar atrás sus orígenes kármicos y la energía que conllevan. Y lo hacemos intentando que la persona o personas involucradas cambien; intentamos sanarlas y creemos que ese es nuestro deber. Creemos que una vez sanadas ya no harán nada que pueda hacernos daño, las lecciones terminarán y todos podremos seguir adelante.

Pero las lecciones se centran en NUESTRA energía y en lo que nosotros hacemos, no en lo que hacen los demás. Las otras personas involucradas tan sólo sostienen determinadas frecuencias para nosotros y forman parte de las situaciones que experimentamos. Ellos son los actores que nos apoyan en esta representación kármica, y su propósito es conseguir que cambiemos nuestra manera de responder ante ellas (cosa que logran haciéndonos sentir antes muy incómodos). Debemos hacer ajustes en la energía kármica que se repite en nuestras lecciones, reaccionando o respondiendo de manera diferente. Una vez lo consigamos, la representación kármica habrá terminado y todos podremos seguir nuestro camino, también nosotros.

¿Cómo funciona? Imagina que tienes un padre muy crítico que nunca se muestra satisfecho con nada de lo que haces. No importa cuánto lo intentes, nada de lo que haces le parece suficiente. ¿Te suena familiar? Bien, puedes pasar toda tu vida intentando hacerle feliz, y es posible que te hayas empeñado a fondo en ello durante muchas vidas. Con esta lección de vida en concreto, elegirás a personas críticas y también situaciones en las que te sentirás juzgado, con personas que nunca se muestran satisfechas con nada de lo que haces. Pasarás tu vida intentando hacerlas felices, intentando conseguir su aceptación, que te valoren y te apoyen, mientras te sientes enfadado, frustrado y con la sensación de no ser amado. Esa sería una posibilidad, pero existe otra mejor.

La otra opción consiste en reajustar la energía de la crítica y del juicio. Podrías convertirte en una persona fuerte, con confianza y conciencia de sí mismo, alguien que consigue tener éxito en todo lo que emprende. No por temor a que alguien vaya a juzgarte ni a criticarte, sino porque aunque lo hiciera, tampoco te importaría. Habrías aprendido a trascender la crítica y el juicio y a redireccionar esa energía para comprender que eres alguien maravilloso, sorprendente y lleno de talentos.

Así es como superas tus lecciones de vida.

No importa cuál sea la lección, su propósito es que logres la transcensión (hacer algo diferente de lo que has hecho en el pasado, tanto en esta vida como en vidas anteriores). En lugar de intentar cambiar la opinión que otros tienen de ti, tu lección consiste en cambiar la opinión que tienes de ti mismo y dejar así de limitar tu vida debido a las opiniones y percepciones de los demás. La lección es reconocer tu perfección divina a pesar de lo que hayas experimentado en el pasado.

Tu lección termina en el momento en que te niegas a permanecer en el mismo ciclo kármico con alguien. Cuando reajustes esa energía habrás alcanzado la transcensión que, a su vez, permite que pueda darse la Ascensión (pasar a una frecuencia y a una vibración más elevadas).

La próxima vez que alguien te diga que “no eres lo bastante bueno”, si puedes darle la vuelta a lo que esa energía despierta en ti y cambiar esa afirmación a “Yo soy perfectamente divino”, habrás superado la lección. ¡Sigue brillando!


Jennifer Hoffmann

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