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viernes, julio 26, 2013

Saúl - Un magnífico reencuentro de la familia humana ha comenzado - John Smallman - 22-07-2013


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Un magnifico reencuentro de la humanidad ha comenzado. Es como una reunión masiva de la familia, una reunión para celebrar una boda o un nacimiento.
El tan esperado y deseado momento de convertirse una vez más en seres plenamente conscientes, en armonía con los demás y con Dios – estando plenamente conscientes de ello – se acerca cada vez más, debido a que más personas han decidido unirse a la intención colectiva de despertar.
Esto puede ocurrir instantáneamente cuando el campo de Amor que los envuelve y une a todos sea completamente reconocido.
A pesar de toda la atención que se le presta a la ilusión y sus problemas, existe una conciencia creciente de que es primordial un cambio radical en la percepción si desean dejar atrás las viejas formas de juicio, castigo, y conflicto para poder vivir en armonía el uno con el otro, independientemente de su raza, color, creencia religiosa o política, y es esta conciencia lo que les está impulsando hacia delante con tanta eficacia en su camino hacia el despertar.

La Unidad de Dios es maravillosamente estimulante y totalmente increíble.
Ella sólo puede ser experimentada. Intentar describirla con palabras o imágenes, o de hecho, de cualquier manera en absoluto, como muchos místicos e iluminados han intentado, es más que imposible.
Sin embargo, los que lo han experimentado han logrado transmitir a aquellos que están dispuestos a escuchar, que esa es una experiencia que sobrepasa todo gozo, alegría y comprensión, simplemente es!
Y todos están envueltos dentro de ella, incluso si deciden no darse cuenta de ello- el no darse cuenta es una opción que la humanidad hizo.
Ahora estás en el proceso de cambiar tu mente permitiéndote abrirte a la maravilla infinita del Amor eterno de Dios para ti.
Nada de lo que puedas pensar, decir o hacer podría compensar remotamente lo que perdiste cuando elegiste permanecer inconsciente, por lo que nunca has encontrado verdadera satisfacción dentro de tu entorno ilusorio. Tienes que despertar. Y lo harás!
La conciencia, Dios, es un gran, un enorme, un infinito campo de amorosa sapiencia, en la que todo lo que es, cada parte de la conciencia desde el más infinitésimamente pequeño hasta el más grande, existe eternamente en armonía llena de felicidad perfecta.
Dentro de este campo hay unos pequeños bolsillos, burbujas, o recintos, en los que un aspecto de la conciencia ha elegido, muy temporalmente, jugar a ser inconscientes de su unidad y pretender ser independiente, individual.
Los seres humanos en la Tierra están experimentando actualmente la vida en uno de estos enclaves ilusorios, pero el desconocimiento que eligieron experimentar se está desgastando a medida que avanzan hacia el momento de despertar.
Estar inconscientes – como la humanidad sin duda ha estado – es un estado sumamente antinatural del ser, que sólo puede durar un momento, algo así como las pompas de jabón que los niños soplan y que estallan casi tan pronto como se han formado, liberando nuevamente el aire atrapado en la atmósfera circundante.
La “burbuja” de la falta de conciencia en la que actualmente pareces estar encerrado y aislado de la Realidad no tiene más remedio que estallar cuando la película húmeda que la encierra se seca y se mezcla en el aire circundante.
A continuación, el desconocimiento encerrado en ella acaba por disiparse, ya que se subsume completa y amorosamente en el campo de la conciencia divina de la que se había tratado de ocultar.
El desconocimiento no existe, no puede existir. Sería algo así como un estado de intensa oscuridad, un agujero negro, donde no hay sombra o penumbra, en un lugar completamente iluminado por el sol del mediodía.
El desconocimiento es un estado imaginario de no saber que la humanidad construyó de manera de poder justificar las muchas actividades desconsideradas y sin Amor a las que se ha dedicado por eones.
Si se hubieran permitido a sí mismos permanecer plenamente conscientes nunca se habrían visto envueltos en el juicio de los unos a los otros, lo que ha llevado a un intenso desacuerdo, miedo, odio, conflicto y guerra sin fin.
A medida que su desconocimiento se desvanece y luego se desintegra, empiezan a reconocer la locura que significaban muchas de sus actividades presentes y otras previstas para el futuro, por lo que toman las medidas necesarias para ponerles fin.
Ahora muchos de ustedes tienen la firme determinación de dejar de utilizar la violencia contra otros, sean cuales sean las circunstancias y los resultados de esas intenciones amorosas individuales, constituyen un campo cada vez mayor de energía que inunda, efectivamente ahoga, y luego transforma las energías que no están en alineación con él.
La desconfianza es una energía de miedo a la que muchos de ustedes se aferraron con desesperación mientras observaron y tomaron parte en los conflictos que parecían ocurrir casi constantemente a tu alrededor.
Ahora el campo divino de Amor que envuelve a la Tierra está disolviendo todo el miedo y el odio, a medida que la energía que ellos sustentan se transforma por la decisión colectiva de la humanidad de despertar de aquel infierno de pesadilla, de desconfianza y conflicto que tan desastrosamente ha confinado a cada uno de ustedes en el fuego de su propia amargura y confusión durante tanto tiempo.
La confianza se produce cuando las personas dejan de desconfiar y dejan de levantar las defensas que demanda la desconfianza.
Eso está sucediendo ahora en todo el mundo mediante una expansión sin precedentes de la conciencia de que esa es la única manera de salir de las guerras y los conflictos que les han asolado desde antes de los albores de la historia.
Se han dado cuenta de que tiene que haber una mejor manera, y que hay una mejor manera, y ahora están participando en ella en número creciente.
Y esa manera es respetar y honrar a los otros por muy diversas que puedan ser las culturas, etnias, religiones y orientaciones políticas, las cuales se han utilizado durante mucho tiempo como un medio para dividirlos y ponerlos unos en contra de otros. Esos días han terminado.
Un magnifico reencuentro de la humanidad ha comenzado. Es como una reunión masiva de la familia, una reunión para celebrar una boda o un nacimiento.
Y al igual que en esta celebración, los recién casados honran sus votos entre sí, o los padres honran y dan la bienvenida a su nuevo hijo, todos los presentes emprenden un nuevo y amoroso comienzo, saludando a todos los miembros de la familia, y están de acuerdo en liberar y perdonar viejas rencillas que se habían enconado en lugar de ser resueltas.
Después de la celebración una gran iluminación del campo de energía colectiva se puede sentir definitivamente por parte todos los presentes.
Ábranse ahora para sentir ese cambio energético, esa transformación que les está animando a abrazar a otros en vez de desconfiar de ellos y evitarlos.
Todos son uno – ya lo sabes. Ya no lo pueden negar pretendiendo estar separados por razas, religiones, diferencias de clase, género o supuesto valor para la sociedad.
Ábrete honrándote a ti mismo y a los demás, y acepta gentilmente el reconocimiento que se te ofrece, y siente el campo de energía divina que te abraza mientras lo haces.
Con muchísimo amor, Saúl.
Traductor: Rossana Carmona