Mis hermanas de la luz, mis hermanas de las estrellas, mis corderos de la tierra, ustedes han bailado, han cantado, han llorado y han llenado mi corazón con muchísimo amor. Fueron a un lugar en su interior que es tierra sagrada, un lugar que han buscado durante muchísimos eones de tiempo y, sin embargo, cuando llegan al portal de dicha tierra, se detienen y ponderan: “¿Soy digna de entra en este círculo sagrado? ¿Soy digna de sostener estas verdades elevadas? ¿Soy digna?”
La vibración y la energía de su luz deslumbran a las constelaciones que las miran desde lo alto. El viento las envidia al soplar a través de su cabello y de su vida porque ve su naturaleza hermosa. Ve lo que alguna vez fueron y lo que anhelan ser. Desaten la humanidad que las mantiene tan ceñidas a todos los papeles que alguna vez representaron. Sepan en este momento y esta vibración y esta intersección de la luz y la vida que ustedes son dignas de la grandeza que no han logrado llegar a ser en el pasado.
Ustedes son una conjunción de todos sus miedos, de todos sus sueños, de todos sus deseos. Son una conjunción de tiempo y espacio y del cielo y el infierno. Son el destino de este hermoso planeta en el que se encuentran. Tienen la llave vibratoria que acompaña a muchos hacia un portal, un lugar seguro, y en este lugar seguro ustedes los elevarán para que no tropiecen. Los elevarán al beber por ellos, al dormir por ellos, al orar por ellos, al sostener la luz del fuego para ellos. Los elevarán en su canción, en su risa y en su manera lúdica, porque eso es lo que siempre han hecho.
Muchas llevan rostros sombríos como si esta vida fuera tan seria. Esta vida es un tiempo de gran alegría, y para todas ustedes en esta sala, esta es su última vez en la Tierra tal como la conocen. Ella está en camino a volverse de aspecto estelar, de naturaleza estelar.
Les pedimos que acepten todos esos defectos que tanto intentan ocultar e impedir que otros vean. Les pedimos que acepten y amen todas las cosas estúpidas que hacen a lo largo del día y todas las imperfecciones que llevan tan bien. Porque la naturaleza toda es hermosa como ustedes. El entrelazamiento de las hojas, de la hierba, del viento y de ustedes es la más bella de las danzas. Su valor no tiene precio y en esa vibración inestimable necesitan aceptar todos los sueños dentro de su corazón. No se detengan. No pongan los frenos cuando anhelan tan intensamente en su corazón satisfacer los deseos que solo son una minúscula semilla de la creación que espera ser manifestada.
Este es el momento de abordar todos sus miedos. El momento de seguir adelante llevando una insignia de valor. Este es el momento de soñar tan a lo grande como les sea posible. No le tengan miedo de los negativos; no les tengan miedo a las predicciones; no tengan miedo de la profecía, sea verdadera o no, porque el nivel vibratorio en el que viven es un lugar seguro que está más allá del alcance de lo que hace que otros sientan tanto miedo. Deben creer sin sombra de duda; vean su sombra y acepten cada parte de ella porque la usan porque se la han ganado. Cada valle de aflicción, de muerte y desaparición que han atravesado ahora llega a un punto de reflexión, y en esta reflexión habrá un collage de espejos. Cada ángulo en el que se miren se verá de manera diferente y ese es su regalo.
Ustedes son todas las mujeres a través de todos los tiempos. Ustedes son todos los papeles que han representado y se reúnen en este lugar y este tiempo. No se avergüencen de lo que les sucedió en el pasado, sin importar la forma que tomó en esta vida u otras. Revístanse completamente con todos los remanentes de lo que fueron alguna vez, porque ellos las hacen la mujer multidimensional que son en este momento del tiempo.
Ustedes no son un sabor de Ella, ustedes son cada aspecto de Ella. Los próximos tres años las llevarán a una situación planetaria que no han experimentado jamás. No había humanos en la Tierra en la última conjunción galáctica y esta es la primera vez que un planeta entrará en el estrellato con habitantes en ella. Cada papel que han desempeñado les sirve bien ahora. Cada insignia de coraje, cada temor, cada poder, cada vergüenza, está envuelto en un capullo de luz femenina. Hónrenlo y entiéndanlo.
El cuerpo físico debe avanzar hacia estos cambios. Gritará, pateará y sentirán que se están muriendo. Todo esto es un juego para mantenerlas disminuidas. Ustedes avanzarán con el cuerpo. Caminarán a través de los temores, los ataques de pánico, las angustias, la tristeza, los sueños devastadores, y llegarán a un punto de completa remembranza. Ustedes son las primeras que hacen esto. Son las primeras.
Soy la Mujer Búfalo Blanco y las dejo en Honor.
Gillian MacBeth-Louthan
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Traducción: Susana Peralta
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