Amados: Me gustaría darles un discurso sobre la cualidad del amor conocida como sinceridad.
Esta cualidad viene de lo profundo del corazón de cada alma y es como una luz pura, brillante que irradia hacia el exterior.
Cuando se habla con sinceridad, se siente de inmediato en el espacio del corazón la verdad en el que escucha.
Esta cualidad cuando se manifiesta dentro de un individuo es a la cual otros responden de una manera positiva.
Ellos
saben que son confiables, honestos y sinceros. Cualquiera que sea lo
que una persona dice y hace, es esta cualidad la que le da el resplandor
de la luz.
A medida que las personas interactúan entre sí, es esta faceta de amor la que mantiene una relación de crecimiento y expansión.
No
hay inconsistencias en los comportamientos y patrones de las personas
involucradas y todos saben que se puede confiar en cada miembro siempre
al hablar y actuar con la verdad e integridad.
Las
personas son mantenidas en alta estima por sus compañeros, porque ellos
saben que estas personas nunca los han defraudado, sin importa cual
acontecimiento está ocurriendo en sus vidas, al igual que ellos saben
que el sol siempre se levantará.
Hay un sentimiento de unidad y camaradería que se vive entre todos los individuos.
Con
esta cualidad inherente a un individuo, muchas puertas se abren, las
que no se abrirían si este individuo no expresara esta cualidad de amor.
Cuando
uno camina en la bondad, la sencillez y la sinceridad, la persona es
reconocida como una persona en la que se puede confiar en todas las
cosas y debido a que esta cualidad es reconocida dentro de ellas, uno
está comprometido con la responsabilidad que conlleva el mayor bien de
los demás, ya sea con los miembros de la familia o con la comunidad de
su entorno.
El que manifiesta esta cualidad de amor camina sobre un sendero más
elevado de conciencia, sabiendo que los aspectos más importantes de la
vida sobre el planeta implican el uso constructivo de las cualidades del
amor y el conocimiento de que lo que uno da a los demás es lo que uno
recibe de vuelta.
Esta cualidad de amor requiere la voluntad de tener un corazón abierto y sin los escudos de protección a su alrededor.
Requiere
que los individuos vivan sus vidas cotidianas con transparencia y
sinceridad, sin dejar lugar a engaños o deshonestidad de ningún tipo.
Cuando
la vida es un libro abierto, sin sombras ni secretos en ella, uno puede
caminar sobre la tierra libre del temor de ser descubierto y
deshonrado.
Esto
implica el seguimiento de una de las reglas de oro de la vida, la cual
es no le hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a tí, porque
en verdad, lo que le hace a los otros afecta a la totalidad del planeta.
A
medida que el mundo comienza a reflexionar una vez más sobre esto y las
otras cualidades del amor, la densidad de todo el planeta comienza a
disolverse y a disiparse y todos se benefician enormemente porque el
elemento del miedo y la sospecha ya no es la motivación subyacente
cuando dos o más personas interactúan entre sí.
Este
es el estado del ser que cada individuo aspira a lograr de modo que la
Tierra y todos sus habitantes puedan vivir, amar, prosperar en paz,
armonía y verdad.
Se requiere que cada alma eche fuera el miedo e interpongan su verdad e
integridad en todo momento. Este estado del ser es definitivamente para
el mayor bien de todos.
Los dejo ahora para que reflexionen sobre estas palabras con esta cualidad en sus corazones.
YO SOY el Arcángel Gabriel
© 2013 Marlene Swetlishoff / Tsu-tana (Soo-tam-ah) Guardián de las Sinfonías de Gracia
Traducido por Andéléi
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