Jesús - John Smallman - Ustedes se están volviendo menos adictos a la validez de la ilusión - Abril 1, 2013
01-04-2013
Uno es el número de las creaciones de Dios, pero el Uno no es de ninguna manera limitante- es infinito.
Este
es un concepto muy complejo para que lo puedas entender y mucho menos
tener algún sentido de él, de hecho, es más bien una paradoja mientras
permaneces limitado por tu cuerpo físico, por lo que ni siquiera lo
intentes – es absolutamente innecesario. Basta con aceptar que es así.
Entrégate a él y sabe que no estás siendo engañado.
Tu
entiendes y aceptas que lo que cada uno piensa, dice o hace, tiene
efectos más allá de tu entorno inmediato, debido a que la ciencia de la
física moderna lo ha demostrado con la satisfacción de las más
brillantes inteligencias de entre ustedes.
Y
si esto es así, como sin duda lo es, entonces se deduce que todos somos
uno, y ese uno es el número de las creaciones de Dios – Uno que abarca a
multitudes infinitas si lo prefieres, pero es uno.
La
creación Uno – Dios y todo lo que ella es – está constantemente
compartiendo consigo mismo el amor que es la fuerza de la vida, la
inteligencia, la sensibilidad y la conciencia que permite el
reconocimiento de uno mismo y de los demás, lo que facilita y fomenta la
interacción entusiasta entre y dentro de ese Uno.
El Uno es un estado de alegría infinita, eterna de éxtasis y felicidad, y
es tu casa, donde la calidez infinita de la aceptación divina te abraza
siempre.
La
ilusión es una distracción que necesita ser descartada, disuelta, y que
va a pasar cuando retiren su atención colectiva de la misma.
Se
trata de un entorno imaginario en el que el miedo y la ansiedad son tus
compañeros constantes. Incluso si los niegas o los entierras debajo de
tu nivel de conciencia, ellos permanecen allí enconados hasta que los
abordas y los sueltas, o hasta que explotan venenosamente, demandando tu
atención absoluta.
Muchos están pasando por esta experiencia en la actualidad, cuando sus miedos irrumpen en sus conciencias, perturbando su paz.
Reconócelos, observarlos y ponlos en libertad. No hay necesidad de
involucrarse con ellos, tratando de descubrir sus raíces, o tomar
acciones que un miedo injustificado pudiera juzgar convenientes – sólo
dejarlos ir.
El
retirar su atención colectiva de la ilusión, hará que se desvanezcan
como un velo antiguo que se degenera en polvo, y al hacerlo, se te
revelará la maravilla de la Realidad en la que siempre has estado.
En
la actualidad, parece como un sueño, una idea apenas perceptible, de
algo de memoria débil y distante, tan distante e inalcanzable que
permanecen casi totalmente inconscientes de ella.
Sin
embargo, la ilusión no es más que un velo detrás del que has elegido
esconderte, y porque te has olvidado de esa elección, ésta se ha vuelto
increíblemente real para ti, terriblemente real.
Tu
tarea, la tarea de la humanidad, es despertar. Para hacer eso, tienes
que soltar tus preocupaciones y ansiedades, las cuales no tienen
fundamento, y abrazar al Uno sin miedo, tal y como él te abraza.
El
miedo es un concepto que no es más que una parte de la ilusión, porque
en la Verdad, en la Realidad, no hay nada que temer y nada que pudiera
causar miedo.
La ilusión fomenta el miedo y la mente racional y egoica trata de
descubrir a que le teme, y el aparente estado de separación con que se
presenta la ilusión le proporciona la evidencia – los demás, que te
podrían atacar!
Pero
todos son uno y atacar a alguien, como a menudo te han dicho, sería
atacarte a ti mismo. La ilusión, sin embargo, hace un muy buen trabajo
convenciéndote de que el ataque es real, doloroso, constantemente
amenazante y que necesitas ser defendido constante y vigorosamente.
Como
puedes ver, la ilusión es el problema y la solución! El problema,
porque te ha convencido de que es real, y la solución, porque su
realidad aparente desaparecerá cuando retires tu atención de ella.
Cuando
lees una novela bien construida, o ves una buena obra de teatro o una
película, prestas atención, te involucras con ella, y te trasladas a
otro reino – el reino que el escritor ha creado.
Sientes
emociones fuertes a medida que la historia se desarrolla, instándote a
identificarte con uno de los personajes – el héroe o el villano – y a
tratar de adivinar lo que va a suceder, lo que va a desarrollarse.
Te conviertes en ajeno al mundo que le rodea mientras te concentras totalmente en la fascinación de la historia en desarrollo.
Entonces
llega a su conclusión, y poco a poco vuelves a la conciencia de tu
entorno, aunque la energía de la historia se queda contigo un rato antes
de desvanecerse.
La
ilusión es un desfile interminable de historias colectivas en las que
todos participan, y donde la huida, la salida, consiste en retirar tu
atención de ella.
A
veces, cuando estás leyendo o soñando despierto, un ruido fuerte te
trae de repente, quizás violentamente, al momento presente, y el ámbito
en el que habías entrado se disuelve instantáneamente.
Cuando
la atención colectiva de la humanidad se retire del reino que ahora
parece habitar, habrá un despertar repentino para ti, y será
emocionante!
Para
fomentar la llegada de este momento increíble e inevitable, asegúrense
de pasar tiempo a diario en su lugar de paz interior, con la intención
de conectarse con el campo de Amor divino de Dios, la Realidad, que te
rodea y protege en todo momento.
Siempre
está ahí, esperando a que pierdas el interés en la ahora predecible
ilusión y su ya agotada fantasía, de la cual se han vuelto adictos.
Sin embargo, se están convirtiendo menos adictos, menos convencidos de
la validez de la ilusión, y tienes ayuda energética masiva de la
Realidad, de aquellos en los reinos espirituales, que te ayudarán a
liberar tu atención de ella.
Es
tu intención – siempre ha sido tu intención – despertar del sueño de
separación de tu Padre, y Él les ha dotado de los medios para hacerlo:
tu propia parte de la llama eterna de Su amor que arde dentro de ti
constantemente y está siempre indisolublemente unida a él.
Tu
despertar es inevitable, ineludible, y ha sido asegurado divinamente.
Sólo tienes que permitir que esto suceda, abrazando el Amor de Dios y
soltando todo aquello dentro de ti que no está en alineación con El.